Cuba: El 11 de julio, un submarino y la Unión Europea

Foto: RPP

La Habana, Cuba.- Como para no perder la costumbre, Cuba ha continuado en la mira mediática de no pocos lugares, pues, desde ese mundo virtual que nos ata a cada segundo, las noticias sobre este pequeño archipiélago no se detienen y entre predicciones, ofensas y amenazas, han transcurrido las últimas semanas para quienes siguen de cerca los acontecimientos políticos relacionados con la mayor isla antillana.

La situación en el país sigue muy complicada desde el punto de vista económico y como he comentado en otros textos, los ciudadanos se mantienen a la espera de que les llegue un respiro para sus menguados bolsillos, y que la inflación, que martilla segundo a segundo en las familias y todos los aspectos de la vida, encuentre el freno necesario a su espiral descontrolada.

La cotidianidad del cubano está siendo en extremo difícil, pues a lo anterior se suman las crecientes dificultades con el transporte urbano y una crisis circunstancial con el abasto de agua en la capital y en otras regiones, mientras la situación del combustible tiende a una mejoría, lo que trae aparejado una estabilidad tanto para el transporte automotor como para la generación de energía eléctrica.

En tal contexto se llegó al 11 de julio, fecha que dos años atrás marcó la historia del país, pues ese día del 2021 se sucedieron manifestaciones en varias provincias, provocadas por la compleja situación imperante, pero también, aupadas e impulsadas desde las redes sociales, y bajo el apoyo, se sabe, de quienes, en el otro lado del estrecho de la Florida, apuestan por el fin del proceso cubano a como dé lugar.

Cientos fueron esta vez los llamados a repetir las provocaciones y la violencia del 2021, pero, a decir verdad, puedo atestiguar que este 11 de julio reinó la tranquilidad en las calles habaneras. Y lo aseguro con conocimiento de causa pues recorrí durante todo el día, por razones de trabajo, varios municipios capitalinos y lo único que percibí era el movimiento cotidiano de los ciudadanos como cualquier jornada de verano.

Así que, para aquellos que volvieron a frotarse las manos, a la espera de una nueva y mayor revuelta contra el gobierno cubano, la decepción debe haberles caído como el clásico cubo de agua fría, pues la estabilidad y la tranquilidad no tuvieron la más mínima alteración, al ser ellas conquistas muy preciadas para quienes habitamos esta tierra.

Paralelo a ello y como si se tratara de una movida coordinada, Estados Unidos, esta vez alejado del entorno virtual, puso a prueba la paciencia de la dirección cubana, pues un submarino nuclear de su armada visitaba la ilegal base que tienen en la bahía de Guantánamo, la provincia más oriental del archipiélago cubano.

Las denuncias de las autoridades cubanas no se hicieron esperar, al considerar que lo ocurrido entre el 5 y el 8 de julio de 2023, constituye una escalada provocadora de los Estados Unidos, cuyos motivos políticos o estratégicos se desconocen.

La base militar estadounidense ocupa ese territorio de 117 kilómetros cuadrados desde hace 121 años, en contra de la voluntad del pueblo cubano y como rezago colonial de la ilegítima ocupación militar del país iniciada en 1898, tras la intervención expansionista en la guerra de independencia de los cubanos contra el poder colonial español.

De acuerdo con la Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores, la «presencia allí de un submarino nuclear en estos momentos obliga a cuestionar cuál es la razón militar del hecho en esta región pacífica del mundo, contra qué objetivo se dirige y qué propósito estratégico persigue».

Y recuerda que las 33 naciones de la región son firmantes de las Declaración de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, suscrita en La Habana en enero de 2014.

Y como si las provocaciones estuvieran concertadas, el Parlamento Europeo acaba de aprobar una resolución referida a las declaraciones del Consejo y la Comisión Europea, y el estado del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre la Unión Europea (UE) y Cuba, tras la visita realizada a La Habana en el mes de mayo por el Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, Josep Borrell.

El documento europeo muestra un alto contenido injerencista, difama no sólo sobre la realidad cubana, su ordenamiento jurídico y Estado de Derecho, sino también respecto a los vínculos que Cuba mantiene con otros Estados de forma soberana, en estricto apego al Derecho Internacional, señaló la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento) en rechazo al reciente documento.

El mensaje refleja la aplicación de un doble rasero en la emisión de juicios de valor sobre temas a los que ese Parlamento no presta atención en el territorio de sus propios Estados miembros y en otras partes del mundo; podría entenderse como cómplice el silencio del Parlamento Europeo sobre el resurgimiento del Fascismo, indicó el Parlamento cubano.

Esta resolución contribuye al intento estadounidense de aislar a Cuba internacionalmente y de justificar su genocida bloqueo, además, constituye un atentado contra las empresas del bloque comunitario que invierten en la isla o se interesan en hacerlo, agregó.

La Asamblea Nacional de Cuba llamó a los eurodiputados a respetar el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre la UE y Cuba, el compromiso de sus Estados miembros y la posición de otras instituciones de la UE como el Consejo y la Comisión Europea, así como a escuchar el sentir de amplios sectores de las sociedades europeas que abogan por consolidar el diálogo y contribuir al desarrollo de intercambios y la colaboración.

Como las casualidades no están escritas, se puede pensar en que los tres acontecimientos guardan una relación, o al menos, tienen puntos de contacto, en el afán estadounidense de ahogar a Cuba por varios frentes a la vez.

Claro, lo único que logran es el efecto contrario. Entre tantas presiones y señales, la mayoría de los cubanos siguen su vida cotidiana apostando a la mejoría prometida, a que los tiempos mejores van a llegar y a que una mejor Cuba es posible, que esa aspiración no puede ser una quimera, que el proyecto país al que se anhela es viable no obstante tantos obstáculos y dificultades.

Pelayo Terry Cuervo es Licenciado en Periodismo y Máster en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de La Habana. Fue Corresponsal de Guerra en Etiopía entre 1988 y 1989. Reportero y Corresponsal Jefe en La Habana de la Agencia de Información Nacional (actualmente Agencia Cubana de Noticias), subdirector del semanario Tribuna de La Habana (1997-2000), subdirector del diario Juventud Rebelde (2000-2009), Director de Juventud Rebelde (2009-2013) y Director del diario Granma (2013-2017). Actualmente es editor del sitio web Cubaperiodistas, de la Unión de Periodistas de Cuba. Ha sido conferencista y tribunal de tesis en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y presidente y miembro de varios jurados de la UPEC, entre ellos el Nacional de Periodismo José Martí, por la obra de la vida, el Juan Gualberto Gómez, por la obra del año, y el Premio Nacional de Periodismo 26 de Julio, del cual ha sido presidente en los dos últimos años. Fue premiado en varios concursos periodísticos en Cuba y consultor en temas de Periodismo y Comunicación. Fue colaborador de los diarios Por Esto! (diciembre 2017-junio 2020) en el tratamiento del tema Cuba, tanto en reportes informativos como en artículos de Opinión.