Son muchos miles los estudiantes de todas latitudes graduados en la mayor de las Antillas, miles de historias de entremezcla, de derroche de amor, de compartir lo que tenemos.
Entre tantos malos episodios que vivimos y la compleja situación que atraviesa Cuba, un detalle me hizo ver que aún existen nidos de amor, solidaridad y esperanzas.
Unos días atrás tuve mi primera experiencia como paciente en el quirófano de un hospital habanero, específicamente el Calixto García, principal centro de salud de La Habana y forja de cientos de miles de estudiantes de Medicina, que, desde los más recónditos lugares del mundo, llegan a esa institución de salud a aprehender los saberes de la más humana de las profesiones.
Aún con todas las dudas, miedos y el desespero por salir de una hernia inguinal, la seguridad y parsimonia del cirujano me devolvió el valor y la confianza; junto al médico principal, varios alumnos preparan el terreno de mi cirugía. La entremezcla de acentos me dice que ninguno de esos futuros médicos (¿o ya médicos?) es cubano.
La intervención quirúrgica la realizan con anestesia local. Lo real maravilloso es el intercambio de saberes. Un joven doctor, por cierto palestino, es el segundo al mando. Lo delata solo un leve acento. Las otras jóvenes presumo son de centro o Suramérica, no muy al sur.
El cirujano principal detalla cada paso de la operación para los alumnos. El joven palestino, ávido de conocer, pregunta continuamente. Es una clase magistral sobre mi cuerpo rasgado, donde participan personas de varias latitudes: un regalo de conocimientos para los jóvenes en formación que agradecen al finalizar el proceder.
Es común encontrar en Cuba estas experiencias. No solo en la capital, también en hospitales de todo el país. Son muchos miles los estudiantes de todas latitudes graduados en la mayor de las Antillas, en las más diversas especialidades. Son miles de historias que se entremezclan, infinito derroche de amor, de compartir lo que tenemos. Pero aún me sigue sorprendiendo.
Felicitaciones para el hospital Calixto Garcia y su equipo médico,en cualquiera de sus especialidades.Siempre he escuchado diversas experiencias satisfactorias de ese centro,apesar de las carencias y dificultades.Su nivel de profesionalismo y humanidad es digno de admirar.
Verdaderamente humano y conmovedor este artículo, expresa los grandes valores humanos que ha creado nuestra Revolución, ojalá sirva de ejemplo para aquellos que han perdido la brújula de la solidaridad humana. Este ejemplo nos da fuerzas para seguir pensando que nuestros sueños son posibles. Felicitaciones a nuestros médicos y personal de apoyo de nuestro querido y respetado Hospital Calixto García. Pa
Conmovedora historia, que nos llena de un gran optimismo a pesar de los momentos difíciles, que se viven, la medicina en Cuba es y será siempre digna de admirar en el mundo entero, gracias por compartir tan bonita experiencia….
Me encanta el artículo encierra un reconicimiento a un hospital insignia de Cuba , tanto en su profesionalidad, atención, resultados y preparación de sus profesionales y estudiantes
Felicidades muy bueno tu artículo. Mucha salud y pronta recuperación. Nuestros médicos son muy profesionales y se crecen ante tantas dificultades.
Buena experiencia y la crónica escrita con la misma pasión que recibió de los médicos. Cuba necesita de ese bálsamo de solidaridad que también brinda.
Me uno a los comentarios acerca de la labor realizada por los médicos del hospital, tanto profesional como docente, realmente digna y meritoria.
Igualmente reconozco y agradezco, el conmovedor artículo que nos transmite una sensibilidad humana percibida muy agudamente por el autor.