Dedicado especialmente al Club de Libro Papiro,
el más antiguo de Yucatán y a su fundadora María Jesús Ceballos E.
De acuerdo con la escritora Irene Vallejo en su exitoso libro El infinito en un junco: “…después de siglos de búsqueda de escritura humana sobre piedra, barro, madera o metal, el lenguaje encontró finalmente su hogar en la materia viva, encontrando cobijo en la médula de una planta acuática”.
Con la intensión de que sus vivencias y, posteriormente, sus palabras fueran eternas, el hombre probó inicialmente escribir, cincelando o dibujando en piedras, trabajo arduo que se remonta al neolítico y al que se le conoce como inscripciones o arte rupestre, pero su difusión era limitada. La piedra es duradera pero no transportable.
La escritura que se considera más antigua de la humanidad es la cuneiforme que surgió en Mesopotamia y el texto que se piensa es la primera obra literaria es: Las instrucciones de Shuruppak, una especie de sentencias o recomendaciones para conseguir el ideal moral, comparado con los diez mandamientos, fueron escritas en tablillas se calcula hace más de 4,500 años, pero han llegado hasta nuestros días solo copias de algunos fragmentos con una antigüedad de 2,500 a.C. Algunos de sus preceptos son dedicados a los reyes: “Si el rey ignora la ley, su gente caerá en el caos y su país será devastado”; a las relaciones con las mujeres: “Para la mujer que te es querida, no abras tu corazón: tan pronto como tenga el sello en la mano, verás el desorden en tu reserva sellada. Lo que contiene tu bolso, que tu esposa lo no aprende”; o consejos para la educación de los hijos: “Hijo mío, con quien la calumnia no come harina. No humille a los jóvenes con los viejos. No te burles del dios que no invocas. Toma el consejo de tu fuerza. Con un poderoso no te midas”.

Las tablillas de arcilla o cera resultaban frágiles y aun cuando increíblemente algunas han llegado a nuestros días, su uso en la mayoría de los casos fue efímero y muchas veces se reutilizaban borrando lo escrito anteriormente, siempre y cuando su secado haya sido al sol y no en hornos, lo que les daba más durabilidad. El proceso generalmente consistía en grabar con una cuña de metal, marfil o madera cuando aún estaban húmedas y blandas las placas, el llamado estilo tenía un extremo puntiagudo y otro plano para borrar. Destacan las bibliotecas asirias como la de Sargón II y Asurbanipal, fundadas en torno al 722 a.C. que se presume pudieron albergar más de 22,000 tablillas. En Grecia y Roma se usó este tipo de tablillas con fines educativos en las escuelas de niños y jóvenes. Uno de los inconvenientes de las tablillas de cera y arcilla es que eran de pequeño tamaño por lo que una obra quedaba inscrita en varias piezas, al extraviarse una de estas el relato quedaba incompleto.
Resulta interesante la preocupación por perder tablillas, ya sea por robo o destrucción, la cual quedó plasmada en las siguientes maldiciones:“A aquel que se apropie de la tablilla mediante robo o se la lleve por la fuerza o haga que su esclavo la robe, que Shamash le arranque los ojos, que Nabu y Nisaba lo vuelvan sordo, que Nabu disuelva su vida como el agua. A quién rompa esta tablilla o la ponga en agua o la borre hasta que no pueda entenderse, que los dioses y diosas del cielo y de la tierra lo castiguen con una maldición que no pueda romperse, terrible y sin piedad, mientras viva, para que su nombre y su simiente queden borrados de la tierra y su carne sea pasto de los perros”.
Respecto a las tablillas de madera, se usaron en forma de dípticos o trípticos, logrando sobrevivir milagrosamente algunas con una antigüedad de 1500 años descubiertas en África, ya que son de rápida descomposición. En Transilvania también se encontraron tablillas de madera de pino cuyo contenido son contratos de venta, cuentas y recibos. Las inscripciones sobre metal se hicieron con la intención de que perdurasen con el tiempo. Los romanos eran afectos a este tipo de escritura sobre bronce, utilizándola para documentos importantes como diplomas militares y concesiones de ciudadanía.
Sin embargo, se considera que el descubrimiento del papiro representó un gran cambio y avance en la difusión de ideas, iniciándose la “locura” por los textos y su acumulación en bibliotecas. Grandes cantidades de la planta de donde surge el lienzo para escribir llamado papiro, crece en los pantanos a orillas del rio Nilo y su descubrimiento se calcula fue 3,000 años a.C. Al igual, cuando el hombre descubrió el petróleo, su hallazgo representó un gran negocio, en este caso para los egipcios y en especial para los faraones ya que se le consideraba monopolio real, acaparando su fabricación y venta y encareciéndolo, ya que rápidamente se convirtió en el material de escritura más utilizado. Las redes comerciales del papiro se extendieron a través de África, Asia y Europa, en donde los mercaderes generalmente no vendían hojas o lienzos sueltos, sino rollos de varias hojas unidas. Los rollos medían entre 13 y 30 centímetros de alto y generalmente una longitud de 3.2 a 3.6 metros, cortando los usuarios el lienzo al tamaño que requería su escrito. El rollo más largo conocido es el papiro llamado Harris I que mide más de 41 metros.

