Quiero compartir con ustedes mi experiencia en Cuba, a donde viajé, junto con una delegación de maestros e intelectuales yucatecos, para participar en la VI Conferencia Mundial “Por el equilibrio del Mundo”, representando al grupo 7- Triskela de la Asociación de Scouts de México y a mi querido colegio Instituto Patria.
Lo primero que hice en La Habana fue ir al Marcha de las Antorchas, que es una caminata que se realiza en homenaje al natalicio de José Martí, quien es el héroe de la Independencia de Cuba, pero también es uno de los grandes pensadores de Latinoamérica. Ahí, tomé una antorcha tirada en el suelo y la prendí del fuego que me compartió uno de los tantos universitarios que marchaban. Fue muy emocionante, porque nos unimos a la marcha, con la bandera mexicana, la de Yucatán y la de los pueblos mayas. Al llegar a la fragua martiana, que está justo en el malecón de La Habana, pudimos ver como todos se fundían en abrazos y muestras de hermandad. Ahí, frente al mar nos hermanamos también con los otros extranjeros de Brasil y Palestina que también habían marchado.
A la mañana siguiente, el 28 de enero, natalicio del Ápostol (así llaman a Martí, porque murió en la batalla de Independencia), asistí como invitada de honor al desfile de los pioneros en el Memorial José Martí, acudí con mi uniforme scout y con mi bandera de México. Puse una rosa blanca en su memoria, como cada uno de los pioneros que asistieron.
Esto para mí fue muy significativo porque el poema que más recuerdo de José Martí es:
Cultivo una rosa blanca
en julio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.
Y, para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
ni oro ni cardo cultivo,
cultivo una rosa blanca.
Al día siguiente del desfile, el miércoles 29 de enero, visitamos la sede del Movimiento Juvenil Comunista (MJC), donde la directora nacional de los Pioneros y el director técnico nacional nos recibieron, nos explicaron cómo funciona la organización, y yo también expliqué cómo funcionan en México los Scouts y las escuelas mexicanas. Me invitaron a conocer el Museo de la Revolución, el Teatro Alicia Alonso y el Capitolio, todo esto se encuentra en La Habana vieja.
Quiero decirles que mi encuentro con los pioneros fue histórico, ya que en Cuba no hay Scouts ¿Y ustedes se preguntarán por qué? Sucede que hasta 1960 existía el movimiento scout en Cuba; el caso es que los Rovers, que son los más grandes, participaron Revolución Cubana e incluso, sirvieron de policías durante los primeros días del gobierno revolucionario. Entonces los Scouts de Cuba fueron sancionados por haber participado en política, al menos así se interpretó; sin embargo, ellos siguieron uno de los tres principios scouts: Dios, patria y hogar.
Es por eso, que el comandante Fidel Castro, toma los valores del escultismo y los pone en el sistema educativo, por eso todos los niños y niñas de las escuelas de Cuba son Pioneros.
Por otro lado, me sentí muy orgullosa de ser la primera niña en participar el Conferencia Mundial “Por el Equilibrio del Mundo”, el cual reunió a más de mil delegados de más 81 países, con el fin de encontrar soluciones para la paz y la mejor vida en el mundo. Este evento se describe como un cónclave de civilizaciones, y tienen mucha razón porque había miles de personas de diferentes lugares: Yo conocí de Tailandia, Francia, Italia, Palestina, Brasil, China, del Congo, Ucrania, por supuesto, Cuba y también de otras partes de México. Aprendí a usar el traductor simultáneo para entender lo que decían los diferentes conferencistas, sobre todo en la inauguración, que, por cierto, duró cuatro horas.
Conocí también a grandes personalidades que me dieron buenos consejos, como la senadora Veronica Camino, el poeta Miguel Barnet, el investigador Pedro Pablo Rodríguez, el canciller Bruno Rodríguez y el Dr. Eduardo Torres Cuevas, que es el director de la Oficina del Programa Martiano y presidente del Comité Organizador de la Conferencia Mundial, entre muchos otros. También conocí al presidente de Cuba Miguel Díaz Canel, quien estuvo presente en varios momentos del Congreso.
El día de mi presentación estaba muy nerviosa porque, como en los días anteriores conocí a mucha gente, llegaron a escucharme. Mi ponencia fue sobre “Los verdaderos peligros del Internet en los niños y las niñas”. Cuando dijeron: Nema Castillo, pasé y vi a gente de muchos países, académicos y diplomáticos, pero también nuevos amigos, sentí nervios, pero fue muy emocionante. Cuando terminé aplaudieron de pie. Los comentarios fueron muchos y en muchos idiomas, las fotos también.
Algo muy bonito fue encontrarme con Armando, quien fue lobato en Cuba, por supuesto antes de la Revolución. Me dijo que no había vuelto a ver un scout desde esa época y muy emocionado, me contó que aún guarda su pañoleta como un gran tesoro.
Cuando volví a Mérida, compartí mi experiencia en mi escuela y con los lobatos de mi manada, así como con la tropa de mi grupo. Con esto he ganado la insignia de la paz Waingunga.
Ahora, tengo la invitación para ser la conferencista invitada en dos importantes eventos: el Encuentro Nacional de las Juventudes Martianas en Santiago de Cuba y en el Congreso Nacional de Pionero, ambos el próximo mes de julio. También tengo el compromiso de continuar la comunicación entre los pioneros y los scouts del grupo 7, mientras llega la siguiente Conferencia Mundial 2027.
Para concluir, puedo decirles que lo más bonito de esta experiencia es saber que puedo expresar mis ideas y que mi voz puede llegar a cualquier rincón del mundo, lo que me hace pensar que es posible ayudar, como dijo Baden Powell, “a dejar este mundo en mejores condiciones de como lo encontramos”, y Martí: “por todos y para el bien de todos”.
