Maternidades lésbicas: para decirlo en voz propia

El pasado mes de mayo tuve el privilegio de colaborar en la presentación y difusión de un proyecto que reúne las voces de más de cien lesbianas en torno al tema de la maternidad. Después de haber sido testigo, hace tres años, de las tentativas de la doctora en literatura y periodista, Patricia Gorostieta Monjaraz, sobre la necesidad de saber acerca de la experiencia de las lesbianas que en algún momento de su vida se abocaron a la tarea de ser madres, hoy puedo evidenciar la trascendencia social que implica el hecho de que les haya brindado un espacio de reflexión para sí mismas y para quienes las leyeren. Pero también celebro que ella participara igualmente con el rol de entrevistada, lo cual le ha permitido sumergirse en introspecciones puntuales que, de otra manera, quizá no habrían sido posibles.

Maternidades lésbicas, proyecto con un avance del 70%, puede ser conocido a través de las redes sociales y la prensa local, canales en los que Gorostieta Monjaraz expone los ocho grandes temas de interés que arrojaron las entrevistas. Pero, además, en conversaciones informales, la autora de esta investigación ha compartido la manera como fue encontrando a quienes participarían, y los criterios que debió tomar en consideración al diseñar y afinar las herramientas para obtener datos. Sin haber tenido contacto previo con esta comunidad, pronto se sintió agradecida con las asociaciones y redes que hicieron posible el acceso a un mundo que, paulatinamente, la reflejaba y le ofrecía una impensada ocasión para conocerse mejor a sí misma, a través del diálogo con otras mamás que habían experimentado situaciones distintas o parecidas a la suya. Así, con una pasión genuina, conoció de manera general la problemática que se vive en los tres continentes que abarcó su muestra: África, América y Europa.

Entrando en materia, la doctora Patricia ha comentado que los cortes generacionales presentan comportamientos y circunstancias diferenciadas, tanto que en casi nada se parece la situación de las entrevistadas que a la fecha tienen 60 o 70 años, de la que actualmente están viviendo las chicas de treinta. Y la comparación entre Europa y África traza una distancia de siglos, pues mientras que en el primer continente los derechos de las familias diversas se ejercen como algo de lo más común, en el segundo, en algunos países, la mujer no puede admitir que es lesbiana, pues incluso ante cualquier sospecha estaría cometiendo un delito grave y correría también el riesgo de muerte. En medio de los dos, se ubicaría América, en donde se ha ganado terreno suficiente, pero aún prevalece la familia como agente psicosocial que, desde una concepción heteronormativa, implementa prejuicios sociales a nivel doméstico. Particularmente, en algunos estados de México, aún se experimenta una especie de muerte social.

Sin duda, el alcance internacional de este estudio comparado, que abarca testimonios de 109 mamás lesbianas radicadas en 18 países, ha sido uno de los aciertos; pero también está el hecho de haber incluido las opiniones, disertaciones y experiencias de profesionistas que abonan a la comprensión de situaciones vinculadas a la maternidad lésbica desde diferentes áreas: medicina, derecho, psicología, entre otras que, a modo de divulgación, clarifican procesos, dudas y tendencias en cada aspecto de la diversidad que se estudia. Otro valioso aporte es la sistematización de datos que permitió ordenarlos en categorías para que otros investigadores especialistas consulten lo que arroja este enfoque cuantitativo.

Los ocho temas se han vertido en igual número de tomos que ilustran el panorama de las parejas lésbicas que juntas decidieron tener uno o más hijos, y que constituye la opción más recurrida en la actualidad (tomo 1); el de las lesbianas cuyos hijos nacieron de una relación heterosexual, las cuales están conformadas por el grupo de más edad (tomo 2); y el de las madres solteras, cuyos hijos también nacieron de la relación con un hombre (tomo 3); después está el tema de la crianza y la educación en las familias lesbomaternales, donde participamos todas las entrevistadas y compartimos cómo criamos y educamos a los hijos; ahí se menciona si contamos o no con el apoyo familiar, y sobre la aceptación o rechazo de la otra mamá por parte de la familia; de igual modo, se observa la actitud y el papel que juega la familia extensa (tomo 4).

