La procedencia de este viaje del Maya Tren se ha iniciado en una estación de salida que se pierde en el tiempo de la creación del Ixi’im/ maíz y en el espacio del cráter de Chicxulub y que, cruzando por una estación de trifurcación, es decir, de enlace mesoamericano, colonial y moderno, tiene su destino en una estación de llegada con un futuro tan incierto como esperanzador.

Si la obra es, pues, tan esencial para el progreso de los mayas, por qué en los informes de su avance se acude a batallones de seguridad ferroviaria incluyendo la vigilancia con drones por parte de la Guardia Nacional. ¿Es para asegurarse un movimiento migratorio —de norte a sur— de repoblación mestiza, sin tomar en cuenta las “fricciones interétnicas” que, a corto plazo, ello pueda suponer?

¿El Tren Turístico Transpeninsular, contriburá al desarrollo socioeconómico y al progreso integral o, por lo contrario, deteriorará el desarrollo etnocultural de los habitantes mayas de la Península de Yucatán?