Desilusión
Acostumbrada a contemplar el cielo divisé una silueta. Era una tarde de otoño como la misma cuando nos conocimos. Traje a la mente aquel recuerdo familiar que impedía que sintiera algo negativo por él. Poco a poco dejó de ser una silueta y se convirtió en su presencia frente a mí, con esos ojos penetrantes que aceleraban mi pulso; contemplé el collar que traía puesto, después de todo y, a pesar de lo dolorosa de la ruptura, lo seguía usando. Estaba a punto de reclamar por haberme abandonado, de revelarle cuanto extrañaba sus abrazos, y sonó la alarma. Me encontraba en la desoladora habitación, y era hora de tomar mis medicinas.
Sin control
Y entonces Caperuza no temió más al lobo, si no que haciendo caso a su ello, decidió saciar sin miedo sus feroces fantasías.
Infiel
¡Maldito infeliz!, gritó la mujer, mientras preparaba la comida más picante que había hecho en su vida.
Siendo presa
De noche, la recurrente sombra amenazaba con robarme la tranquilidad. ¡Eres mía!, le escuchaba decir antes que el clonazepam hiciera efecto.
Blanca en depresión
Suspiró y exclamó «Ya no puedo más, quiero que termine el cuento» mientras las lágrimas se escapaban, el veneno de su manzana poco a poco hacía efecto.
Ilusión
¡Encontré mi muñeca!
Dijo la niña, mientras su madre, guardaba el secreto de haber conseguido una igual por mercado libre.
Efecto azul
Misma mañana, mismo pensar, misma sensación. Un día más haciendo lo que mejor sabía. Cuando pensé que las cosas seguirían igual que antes, cuando estaba tan acostumbrada a su voz misteriosa, finalmente las píldoras hicieron efecto pues ya no cabía más color azul en mí.
El indicado
Mientras cuchareaba mi comida una y otra vez, sentía su mirada sobre mí y pensaba «Este no es el indicado», pues después de meses de salir no me había regalado rosas en ninguna ocasión. Tras tomarme un tiempo para mí, un compañero del trabajo llegó con rosas a pedirme una oportunidad y le dije que sí, pero pasado unos meses no me invitaba a viajar así que no, él tampoco era el indicado. Después de él, creí haber encontrado a la persona perfecta, llevábamos dos años saliendo, habíamos viajado por lugares hermosos, pero nunca me invitó a ningún concierto de rock, definitivamente tampoco era con quien debía quedarme. Por último, duré siete años con quien me llevaba a lugares reservados de mis bandas favoritas, me divertía con él y entre nosotros había química, pero no era lo suficientemente guapo para ser el indicado, por eso fue que terminamos.
Después de una mala comida, cuando la intoxicación no tuvo remedio y mis días llegaron a su fin, nadie reclamó mi cuerpo en la morgue, nadie supo de mi terrible final; después de tanto esperar a que llegara el indicado, ninguno fue quien llenó mis vacíos.
Instrucciones para dejar de estar jodido
¿De pronto llegas a ese punto donde sientes que no avanzas y no sabes qué hacer con tu vida? No importa la edad, dicen que pasa cada década. Lo primero que debes hacer para superar la crisis es pararte de la cama, cuidar que sea el pie derecho el que toque primero el piso, después darte una ducha fría para ver si se descongela un poco de serotonina en la reserva. Posteriormente buscar la mejor ropa, ésa que te hace no pelear con el reflejo del espejo, después ir en busca de trabajo. Si te contratan a la primera tuviste suerte y si no, hay que “seguirle buscando” hasta que haya algún lugar donde al fin tu cerebro pueda echarse a volar. Después de un tiempo cobrarás tu primer sueldo y entonces deberás pasar a lo más importante: encontrar un terapeuta para contarle tus penas, para decirle que a pesar de haber seguido las instrucciones al pie de la letra te sigues sintiendo igual de jodido. Pero no te asustes, este instructivo no es una receta mágica, se debe dejar cocinar por lo menos seis meses para obtener resultados.
Nota: Si no se obtienen resultados después del tiempo estimado, consúltelo con la almohada.
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