El pasado 8 de marzo que se conmemoró el Día Internacional de la Mujer, asistí a la manifestación por nuestros derechos con mis dos hijas, fue su primera experiencia y con ello surgieron numerosos cuestionamientos, considero importante el acercamiento que puedan tener al tema. A la par leía la obra de Chimamanda Ngozi Adiche titulada Querida Ijeawele: cómo educar en el feminismo, la autora nigeriana aborda la importancia de educar de otro modo a nuestras hijas e hijos, ella le escribe una carta a una amiga -que recientemente se había convertido en madre- donde propone una serie de 15 sugerencias de cómo se debería educar en el feminismo.
¿Cómo nuestras hijas e hijos podrían reconocer la opresión sino la señalamos desde el principio? Me parece fundamental incluir en las crianzas una mirada feminista, un lenguaje que les permita nombrar las experiencias que viven, señalar la desigualdad y, sobre todo, saber identificar cuando están siendo violentadas, ya sea emocional, psicológica, económica o sexualmente.

El feminismo libera, nos abre la puerta a una nueva construcción social de la mujer que hoy tanta falta hace, es cierto que hemos avanzado, hoy podemos ejercer el derecho al voto, podemos alzar la voz, pero aún falta mucho para ser reconocidas como sujetos de pleno derecho. Como mujeres vivimos una serie de desventajas que es importante comunicar a las más pequeñas, para que desde hoy empiecen a documentarse y equiparse de herramientas que las lleven a reconocer la opresión, es difícil poder darle nombre a una acción cuando se carece del lenguaje. Es de suma importancia saber identificar el síntoma del sometimiento, sino somos capaces de ver y reconocer el síntoma no seremos capaces de salir de esa situación.
Acercarse al feminismo es entender de manera profunda lo que vivimos millones de mujeres, educar en feminismo es construir una sociedad más justa, igualitaria y más consciente. Chimamanda nos habla de ciertos cambios que tendríamos que realizar en la educación de las niñas, por ejemplo, enseñarles a ser mujeres plenas donde no se definan únicamente por la maternidad; donde jamás vean el matrimonio como un logro; enseñarles lo vital que es tener independencia económica, ya que da libertad; también nos menciona lo fundamental que es acercar a nuestras niñas a los libros, al deporte, a los temas incómodos como el sexo; enseñarles a cuestionar las creencias, el lenguaje, los prejuicios y mostrarles que no necesitan agradar a nadie, la autora afirma que: “en vez de eso anímala a decir lo que piensa, enséñale a defender lo que es suyo, que si algo le incomoda se queje, lo diga o grite”.

Necesitamos educar con esa mirada feminista, hacerles saber a nuestras niñas que el feminismo libera y empodera, concientiza sobre el contexto en el que nos desenvolvemos todos los días, decirles también todo lo que se ha logrado y todo lo que hace falta por lograr, explicarles que su voz importa y como dice Chimamanda “importas igual, no en caso de, no siempre y cuando, importas equitativamente. Punto”. (Instagram: arlinebc)
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