Queridos lectámbulos:
Sócrates nos da una gran lección cuando va buscando al más sabio entre los sabios arguyendo su propia ignorancia, ante la arrogancia de los otros. Si de algo podemos estar seguros es, precisamente, de lo que no sabemos, pues nunca dejamos de aprender. Cuando creemos que ya lo hemos visto todo, que ya nada puede sorprendernos, la vida nos demuestra que siempre tiene preparado algo nuevo para nosotros, y la pandemia fue tan sólo una muestra, que puso en jaque toda nuestra rutina, nuestro mundo.
Los descubrimientos que hacemos nos llevan a maravillarnos de la vida, de nosotros mismos; es la condición primigenia del asombro de los niños por la luz del sol o el vuelo de una mariposa. A lo largo de un año, sin duda, sumamos muchos descubrimientos que nos asombraron y que nos hacen más sabios que antes.
Por eso, en este mes de diciembre, en que hemos llegado a un cierre de año más, que nos motiva, a retomar lo pospuesto, limpiar la casa, a rendirnos informes, saldar cuentas y enlistar pendientes, hemos decidido dedicar esta edición de Lectámbulos a los descubrimientos, aquellos que se vienen a contribuir a la historia de la humanidad, así como los que parecen insignificantes y no suelen ser noticia, pero cuya trascendencia puede impactar vidas enteras, las más importantes, la de nuestros seres queridos y la vida nuestra.
Mérida, Yucatán, México.
Responder