Uno de los libros que más me interesaría leer es el que se titula “Nuestros hijos”. Patricia comenta que abarca un espectro que va de la normalidad de los hijos que desde su nacimiento crecieron con sus dos madres, hasta la nueva realidad que experimentaron los niños que, habiendo nacido de una relación heterosexual y, en algunos casos, habiendo convivido con el padre biológico, se encuentran bajo el cuidado y la educación de dos mamás que han decidido compartir su vidas y sus hijos (tomo 5). El interés no sólo se debe a que mis hijos forman parte de esta última circunstancia, sino a que podré reconocer un panorama más amplio que el que mis hijos y yo vivimos en su momento y que, por circunstancias muy variadas, nunca nos detuvimos a reflexionar. Y es que el proyecto, en sí mismo, ha puesto el tema sobre la mesa en muchas de nuestras familias lesboparentales que no encuentran espacio, eco, apertura ni preparación suficiente para abordarlo con la propiedad, el tacto y el respeto que se requiere.

Dra. Patricia Gorostieta exponiendo los resultados del proyecto en la presentaciñon del libro

Y justamente por ello, el siguiente libro aborda la aceptación y discriminación por parte de la familia. Es notorio que, algunas veces, la familia se convirtió en un apoyo importante; sin embargo, en la mayoría de los casos, las entrevistadas manifestaron experiencias de rechazo o indiferencia, situación que valdría la pena explorar en cuanto a las emociones desagradables que les generó y la manera en que lograron sobreponerse (tomo 6). De igual modo, está el tema de la visibilidad y la discriminación social, que, como ha manifestado la doctora Gorostieta, es una problemática que va a depender del país donde se habite: llevar la relación de la vida privada a la pública puede significar un riesgo; las entrevistadas cuentan cómo ellas y/o sus hijos han sido víctimas. Puede observarse que emigrar a otro país se convierte en una vía para vivir en libertad (tomo 7).

Y el último y culminante tema es “¿Qué cambiar?”. A manera de conclusión, este libro recoge la opinión de las mamás entrevistadas sobre lo que les gustaría que cambiara a nivel social para sentirse respetadas, aceptadas, no sólo por sus preferencias sexuales, sino en el papel de madres. Una parte importante de estas mamás pertenecen a asociaciones LGTB+. Se incluye entrevistas a representantes de diversas asociaciones. En la segunda parte de este libro, y para cerrar el proyecto, se incorporan los consejos que las mamás les damos a otras mujeres que están en el momento de tomar la decisión de ser mamás, y a aquellas que están por integrarse a una familia con una mamá lesbiana (tomo 8).

El proyecto Maternidades lésbicas (Kóokay Ediciones) actualiza y profundiza nuestra mirada, al dejar abierta una ventana para observarnos en el camino que otras han recorrido; facilita la inclusión de lo diverso en la cotidiana convivencia familiar y social; por supuesto, también señala esta necesidad de continuar declarando nuestras experiencias para que las lesbianas de otras sociedades logren ejercer el derecho a una vida digna y sana para sus familias.

Puedes adquirir el libro en la página de Kóokay Ediciones, dando clíck al siguiente enlace: https://www.kookayediciones.com/product-page/el-sue%C3%B1o-de-ser-mam%C3%A1s-maternidades-l%C3%A9sbicas

Lourdes Cabrera Ruiz
Lourdes Cabrera Ruiz es Presidente de Club Cultiva Mente, A.C., miembro fundador de la Asociación Literaria y Cultural de Yucatán, docente, coordinadora de talleres literarios en contextos educativos, sociales y culturales. Contacto: ccultivamente@gmail.com