Voté por el SÍ

La relevancia de la Consulta Popular efectuada el pasado domingo 1 de agosto en México referente a la posibilidad y deseo de enjuiciar a los ex presidentes de los últimos cinco sexenios, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, para mi juicio yace en sí misma, por el hecho simple pero no poco importante de ser la primera que se efectúa en la historia del país, y por representar los anhelos de millones de mexicanos, incluso de muchos de quienes denostaron su realización y condenaron al fracaso lo que a fin de cuentas representa un pequeño paso para quienes buscan justicia y verdad para las víctimas, sus familiares y toda la nación, lacerada por una infinidad de crímenes de lesa humanidad, que tienen origen y ejecución en la naturaleza del capitalismo y en los actos de quienes ostentando el poder han resguardado sus intereses.

He escrito sin reparo un sinfín de dudas respecto al sistema jurídico mexicano, uno de los más corruptos e inhumanos del mundo, siendo un mecanismo cómplice de asesinatos, desapariciones forzadas, violaciones, feminicidios, narcotráfico, paramilitarismo, guerra de baja intensidad, desplazamientos de comunidades, discriminación, racismo, segregación social-económica, despojos, explotación laboral y de los recursos naturales, violación de los derechos humanos elementales y todos los delitos posibles de cometer. En México no ha habido un gobierno que responda absolutamente a las necesidades proletarias-populares, su adhesión al Estado capitalista los ha hecho guardianes de los intereses burgueses.

Soy consciente de la utilización política de la Consulta, del manejo partidista y de que existe un 99.9 por ciento de posibilidades de que nada pase y/o nada cambie más allá del resultado, al igual que tengo muy clara las razones de las descalificaciones realizadas por los sectores ultraderechistas y algunos neofascistas, que, desde el principio, simularon ser los más “preocupados” por el Estado de Derecho y advirtieron la no necesidad de consultar ante la posibilidad de una acción legal directa por parte de las autoridades federales, una crítica oportunista y por demás cínica, pues solo buscaron protegerse por sus claros vínculos a todos los crímenes cometidos durante los sexenios de los ex presidentes.

Aun así, con todo lo adverso y la conciencia clara sobre la legalidad burguesa y su resguardo del status quo, decidí asumir como propia la convocatoria y el llamado realizado por el movimiento zapatista para participar en la Consulta, ya que en el fondo, ahí abajo y a la izquierda, donde la lógica sistémica no alcanza a comprender nada, ahí donde el dolor se hace común y se divide entre millones de seres humanos diversos para cargarlo entre todos y todas, ahí mismo es donde nace la utopía conjugada con la ira, la rabia y el sentimiento de indefensión, dándole forma a la esperanza, incluso sabiendo que esto puede sonar a idealismo puro e insustancial, tan bien sé sin pudor, que ni las ortodoxias más puras ni los “indiferentes” más cínicos, pueden hacer justicia sin escuchar y valorar los sentires plurales de quienes llevan años luchando, resistiendo y creando desde sus trincheras otras realidades anticapitalistas.

Voté por el SÍ deseando que los culpables paguen por sus delitos y para que las víctimas alcancen un poco de justicia y verdad. Nada de esto me impide ser consciente de que la justicia absoluta llegará cuando superemos este sistema capitalista y creemos un mundo mejor.

Cristóbal León Campos es Licenciado en Ciencias Antropológicas con Especialidad en Historia por la Universidad Autónoma de Yucatán. Integrante fundador de la Red Literaria del Sureste México-Nuestra América. Es editor de Disyuntivas. Cuaderno de Pensamiento y Cultura. Colaborador de Por Esto!, La Jornada Maya, Novedades de Yucatán, De Peso y diversos medios impresos y digitales. Coautor del libro Héctor Victoria Aguilar. Esbozo para una biografía (SEGEY. 2015), coeditor del libro Migración cubana y educación en Yucatán. Actores, procesos y aportaciones (SEGEY, 2015), autor de En voz íntima (Disyuntivas ediciones, 2017). Miembro de la Asociación Mexicana de Estudios de la Caribe (AMEC) y del equipo de promoción de Archipiélago. Revista cultural de Nuestra América (UNAM-UNESCO), miembro de la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC). Fue coordinador académico de la Casa de la Historia de la Educación de Yucatán de 2010 a 2019. Actualmente es Coordinador de la Cátedra Libre de Pensamiento Latinoamericano «Ernesto Che Guevara».