Hace algunos años, tuve la oportunidad de visitar en el Cairo una fábrica de papiros, siendo una de las experiencias que más me marcaron de esa inolvidable y misteriosa ciudad. Al igual que en el pasado y como explica Plinio el viejo en su obra Naturalis, se obtienen los filamentos del junco, el tallo de la planta tiene un grosor del brazo de un hombre y una altura de tres a seis metros. Después de mantener por una o dos semanas en remojo los tallos, se van colocando tiras sobre una tabla en forma vertical, para después poner encima otra capa en forma horizontal, posteriormente se golpea con un mazo de madera (o con una prensa actualmente) para terminar alisando la superficie con una piedra pómez o concha, obteniéndose lienzos del tamaño que se requiera. En forma similar también se obtienen hoy en día papiros de hojas del plátano, que son los que se comercian en las calles a muy bajo precio, enseñándoos en la fábrica que visitamos las diferencias entre las auténticas del junco y las de plátano que son menos tupidas.
Respecto a las tintas usadas, el negro se obtenía mezclando humo o ceniza con goma, y muchas se obtuvieron también de metales como el cobre o el óxido de plomo para el color rojo y otras de distintas plantas o frutos como la nuez. Los tinteros encontrados van de los más sencillos de barro cocido, a los más lujosos con incrustaciones de plata. En Egipto, en una de las tumbas, se halló junto a una momia, un tintero formado por un pedazo de madera con dos orificios, en ellos había unas bolitas endurecidas, una roja y otra negra.

Ptolomeo I (367 a 283 a.C.), el amigo y algunos dicen traidor de Alejandro Magno, fue el heredero de Egipto tierra conquistada por este último; un macedonio que se convirtió en faraón de una tierra que desconocía, quien asentó la capital de su reino en Alejandría. Decidido a convertirla en la más grande e importante de la época, destinó grandes cantidades de dinero para construir un museo y una gran biblioteca pública, ya que las anteriores eran en su mayoría privadas. La frenética obsesión por obtener todos los textos del mundo conocido y albergarlos en su biblioteca, se desató, enviando a representantes a todos los rincones para localizar y comprar obras, así como contratando traductores para reinscribirlas al griego.
Aunque no se cuenta con descripciones sobre cómo sería la biblioteca de Alejandría, algunas de las cosas que se saben es que eran un gran recinto amurallado y probablemente compartía espacio con el museo. Podemos imaginar los nichos donde se apilaban los rollos, a los visitantes eligiendo su “libro” y buscando un lugar para poder entregarse a su lectura.
La pasión y locura había comenzado.
Gracias muy interesante y culta información, la pasión por la lectura hace muy rica la historia de la manera en que se van transformando los medios para que perdure lo escrito, ¿que será de lo transmitido en las plataformas informaticas? Para el futuro.
Interesantisimo artículo. Muy explicativo. Y tu expresión del tema, invita a leer hasta el final.Felicidades, Laura
Excelente. Muy interesante.
Siempre es un placer leerte.
Excelente narracion de las diferentes tecnicas utilizadas para trabsmitir informacion felicidades laura
Exelente e interesante narración, siempre algo nuevo para aprender, Gracias por compartir. Felicidades Laura.