El regreso de las emociones

Las emociones importan

Herederos de la teoría política moderna, los paradigmas clásicos de las Relaciones Internacionales han insistido en que el comportamiento del Estado-nación es racional y que las respuestas a la anarquía sistémica devienen de algún mecanismo de intermediación de intereses donde las pasiones deben ser aisladas, domadas e incluso suprimidas.

En el Sistema Internacional, así pensado, no existe espacio para las emociones, ni mucho menos para su análisis. Pero las emociones existen, aunque sean poco estudiadas.

Martha Nussbaum afirma que las emociones políticas intensas “tienen consecuencias a gran escala para el progreso de la nación en la consecución de sus objetivos. Pueden imprimir a la lucha por alcanzar esos objetivos un vigor y una hondura nuevos, pero también pueden hacer descarrilar esa lucha, introduciendo o reforzando divisiones, jerarquías y formas diversas de desatención o cerrilidad”.

Las emociones, así entendidas, no hacen referencia a meros impulsos biológicos, sino más bien a constructos sociales que, iniciando en el lenguaje crean discurso y a partir de allí, generan toda clase de acciones y reacciones.

Sin duda, el cambio en la dinámica de las Relaciones Internacionales se encuentra anclado en las emociones y los sucesos actuales son una muestra de ello. Analicemos dos casos.

1. Irán: la indignación

En Irán, la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, quien falleció en un hospital después de ser detenida por la policía de la moral y ser llevada a un «centro de reeducación» por no seguir las normas estatales sobre el uso del hiyab, abrió una nueva oleada de protestas generalizadas.

La indignación ha producido huelgas en más de 40 ciudades que han encontrado como respuesta la represión del Estado, pero la resistencia continuará.

Foto: Clemens Bilan/EFE

2. Norcorea-Japón: el miedo

Las políticas que se han llevado a cabo tanto exteriores como domésticas en Corea del Norte y en Japón han derivado en una nueva escalada de tensiones en el sureste asiático.

A inicios de octubre Corea del Norte disparó un misil balístico que sobrevoló el norte de Japón antes de caer en el Pacífico; en Tokio se activaron las alarmas como expresión del miedo.

Ante momentos de tensión como este, no es raro que los Estado-nación decidan reaccionar desde una óptica de mutua amenaza de destrucción, donde la lógica es generar un miedo equivalente al causante del primer terror.

Esto explica porque Japón, de la mano de Estados Unidos, reaccionaron con una maniobra que consistió en un sobrevuelo conjunto en el espacio aéreo de la región de Kyushu.

Foto: RT

¿Por qué estudiar las emociones?

Los casos comentados dejan en claro que el estudio de las emociones es necesario si se intenta dar cabal explicación a fenómenos actuales de la política internacional: movimientos sociales, fundamentalismos, cooperación y seguridad.

La interdisciplinariedad propia de las Relaciones Internacionales hace necesaria la revisión de los estudios de las emociones provistos por la filosofía, la sociología, la psicología social y las neurociencias.

Se trata de generar una discusión, una provocación para avanzar hacia un mayor grado de comprensión del papel que juegan las emociones en la política internacional.

Referencia:

Nussbaum, Martha C. Emociones políticas: ¿Por qué el amor es importante para la justicia? México: Paidós, 2014

Alonso Ronald Ortiz García
Licenciado en Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Maestro en Gobierno y Políticas Públicas por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Master en Técnicas Modernas de Dirección en la Administración Pública por la Escuela de Negocios Formato Educativo y la Universidad de Cádiz (becario de la OEA) y doctorando en Política Pública por el Centro de Investigación, Docencia y Análisis de Política Pública (CIDAPP). Tiene diversos diplomados y especialidades entre las que destacan Certificado en Sistemas Integrados de Gestión (Universidad de Cádiz), Diplomado en Evaluación de Políticas y Programas Públicos (Secretaría de Hacienda y Crédito Público), Certificado en Administración Pública y Fiscal (Banco Interamericano de Desarrollo), Diplomado en Derecho Parlamentario (Poder Legislativo del Estado de Yucatán- UNAM) y Diplomado en Teología, terrorismo y fundamentalismo religioso (Universidad de Salzburgo-ITESO). Se ha desempeñado en diversos cargos públicos destacando su experiencia en diseño, implementación y evaluación de políticas públicas. Asesor y consultor externo en proyectos educativos, culturales y empresariales. Docente universitario y promotor del estudio de las Relaciones Internacionales y las Políticas Públicas en diversos medios de comunicación. Fundador y Director General de Gestión y Vinculación Académica del Centro de Estudios Internacionales del Mayab (CEIM).