Aunque muchos años han llovido sobre mí, no olvido todas esas cosas, hay ocasiones en las que despierto sobresaltado porque alguien pasa debajo de la hamaca y carga mi cuerpo, en pesadillas veo cómo lentamente la lechona se transforma en mujer, pero, ¿qué importa?, en las gotas de lluvia escucho la voz de mi madre, dice que pronto vendrá por mí. Pero mientras pasa la lluvia, mezo en la hamaca mi alma para distráela de los miedos que la acechan.
Isaac Carrillo Can
U paax pixan, Música de ánimas es un espectáculo didáctico musical en donde se conjuga la música prehispánica y la lectura de historias de pixanes escritas por autores yucatecos como María Luisa Góngora e Isaac Carrillo Can, en donde la tradición y la cosmovisión maya en torno a la muerte se hace sentir en el dialogo imperceptible que se da entre ambos mundos, el de los vivos y el de los muertos, cuyo límite, en ocasiones, suele confundirse.
Con los rostros pintados invocando a las ánimas, los músicos y artistas nos dicen: Tres son las moradas para los muertos: el inframundo, paso obligatorio de las ánimas, un paraíso situado en los cielos, en el que iban los guerreros muertos en combate para acompañar al Sol; y, una morada celestial a la que iban las mujeres embarazadas muertas en el primer parto; las personas ahogadas, suicidadas, muertas de lepra o sacrificadas, no importaba tanto como la forma de morir. Al final, las almas de los que morían sagradamente también descendían al inframundo
La música del grupo de música Agua y miel interpretada por los tunkules de Joel manzano, los sakatanes de José Manuel Castillo y la dulce melodía, a veces melancólica, a veces alegre, de las ocarinas de Mirley Estrella, son el marco ideal para transportarnos en un viaje místico y riutálgico, propio de estos días de noviembre en que las historias de pixanes nos son cotidianas.

Todos sabemos, por ejemplo, porque así nos lo han dicho, que los perros son animales que pueden ver ambos mundos Se dice, se cuenta, pero también se sabe que es verdad, que lo que ven los perros no está permitido del todo para la vista humana, las personas sólo podemos sentir la presencia de los espíritus cuando éstos pasan cerca de nosotros, únicamente podemos escuchar leves susurros o incluso notar el movimiento de algo sin que el aire intervenga para ello.
U paax pixán, Música de Ánimas, es una puerta de entrada para conservar la tradición oral de los mayas que no podemos dejar de ver en estos días, en los que también se nos brinda la oportunidad de compartir un momento en familia a través de la plática de historias y leyendas de nuestros abuelos o la lectura de cuentos como el de Isaac Carrillo Can:
Cuando encendí la vela, ahí estaba la pobre de mi mamá acostada en su hamaca, llena de gusanos y moscas verdes, noté que lo último que vomitó era como trozos de carbón.
Aquella noche imploramos a todos los dioses conducir la travesía del espíritu de mi madre, mi papá y yo fuimos al patio y cavamos ahí una tumba para ella, luego alzamos entre los dos la hamaca y la deslizamos dentro, no hubo tiempo para velar su cuerpo, ni para tomar el chocolate que se prepararía con el agua que se usaría para bañarla.
—Croac, croac, croac, croac, croac —Se oía el canto que le hacían los sapos, a nosotros con tanto llanto no nos fue posible cantar nada.

Sin duda, todos tenemos una historia de pixanes que contar. Si tú tienes la tuya, platícala a tus hijos, pareja o amigos. Es la mejor forma de contribuir a mantener viva nuestra tradición oral para que prevalezca en el tiempo.
U pax pixan, Musica de Animas, se presentará los sábados 19 y 26 de noviembre a las 18: 00 horas en el Centro Cultural José Martí, ubicado en el Parque de Las Américas. Cover: $ 100. 00 por persona / $ 60. 00 por niño (a). Con Aforo limitado y reservaciones al teléfono 9004-378333.

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