Poemario ganador del Premio de Poesía Felipe Carrillo Puerto 2024, que convoca el Gobierno del Estado de Yucatán, en el marco de la Semana Cultural Felipe Carrillo Puerto.
*
Te reconozco a ti, héroe yucateco,
de ojos claros
inocencia de niño.
Alumno de la vida,
luces cual adulto
con alma de infante.
Mírate en el espejo de las sombras,
reflejado en las miradas tristes de los mayas
aparentando algo que no eres.
Nada es tan tuyo
como tu lucha constante
para salvar tu propia alma triste,
descansa bajo el cobijo de las estrellas.
Dragón incomprendido
deja ya la inquietud del viaje
entrégate al canto de la sirena,
duerme ya, hijo mío.
* *
Escribo este poema a un amigo,
a un amigo de mi gente.
A quien caminó paso a paso
sintiendo en carne propia
el sufrimiento del hermano maya
el sentir de los hombres y mujeres de mi tierra.
Escribo este poema al dragón de ojos verdes
que no buscaba con la vista
sino que veía con el alma
la esencia misma del pueblo.
Escribo este poema al apóstol rojo del pueblo maya
quien a pesar del conflicto
supo ver el espectáculo de la existencia
siempre desde el corazón
aunque eso le costó la vida.
Escribo este poema a una leyenda de mi pueblo
a quien admiramos y respetamos
por su valentía y nobleza.
Leyenda idílica e imaginaria,
legionario dragón que por tu gente luchaste
contra toda injusticia
empoderando por igual
al pobre, al indio y a la mujer
sin importar el color de piel
ni el yugo de la desigualdad.
Escribo este poema a quien supo cumplir sus promesas
dedicando su vida a una pasión que lo llevaría a la muerte,
y quien casi al final de la misma padeció de un querer tempestuoso
que marcó su vida de formas inquietantes.
Un amor que llegó cual huracán peninsular
llevándose consigo su corazón a un país lejano;
que exhalaste un último suspiro con anillo en mano
anhelando un alma tan lejana y cercana a la vez.
Escribo este poema sentada cerca de tu última morada
bajo la sombra de un frondoso flamboyán
en el mismo lugar donde las balas liberaron tu alma
de todo padecer mundano.
Oh gran prócer yucateco
cimiento del Yucatán moderno,
entrañable héroe de mi nación,
sean mis palabras un reconocimiento a tu recuerdo,
pues al conocerte a través de tus obras
vienen a mi mente tus recuerdos
y me siento realmente satisfecha,
orgullosa de mi tierra y de mi procedencia.
orgullosa de mi mestizaje
orgullosa de mi piel canela
orgullosa de ser yucateca!
* * *
A veces quiero llorar
pero las ganas de seguir luchando
me elevan al viento.
Y me susurra la voz cansada del anciano:
Despierta! Despierta!
Ya es la hora.
Y las ganas temblorosas
comienzan nuevamente a brotar
esas ganas de volverme tierra
esas ganas de volverme mar.
En mi andar cansado,
cuando juraba por la Santa Cruz que ya nada me conmovía
Me encontré en sus ojos.
El vuelco a mi alma fue inmediato.
Y sentí un renacer.
Niña era ella y niño era yo.
Millones de mundos,
cientos de espacios.
Y allí estaba ella,
y aquí estaba yo.
Dejando nuestras huellas
en la misma tierra.
La paz y la razón,
vibrando la gota de rocío
en la palabra,
cambiando la espada
por la golondrina.
Y en la luna nueva,
al anochecer…
una nueva alianza
vuelve a florecer.
Así era mi amor por ella!
Destino
Con una máscara en la frente
guardo una lágrima para después
y te invoco
y me muestro valiente ante esta gente,
porque me atreví a soñar
con un mundo diferente.
Y mi último suspiro va hacia ti,
escucho tu canto,
y la vida corre,
en mi cuerpo un último arrullo.
Con la herida abierta,
pienso en nuestra triste suerte
sangra mi corazón
gotas de amor y dolor.
Sea esta una ofrenda
a tu recuerdo sagrado.
Rimas antiguas
de un viejo canto maya.
Piedra que hace candela
cuando tu recuerdo frota.
Fuego invade mi alma
con la luz de las estrellas.
Cuando escucho que te nombren:
¡Felipe Carrillo Puerto!
Quede tu nombre grabado
en las raíces de mi pueblo!
