Versa el dicho popular que, “en la mesa no se habla de política, religión ni fútbol”, sin embargo, Un enemigo del pueblo parte de un tema que concierne al ámbito político, social, cultural y familiar siendo este último detonante importante en el conflicto de la obra, en la cual las acciones loables, valiosas y heroicas del protagonista, el Doctor Stockmann se ven en detrimento al transcurrir la historia pero al final resurge de entre sus cenizas.
Un balneario y un periódico, son los elementos que el autor emplea como punta de lanza para establecer una punga entre hermanos: el Doctor Stockmann y el Alcalde; de entrada ambos oficios enfocados a acciones plausibles: servir a los demás, compromiso, virtud, sin embargo la figura del Alcalde se torna turbia cuando el hermano le señala que este balnerario, símbolo de prosperidad es un foco de infección y que pone en riesgo la salud de los ciudadanos de ese pueblo y que dejarlo en funcionamiento es un error.
El lenguaje en la obra es rico, uso de comparaciones, de denuncia, lo bien dicho, bien expuesto de acuerdo a las características de cada personaje como mencionaría Horacio en su Epístola a los Pistones, con medida y justificación, ejemplifico lo anterior en estos textos del Alcalde y del Doctor Stockmann:
Alcalde: En la síntesis que he escrito y ha aparecido en La Voz del Pueblo, he aclarado las partes principales del asunto, para que todos los ciudadanos conscientes puedan someterlo a su juicio imparcial. En ella he demostrado que la denuncia del doctor, además de constituir un gesto hostil contra las personas que están en el poder, no traerá otra consecuencia práctica, que la de obligar a los contribuyentes a un gasto inútil de más de cien mil coronas.
Doctor Stockmann: Os juro que no otorgaré ni una palabra de limosna a los desgraciados de pecho comprimido y respiración vacilante, quienes no tienen nada que ver con el movimiento de la vida. Para ellos no son posibles la acción ni el progreso. Me refiero a la aristocracia intelectual que se apodera de todas las verdades nacientes. Los hombres de esa aristocracia están siempre en primera línea, lejos de la mayoría y luchan por las nuevas verdades, demasiado nuevas para que la mayoría las comprenda y las admita. Pienso dedicar todas mis fuerzas y toda mi inteligencia a luchar contra esa mentira de que la voz del pueblo es la voz de la razón.
Por otro lado la meta teatralidad reluce en tanto se habla del hombre y su pertenencia a la masa así como sucede con los medios de comunicación masiva, la aguja hipodérmica, la manipulación que estos medios habita cuando son disfrazados para el bien común, cuando en realidad el beneficio es para un sector social:
Doctor Stockmann: No, la mayoría no tiene razón nunca. Esa es la mayor mentira social que se ha dicho. Todo ciudadano libre debe protestar contra ella. […] Oíd, la mayoría tiene la fuerza, pero no tiene la razón. […] Os voy a probar que La Voz del Pueblo se burla cuando dice que la mayoría es la esencia del pueblo. Eso no implica sino una adulación, un truco periodístico […] La plebe es la materia prima que hay que transformar en pueblo. […] La plebe a la que me refiero no se encuentra solo en las clases bajas; también bulle en torno nuestro, aún entre las clases más elevadas de la sociedad. […] Lo que de veras debilita al pueblo es la miseria, la pobreza y todo lo que se hace para embrutecerle. Cuando en una casa no se barre ni se friega el suelo, sus habitantes acaban por perder en un par de años toda noción de moralidad […] porque una mayoría compacta, que es harto inmoral quiere basar el progreso de nuestra ciudad sobre fundamentos arteros y engañosos.
En cuanto a los caracteres de la fábula, los personajes femeninos que aunque tienen breves apariciones posen fuerza y resultan entrañables sus intervenciones en apoyo a la familia, la prudencia, el orden (en la figura de la Sra.Stockmann, esposa del Doctor) y una juventud femenina que va tomando fuerza e inclinación a la justicia y a la verdad (en la figura de Petra, hija del Doctor Stockmann, maestra de profesión), ejemplifico lo anterior en estas intervenciones que aparecen en la obra:
Señora Stockmann: Señor Hovstad, nos está haciendo usted un grave perjuicio con eso de atraer a mi marido a las luchas políticas, alejándole de la familia. […] Pues yo les demostraré que una… pobre mujer vale a veces tanto o más que un hombre. Estoy de tu parte, Tomás.
En el siguiente fragmento vemos a una mujer con una postura clara sobre la defensa de la palabra:
Petra: Esa novela intenta demostrar que hay un poder sobrenatural que favorece a los que llama buenos y los recompensa, y que indefectiblemente castiga a los que llama malos.
Hovstad: Pero ¡si ésa es una tesis encantadora! Por añadidura, está muy dentro de los gustos del pueblo.
Petra: Entonces, ¿no tiene ningún reparo en ofrendar esa obra a sus lectores? Adivino, con todo, que usted no lo cree así y sabe muy bien que en la vida real no ocurren las cosas de ese modo.
Hovstad: Exacto. Pero un director de periódico no puede hacer siempre lo que se le antoje. Cuando se trata de cuestiones tan poco trascendentales, hay que inclinarse ante la opinión del público. Por el contrario, la política y ésa sí que es la cuestión más trascendental del mundo, al menos para un periódico— debe llevarse con habilidad, halagando al público para conseguir que acepte las ideas liberales y progresistas. En cuanto los lectores se encuentren en el diario con una historia moral como ésa, se tranquilizarán y acabarán aceptando las ideas políticas que publicamos junto a ella.
Petra: ¿Es usted capaz de emplear tamaños trucos para captarse a sus lectores? En tal caso, semejaría una araña que está al acecho de su presa y la atrae con ardides.
En Un enemigo del pueblo, presenta personajes en contraste y que dan muestra de las características del realismo, corriente a la que pertenece esta obra de Ibsen en tanto que corresponde a una situación que identifica al lector/espectador con su tiempo o realidad; siendo escrita hace tantos años pero al ser leída hoy en día, resulta tan actual, y me pregunto ¿Cuántos enemigos del pueblo conocemos?; muestra la sociedad en sus debilidades en tanto sus dilemas morales, ¿a qué se da prioridad: a la salud, al progreso, a la economía?; manifiesta el cambio de paradigma de la mujer ama de casa (Sra. Stockmann) a la mujer que trabaja y tiene ideas propias ya no impuestas (Petra) y trata sobre la libertad para conocer y la responsabilidad para transformar su realidad, pero que en muchas veces se ve limitada por otros, por el qué dirán.
La obra termina en un nuevo inicio, que logra la empatía en el lector, y considero que el lector también sufre de una catarsis, al conocer el modo en que la autoridad puede manipular a la masa a través del discurso y de los medios de comunicación; importante en toda la obra el poder de la palabra y cómo repercute en una sociedad con poca capacidad de autocrítica y reflexión.
Cierro este comentario con el último texto del Doctor Stockmann, que nos permite entender el mismo título de la obra:
Doctor Stockmann: El hombre más poderoso del mundo, es el que está más solo.
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