Hamás no es Palestina

Sara Yenesel /EFE

Hamás surge a finales de la década de 1980, en un contexto de intensificación de los enfrentamientos en los territorios palestinos bajo ocupación del Estado israelí. Se definió desde entonces como un grupo nacionalista, islamista y yihadista, características que lo distinguirían rápidamente en relación con las estrategias de resistencia palestina predominantes hasta entonces.

«Hamás» proviene del acrónimo en árabe que significa Movimiento de Resistencia Islámica, y tomó como inspiración a los Hermanos Musulmanes de Egipto, un partido que se opone a vías políticas seculares. Entre sus fundadores se encontraba el imán Ahmed Yassin, una figura emblemática en la historia de Palestina que mostró una fuerte crítica hacia la estrategia de oposición a Israel adoptada por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), liderada por el histórico Yasser Arafat.

Vale recordar que Arafat sostenía ideas políticas que lo vinculaban con el socialismo y el panarabismo, corrientes muy influyentes en las décadas de 1960 y 1970 en el Medio Oriente. En contra sentido, Yassin consideraba crucial combatir a Israel preservando la sharía como pilar fundamental de un posible estado palestino futuro.

Durante la Primera Intifada, Hamás desempeñó un papel creciente pero relativamente moderado, ya que la figura más reconocible en la resistencia palestina era Yasser Arafat. Sin embargo, a partir de la década de 1990, Hamás consolidó su influencia en la política palestina por dos razones principales: en primer lugar, la creación de un brazo armado denominado Brigada de Ezzeldin al-Qassam; y en segundo lugar, su oposición categórica a cualquier forma de los Acuerdos de Paz de Oslo en 1993.

Las brigadas Izzedine al-Qassam, rama militar de Hamás /GETTY IMAGES

Dichos acuerdos estipulaban que Israel se comprometía a otorgar autonomía y reconocer a una Autoridad Nacional Palestina a cambio de desocupar gran parte de los territorios palestinos, y a su vez, los palestinos reconocerían el estado de Israel y su derecho a existir.

Evidentemente, esto no se materializó así y en Palestina, el gesto de acercamiento de Arafat fue considerado imperdonable por algunos sectores, especialmente por Hamás, quienes lo vieron como «una pérdida de tiempo». Así, Hamás se rehusó a formar parte de la recién establecida Autoridad Nacional Palestina, creada a partir de 1994, y comenzó una campaña de ataques hacia Israel.

Entonces, el aumento en el apoyo a Hamás entre los palestinos se puede atribuir a su postura más intransigente hacia Israel, así como a las acusaciones de corrupción e ineficacia dirigidas hacia la Autoridad Palestina y el principal partido, el histórico Al Fatah.

Durante el inicio de la Segunda Intifada a finales de 2000, el papel de Hamás se volvió significativamente más relevante, prácticamente al mismo nivel que el de Al Fatah, a pesar de que este último estaba en el poder en Palestina en ese momento. A pesar de sufrir duras derrotas en el terreno frente al Ejército israelí, incluso con la pérdida de sus líderes Ahmed Yassin y Abdel Aziz ar-Rantisi, en operaciones militares especiales de Israel, la influencia política de Hamás se amplificó durante esta Intifada.

Ismail Haniya, líder de la organización Hamás / RTVE.es

Según la parte israelí, el brazo armado de Hamás se fortalece debido a colaboraciones de terceros Estados como Irán o Qatar, así como de otros grupos armados que se oponen al Estado hebreo, como Hezbolá, que está presente en el sur del Líbano. Estos actores externos han manifestado su apoyo político a Hamás, pero negado cualquier tipo de asistencia armamentística.

La consolidación de Hamás se hizo especialmente evidente a partir de 2006. Bajo el liderazgo de Ismail Haniya, el grupo decidió participar en las elecciones legislativas programadas en Palestina para ese año y logró obtener, a través del voto, la mayoría en el Legislativo. Los postulados de Hamás prevalecieron sobre otros partidos con una larga trayectoria, como Al Fatah o el Frente Popular para la Liberación de Palestina.

Los resultados representaron un desafío para el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, quien había asumido el cargo un año antes en reemplazo de Yasser Arafat, fallecido en 2004. El partido gobernante, Al Fatah, empezó a percibir a Hamás como una amenaza para sus intereses, lo que intensificó las tensiones entre ambas facciones, llevándolas a enfrentarse abiertamente por el poder en 2007.

Aunque Al Fatah logró mantener su influencia en la región de Cisjordania, sus miembros fueron expulsados de la Franja de Gaza, donde Hamás comenzó a ejercer un control total. De esta manera, tanto la política palestina como sus dos territorios quedaron completamente divididos y paralizados durante años.

Victoria electoral del grupo Hamás en 2006 / GETTY IMAGES

En los últimos años, los enfrentamientos entre ambas partes han ido en aumento, e Israel ha intentado tomar militarmente la zona en varias ocasiones. En las últimas dos décadas, los bombardeos por parte de ambas partes y las escaladas militares se han convertido en un patrón común que ha exacerbado aún más el conflicto donde el pueblo palestino sigue siendo la principal víctima.

Lo vivido a inicios de octubre, en la que militantes de Hamás incursionan en Israel, tendrá graves repercusiones debido a la operación militar que Israel está llevando en Gaza como respuesta. Hoy más que nunca es necesario entender que Hamás no es Palestina.

Licenciado en Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Maestro en Gobierno y Políticas Públicas por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Master en Técnicas Modernas de Dirección en la Administración Pública por la Escuela de Negocios Formato Educativo y la Universidad de Cádiz (becario de la OEA) y doctorando en Política Pública por el Centro de Investigación, Docencia y Análisis de Política Pública (CIDAPP). Tiene diversos diplomados y especialidades entre las que destacan Certificado en Sistemas Integrados de Gestión (Universidad de Cádiz), Diplomado en Evaluación de Políticas y Programas Públicos (Secretaría de Hacienda y Crédito Público), Certificado en Administración Pública y Fiscal (Banco Interamericano de Desarrollo), Diplomado en Derecho Parlamentario (Poder Legislativo del Estado de Yucatán- UNAM) y Diplomado en Teología, terrorismo y fundamentalismo religioso (Universidad de Salzburgo-ITESO). Se ha desempeñado en diversos cargos públicos destacando su experiencia en diseño, implementación y evaluación de políticas públicas. Asesor y consultor externo en proyectos educativos, culturales y empresariales. Docente universitario y promotor del estudio de las Relaciones Internacionales y las Políticas Públicas en diversos medios de comunicación. Fundador y Director General de Gestión y Vinculación Académica del Centro de Estudios Internacionales del Mayab (CEIM).