Aniversario 90 de la Revolución del 33, una revolución traicionada y una fecha secuestrada

Vista en su conjunto, su desarrollo y resultados, incidencias y consecuencias, pudiéramos concordar con Raúl Roa en que «la Revolución del 30 se fue a bolina». Más de 20 años debieron transcurrir para regresar a sus preceptos originales y aún superarlos, extendidos hasta hoy.

El historiador Rolando Rodríguez, en su obra sobre el tema en cuestión, destaca no obstante que en aquellas jornadas transcurridas, sobre todo, durante los meses finales de 1933 y cuya estructura esencial fue el llamado «gobierno de los cien días», sobresalen momentos y logros que a la larga no pudieron ser aplastados totalmente por la contrarrevolución y sirvieron de base y de inspiración para avances posteriores no sin cruentas luchas, esfuerzos y sacrificios.

La sangre generosa de nuestros mártires abonó también esta etapa del camino azaroso y contradictorio, que no llegó entonces a una culminación victoriosa y fue precursor de otras luchas hasta el 1ro. de enero de 1959.

Coinciden la inmensa mayoría de los estudiosos honestos y objetivos de aquellos acontecimientos en que fue sin dudas «una revolución traicionada» y que dentro de ella emergió «una fecha secuestrada». Una doble derrota para las fuerzas populares que, aunque ya relativamente pujantes y crecientes, pagaron así el alto precio del divisionismo, el sectarismo, la confusión y también de algunas ambiciones personales y perversas.

Al imperialismo norteamericano, el bloque de poder burgués-latifundista y los viejos politiqueros al servicio de ambos, se unieron los elementos de la fascista ABC y entre todos ejecutaron el contragolpe traidor del 15 de enero de 1034.

La fecha del 4 de septiembre del 33 transitó —o fue hecha transitar por Fulgencio Batista y sus esbirros— de un amplio movimiento popular con raíces en las capas más humildes de los institutos armados, con el apoyo del Directorio Estudiantil Universitario y otros grupos de pensamiento revolucionario, a una fecha secuestrada de origen castrense, que perdió todo su sentido patriótico y democrático y defensora de los desposeídos en la burda mascarada batistiana en que fue convertida.

Si lo apreciamos todo en una interacción y contradicción dialécticas, saltará de inmediato ante nuestros ojos que el doloroso fracaso y la traición del 33 no cayeron en el vacío y fueron una página aleccionadora de enseñanza y una valiosa experiencia para las luchas que condujeron al triunfo irreversible del 59 y lo son también para el momento actual que tanto lo demanda.

Fidel Castro nos lo reiteró varias ocasiones en que públicamente se refirió a estos hechos y su significado magisterial para los días que corren. Sus palabras al respecto tienen valor imperecedero y deben ser releídas. También en ellas unidad es continuidad.

Periodista cubano jubilado que ha laborado en diferentes medios de prensa. Director General de la Agencia de noticias Prensa Latina (1973-1984). Subdirector del diario Granma (1984-2004). Ha desempeñado cargos diplomáticos en el exterior. Es miembro de número de la Sociedad Económica de Amigos del País. Profesor a tiempo parcial del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI). Actualmente es asesor de la Oficina del Programa Martiano.