Ya comienzan las calles a pintarse de arcoíris con las Marchas del Orgullo, cuya máxima expresión se verá el próximo 18 de junio, cuando las avenidas de las principales ciudades del país recibirán diferentes manifestaciones de la diversidad en esta marcha que es una celebración por los logros a favor de los derechos de la comunidad LGBTTTQ+, pero también un recordatorio de lo mucho que falta por hacer.
Cuando leo en las redes a algunos cibernautas enojarse por las vestimentas y la algarabía que caracteriza estas marchas, pienso en la homofobia no deja ver que éstas son manifestaciones pacíficas que expresan inconformidad ante la intolerancia, discriminación y violencia social de una manera alegre, cuando a su alrededor se dan realidades muy duras como los crímenes de odio que se dan con total impunidad, sobre todo contra las personas trans.
Un crimen de odio consiste en una infracción o acto penal motivado por prejuicios contra una o varias personas por el hecho de pertenecer a un determinado grupo social, lo que va en contra del ejercicio fundamental de los derechos y libertades suscrito en la Constitución y constituye un delito regulado en el primer apartado del articulo 510 del Código Penal.
Los motivos por los cuales, pueden incitarse los delitos (verbales o físicos) de odio pueden ser por diversos prejuicios entorno a una persona o grupo de personas: culturales, por raza, ideología, religión, color de piel, idioma, nacionalidad, sexualidad, género, discapacidad, entre otras.
En un extenso artículo dedicado al tema, escrito por la periodista Flor Guillén para Serendipia digital, nos dice que la ODIHR (Office for Democratic Institutions and Human Rights) ha señalado que la violencia que experimentan ciertos grupos y colectivos está fundada precisamente en la idea de considerarlos ‘diferentes’. Sería entonces el encuentro o la confrontación entre distintas identidades, que simbolizan la diferencia con la violencia. Mencionan también que, desde las amenazas verbales hasta el asesinato, pasando por los golpes y la violencia sexual pueden convertirse en actos morales de limpieza social o por lo menos ‘normales’, que justifica y legitima al victimario, al mismo tiempo que edifica una moral y forma de vida única”.
Asimismo, Guillén señala que “Sin Violencia LGBTI, una red que reúne a organizaciones de Derechos Humanos de once países, alerta sobre la violencia entre 2014 y 2020, al menos mil 949 personas LGBTI fueron asesinadas en diez de los once países integrantes de la red, mil 403 de ellas equivalente al 72 por ciento fue por motivos relacionados con el prejuicio frente a su orientación sexual o identidad de género”.
El informe “Des-cifrando la Violencia en Tiempos de Cuarentena” de Sin Violencia detalla que entre 2014 y 2020, al menos 3 mil 514 personas LGTBI fueron asesinadas en América Latina y el Caribe, mil 401 de ellas por motivos relacionados con el prejuicio frente a su orientación sexual o identidad de género. Solo en 2019 se registraron 327 casos y en 2020, en plena pandemia por COVID-19, fueron 351 las víctimas.
De acuerdo con los datos recabados por Guillén, en Serendipia, en 2020, México fue de los países que encabezan la lista en homicidios de personas LGBTTTIQ+ de América Latina y el Caribe. En primer lugar, está Colombia con 233 víctimas, seguido de México con 79 víctimas y Honduras con 20 víctimas. En enero de 2022 fueron cometidos al menos ocho crímenes de odio contra personas de la comunidad LGBTTTIQ+ en siete entidades de México. Los casos ocurrieron en ocurrieron en los estados de Puebla, Ciudad de México,Tabasco, Veracruz, Chihuahua, Nayarit y Oaxaca.
Un año antes, en 2021, hubo 72 crímenes de odio en México, de acuerdo con los datos publicados por el Observatorio Nacional de crímenes de odio contra personas LGBT de la Fundación Arcoíris. De estos, 66 fueron asesinatos, cinco fueron desapariciones y los restantes no están especificados.
El CONAPRED muestra en su encuesta ENDOSIG del 2018, que las personas de la comunidad LGBTTTIQ+ se encuentran en los primeros lugares de la población con los mayores índices de discriminación en el país. Sin embargo, no existe en México un registro nacional de estos delitos en el país.
Por este motivo, hay que estar alertas ante cualquier señal de que anuncie un discurso de odio, esto es que promueva la agresión y violencia hacia cualquier persona, sea en una platica cotidiana, en un chiste, en las redes sociales, ya que las formas verbales, también son delitos, dañan y son el antecedente de los crímenes de odio.
Fuentes:
Guillén, Flor (2022), «Crimenes de odio en México, sin registro oficial, consultado en: https://serendipia.digital/datos-y-mas/crimenes-de-odio-en-mexico-sin-registro-oficial/
«Delito de odio», consutado en: https://www.conceptosjuridicos.com/delito-de-odio/
Responder