—Dime mi hermano, cómo va la cosa, contra, qué temprano veo gente yendo pa´ la escuela, ¿van a comenzar las clases?
—No, qué va, si dijeron que hasta septiembre.
—Bueno, pero veo a varias personas dirigiéndose hacia la Aristides Viera… ¿Van a repartir algo?
—Si, salud, compadre. Oye, que no siempre que la gente se concentra es para pedir cosas. Ahora, es Abdala la que hizo el llamado.
—Pero, y eso, a qué se debe.
—Nada, que hoy comienza la vacunación, y o es que acaso tú no lees las noticias.
—La verdad, sí, pero como en el móvil vi que era el 24, no pensé que se adelantara. Una pregunta, compadre, la Abdala esa que tú mencionas es la que están diciendo que tiene un 92 % de algo.
—Claro, sí, ayer dijeron que esa vacuna llegó al 92,28 % de eficacia con tres dosis puestas.
—Coño, qué bárbaro, pero ven acá, y cuándo nos toca, brother, porque yo ando medio en el aire y no sé si puedo o no ponérmela.
—Mira, claro que te toca compadre, es para todo el mundo y gratis, como siempre ha sido aquí, sin muela, pero seguro.
—Sí, sí, la cosa está fuerte con eso, pero voy a ir a averiguar cuándo me toca «chocar» con mi Abdala.
—Ya te llegará el momento, pero fíjate, aunque te vacunen hay que seguir cuidándose, pues dicen los médicos que la protección contra esto tiene que continuar.
—De acuerdo, ahora hace falta que todo el mundo ponga de su parte, porque a veces veo cada cosas por ahí que dan miedo. La colas, las guaguas, las indisciplinas, los niños en la calle sin protección, en fin, que nos hace falta un poco más de rigor.
—Si, de verdad que hay que apretar compadre, a ver si terminamos con esto y volvemos a como era antes.
—Sabes qué socio, ahora mismo me estoy acordando del Caballo, coño, el tipo es un fuera de liga.
—El Caballo, asere, quién, ¿Despaigne?
—No, bro, el Caballo Grande, el tipo, el Caguairán, Fidel, mi hermano. Vamos a darle un aplauso donde quiera que esté. Se lo merece socio, esta Abdala también es su obra.
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