Vamos, que lo mato.
Y le dije muy seria, que yo llego a estar ahí y le doy al perro ese con un palo.
Y mi marido, necio, a repetir que la perra habría dado señales y facilidades al violador.
Es como si le pasa a una mujer.
Pero no por eso va uno violando por ahí a la gente.
Sí, es la naturaleza, todos damos señales.
Si al perro lo hubieran tenido atado, no hubiera violado a la perrita.
Un poquito de compostura, por favor.
Y le dije que no.
Y cuando se lo conté a mi marido, me dijo que seguro la perrita había dado alguna señal al perro, porque así es la naturaleza.
Ella estaba amarradita y el otro andaba suelto, si me dijo la dueña que la pobre no dejaba de chillar, porque no quería.
Porque eso fue una violación, la pobre perrita, qué penita me dio cuando me lo contaron.
Y por lo visto había uno ahí paseando con su perro suelto, y cuando vio a la pobre perrita, el perro se lanzó sobre ella y la violó.
Que la mujer había ido a comprar unas cosas y como en el sitio prohibían la entrada a los animales, dejó a la perrita amarrada en la entrada, con su cadenita.
Como le pasó a la perrita de mi vecina.
Eso es igual que si la violan a una, hombre.
Aunque no sirva para nada, porque esto es una imposición, pero que vean que no estamos contentos. Hay que protestar.
Y luego aquí nadie protesta.
Pero no voy en nombre de Dios jodiendo a los demás.
Y trabajo como condenada, y no le quito el dinero a nadie.
Pues yo soy católica, apostólica y romana.
Y luego hablan de Dios.
Que yo llevo trabajando toda mi vida.
Que les recorten a ellos.
No soy racista, pero aquí hay mucha gente cobrando dinero por la cara.
Que les recorten a ellos.
Que yo llevo trabajando toda mi vida.
Y luego hablan de Dios.
Pues yo soy católica, apostólica y romana.
Y trabajo como condenada, y no le quito el dinero a nadie.
Pero no voy en nombre de Dios jodiendo a los demás.
Y luego aquí nadie protesta.
Hay que protestar.
Aunque no sirva para nada, porque esto es una imposición, pero que vean que no estamos contentos.
Eso es igual que si la violan a una, hombre.
Como le pasó a la perrita de mi vecina.
Que la mujer había ido a comprar unas cosas y como en el sitio prohibían la entrada a los animales, dejó a la perrita amarrada en la entrada, con su cadenita.
Y por lo visto había uno ahí paseando con su perro suelto, y cuando vio a la pobre perrita, el perro se lanzó sobre ella y la violó.
Porque eso fue una violación, la pobre perrita, qué penita me dio cuando me lo contaron.
Ella estaba amarradita y el otro andaba suelto, si me dijo la dueña que la pobre no dejaba de chillar, porque no quería.
Y cuando se lo conté a mi marido, me dijo que seguro la perrita había dado alguna señal al perro, porque así es la naturaleza.
Y le dije que no.
Un poquito de compostura, por favor.
Si al perro lo hubieran tenido atado, no hubiera violado a la perrita.
Sí, es la naturaleza, todos damos señales.
Pero no por eso va uno violando por ahí a la gente.
Es como si le pasa a una mujer.
Y mi marido, necio, a repetir que la perra habría dado señales y facilidades al violador.
Y le dije muy seria, que yo llego a estar ahí y le doy al perro ese con un palo.
Vamos, que lo mato.
Nota del autor: escribí La perrita violada en 2011 al llegar a casa después de una sesión de rehabilitación en el hospital de Sevilla. Es la trascripción de las palabras de una mujer sobre los manifestantes que se quejaban de los recortes a la sanidad pública a las afueras del hospital hace doce años. Ayer, al buscar en internet una imagen para acompañar el texto, me saltaron cientos de noticias sobre perritas violadas por sus dueños. En 2023 siguen las manifestaciones en contra de los recortes a la sanidad pública española y aumentan los casos de zoofilia por todo el mundo de manera espeluznante.