El terrorismo de AMLO: Apuntes de un escribidor

Todos sabemos que ser funcionario público ha sido el negocio de los políticos, todos quieren ser parte del sistema para servirse con la cuchara grande. Ahora veo a los grandes prianistas, que han sido vividores del erario, llorar como magdalenas porque auspician que no habrá dinero para Yucatán por parte de la federación y eso significará la desaparición de programas educativos y culturales. Pero la situación es muy visible, ya que lo que no habrá será dinero para robar, cuando la federación daba 100, los funcionarios y sus amigos se clavaban 80 y destinaban 20 para los programas. Ahora, ante la falta de esos 100 extras, cuyo ejercicio no tenían que justificar, los políticos locales prefieren meterse en el bolsillo el dinero que tenían apartado para los programas, porque tienen que cumplir con su cuota de enriquecimiento por la cual entraron a ser parte del poder, y la solución es desaparecer programas educativos y culturales que no consideran importantes.

Para muchos, si el gobierno del Estado desaparece programas culturales y educativos es y será culpa de la federación por no enviar el dinero suficiente para que los políticos se enriquezcan, por lo que no tienen más remedio que robarlo del dinero de los yucatecos. La construcción es que el enemigo es AMLO y no nuestros políticos locales que sólo quieren lo mejor para Yucatán. Basta ver cómo reparte el dinero el ejecutivo estatal, por ejemplo, tendremos un estadio de primer mundo, aunque no tengamos equipo de primera división, si la federación enviara más dinero a lo mejor hasta nos hubiera alcanzado para tener equipo.

Se pretende minimizar la falta de inversión por parte del Estado yucateco en lo referente al ámbito educativo y cultural, además del gasto en obras innecesarias, argumentando que la austeridad, cancelación de programas y derroche de dinero en obras innecesarias sucede también a nivel federal. Se dice que no habiendo dinero se construye un Tren maya o un nuevo aeropuerto.

El punto no es que no haya dinero, ese no es el problema, sino que la cancelación de programas tiene que ver con la reestructuración de los proveedores y de otras cosas. Todo lo que se dice ha desaparecido, por «austeridad», como el seguro popular, el programa de estancias infantiles, la adquisición de medicamentos y vacunas o el FONDEN, ha sido explicado detalladamente para quien quiere escuchar y no está cegado por su animadversión al gobierno federal. Obviamente, los que se beneficiaban de los robos pasados, insisten en que no hay dinero y el país está en quiebra. No hay dinero, en eso tienen toda la razón, no hay dinero a manos llenas para los corruptos de siempre (que en el gobierno federal actualmente también hay corruptos, dirán, pues sí, hay un buen, AMLO no es omnipotente para controlar conciencias, aunque sus enemigos así lo crean y denuncien). La cuestión es que, ahora, cuando haya un terremoto o un huracán, no llegará el dinero de la federación para que los gobiernos estatales enriquezcan a sus amigos comprando despensas y cobertores al triple del precio real (que es quedarse corto), ahora los insumos llegarán y se comprarán al proveedor que el gobierno federal (llámele AMLO) diga, esto parece ante los ojos de los políticos una aberración, ya que estos fondos estaban destinados para enriquecer a los amigos y quedarse con la comisión por hacerlos partícipes de tan jugosas ganancias (así con las medicinas, estancias infantiles, nuevo aeropuerto y demás etcéteras). Cuando los políticos lloran como magdalenas, como los gobernadores de la Alianza Federalista, no lo hacen porque no tengan cómo ayudar a su pueblo, sino porque no les cuadran las cuentas en el negocio de gobernar.

Ahora, que hay proyectos cuestionables por parte del gobierno federal y que son una abominación como el Tren maya, pues sí, claro que los hay, además de las posturas de AMLO en otros temas como el feminicidio o algunos puntos risibles de la cartilla moral; pero pensar que crear candados y mecanismos para el combate a la corrupción y evitar el saqueo del erario es algo indecente, es el tipo de pensamiento que no nos hará avanzar como país. Esto no tiene que ver con que el gobierno estatal no tenga dinero y por eso sacrifique a la cultura, tiene que ver con que el Estado no invierte lo suficiente en arte y educación, este año si no llegaba el dinero federal para cultura, la Sedeculta se hubiera quedado igual de estática, pagando los sueldos de sus trabajadores pero dejando en el abandono a los artistas, porque el gobierno estatal no es capaz de invertir en cultura, pero los sueldos y los lujos son intocables. De qué sirve una institución que sólo paga a sus burócratas, pero deja a la deriva a los que se supone que debe de atender. La cuestión es la misma, dinero hay, pero como Vila no le cobra impuestos a los grandes empresarios, como sí está haciendo el gobierno federal, entonces que la cultura pague todos esos lujos que nos damos como Estado al no cobrar impuestos, pareciendo que el dinero sobra.

Los candados que ha puesto el gobierno federal para evitar el saqueo y el lavado de dinero, ha enfurecido a muchos, pero continúa siendo risible el argumento de los vividores de siempre, quienes justamente ahora dicen estar preocupados por los niños con cáncer, por las madres trabajadoras que llevaban a los niños a las estancias, por los damnificados en los huracanes y por todo aquel que está siendo afectado por el terrorismo fiscal de AMLO. ¿Qué es lo que realmente le preocupa a esta gente? Porque años atrás no estuvieras preocupados por los huérfanos del narco, las mujeres violadas de Atenco, los padres y los sobrevivientes de la guardería ABC, los periodistas asesinados, los niños a los que trataron con agua en vez de medicamentos para el cáncer o por los 43 desaparecidos de Ayotzinapa. Hay quienes hemos trabajado desde hace muchos años en distintos proyectos y hemos hablado con padres de hijos desnutridos, violentados, abusados y abandonados por distintos tipos de gobierno, desde la sociedad civil hemos impulsado diferentes iniciativas, entonces sí que es hasta insultante ese argumento empático que curiosamente surge como forma de contrarrestar lo que sucede en el Estado y echarle la culpa de todo lo que pasa al gobierno federal. Si hay recortes en arte y educación en el Estado deberíamos de nombrar a los verdaderos culpables y dejar de pasarle la bola al gobierno federal, esa ha sido la estrategia del gobernador desde que inició el sexenio, pero se supone que quien toma las decisiones de cómo se utiliza el dinero es el ejecutivo estatal no AMLO, aunque haya quienes aseguren que todo el mal del planeta es culpa del presidente.

Director del Grupo “2012 TEATRO”. Estudió la Maestría en Dirección de Escena (ESAY) y la Licenciatura en Literatura Latinoamericana (UADY). Cursó el II Diplomado Nacional de Estudios de la Dramaturgia (INBA-CONACULTA) y el Diplomado Nacional de Dramaturgia de la Zona Sur (CONACULTA-ICY). Premio Estatal de la Juventud en el área artística 2007 y Medalla al periodismo cultural “Oswaldo Baqueiro López 2017”. Finalista del Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo en 2005, 2009 y 2013. En el año 2010 fue ganador del II Concurso Regional de Creación Literaria Dante en el área de teatro. Obtuvo el primer lugar en la categoría B (lectores de hasta 12 años) en el Premio Estatal de Literatura Infantil “Elvia Rodríguez Cicerol 2011”. Premio Regional de Poesía “José Díaz Bolio 2014”. Primer lugar en el V concurso Nacional de Dramaturgia Altaír Tejeda de Tamez 2015. Ha publicado media decena de libros, su obra ha sido incluida en diversas antologías, revistas y suplementos culturales a nivel nacional.