Nuestros Maestros: Entrevista al Arquitecto Jorge Aizenman

Jorge Aizenman es director en Arquitectura y Desarrollo Sustentable SC en la Ciudad de México y tuvimos el privilegio de poder entrevistarlo de una forma pausada. Él narra los inicios de su profesión unificados a sus años infantiles, así como la llegada de sus ancestros al nuevo mundo.

¿Qué motivó tu elección para elegir la Arquitectura como tu profesión laboral?

—Desde mi niñez siempre estuve interesado por las Artes. En mi familia me inculcaron un amor por la creatividad humana en general por lo que defino como el diseño y creación de objetos de calidad, en particular; por ende, mis padres, hijos de pobres inmigrantes judíos fueron conscientes de inculcarnos y vivir una vida que involucre el arte, era importante para nuestro desarrollo; fueron coleccionistas de arte mexicano, siempre escuchaban música clásica y, algunos músicos de moda como The Beatles. No viajamos mucho fuera de México, pero la cultura universal estaba a nuestro alcance con libros y enciclopedias, visitas a museos y exposiciones itinerantes y muchos paseos. Mis hermanos y yo entrábamos a concursos de pintura, casi siempre ganábamos algún premio, dos de mis cuatro hermanos, inclusive, son Arquitectos. En el colegio gravitaba hacia las actividades escolares que más me eran satisfactorias como pintura y escultura, historia del arte, cine, por supuesto las matemáticas y la física. Algo de interés tenía por las ciencias biológicas y letras, también la filosofía y ciencias sociales, dependía también de las y los profesores que impartían el curso. Al momento de elegir una carrera, pensé en combinar todos estos elementos con mi conciencia ambientalista emergente y me decidí por la Arquitectura después de consultarlo con mis más queridos profesores, padres y mis buenos amigos con los que siempre he contado, decisión que hice sin realmente pensar en las consecuencias, ya que vocacionalmente me habían indicado que lo mejor para mí era la rama de negocios y economía. Me expliqué a mí mismo, ¿quiero ser artista o quiero padecer hambre? Por lo tanto, Arquitecto.

¿Qué cualidades debe tener un arquitecto?

—Pienso que dos de las cualidades principales que debe tener un arquitecto es la de ser visionario y tener una conciencia social. Si se puede tener una visión medianamente clara de un futuro mejor al existente, y en ese futuro la vida de las personas es más amena, armónica, incluyente, tolerante y satisfactoria en todos los sentidos, así, se puede comenzar a pensar en cómo diseñar ese futuro. Ahí es donde entran otras cualidades; la capacidad de inspiración para crear con la habilidad para diseñar y regular los espacios indicados para cada una de sus funciones, dadas por el programa arquitectónico a resolver, sea una escuela, unas viviendas, una estación de camiones, una prisión. Estas cualidades, creo yo, son innatas pero también aprendidas. Se puede ser increíblemente sensible al arte y creativo, pero si esto no se alienta es difícil que se desarrolle; por otro lado, se puede no tener inclinaciones creativas y por exposición y aprendizaje esta cualidad se desarrolla a altísimos niveles. Grandes Arquitectos como Le Cobusier o Frank Loyd Wright nunca recibieron educación formal como tales. Otras cualidades serian la flexibilidad y capacidad de adaptación, ciertos dones de liderazgo dentro de la cooperatividad, resiliencia a los golpes de la vida, integridad, inteligencia emocional e intelectual, sed de conocimiento en áreas diversas y una capacidad de expresión y convencimiento, no sólo en papel y maquetas. Todas útiles en crear y difundir una idea, quizás vaga al principio, pero, gracias al proceso arquitectónico llegar al final para concretizar una obra. Mucho se habla del buen gusto, ¿bueno para quién? Puede que no podremos estar de acuerdo en que es lo bueno, pero lo malo es siempre malo.

—¿Qué puede ganar un arquitecto en un proyecto desde la perspectiva ética profesional?

Creo que se tiene que ver a la Arquitectura si como un arte, pero, un arte social por lo que existe para servir a la gente. Esto mantengo como principal objetivo, perfeccionar, de la mejor manera posible, la vida de las personas que habitarán esos espacios, sea nivel ciudad, barrio, casa o cocina.  En el diseño entran muchos factores sociales, económicos y culturales de los cuales se tiene que tener conciencia y saber llegar a un balance de estos. En las épocas del fascismo italiano, los mejores arquitectos eran reclutados al servicio de la propaganda de estado, pocos se negaban pues, en el mejor de los casos, eran relegados al olvido, su obra sigue siendo motivo de estudio como fenómeno histórico. Al tener esa idea de mejora colectiva, aunque a veces sólo podemos tratar por la preservación y prevención del deterioro, los arquitectos buscamos tener y alentar ciertas metas como la sustentabilidad del entorno, sea la construcción o la preservación del espacio público, sin olvidar los métodos tradicionales de las culturas. Ahora bien, la visión con futuro tecnológico y social viable, desarrollo socio cultural de barrios y regiones, uso de energías renovables, beneficios urbanos para las mayorías hay otros temas en los cuales, si se gana prestigio social como arquitecto, pero sobre todo ganamos todos, todas.

¿Cómo elegir a un arquitecto para realizar una obra relevante en un medio de alta competencia creativa?

—La experiencia es la mejor carta de presentación de un arquitecto. La obra realizada habla por sí misma, sea de mi agrado o no, podría yo vivir ahí o no; luego vienen las buenas referencias y el trato personal. Uno se debe sentir confortable con la elección, puesto que se le está confiando su patrimonio, grande o pequeño. Además, para mí el proceso arquitectónico es un tipo de terapia que se le aplica al cliente en cuestión, y por la cual se busca dotarlo de una solución a un problema de habitabilidad por resolver. La confianza y el grado de involucramiento deseado por el cliente, o permitido por el arquitecto son claves en determinar cuál es la mejor opción. 

¿Por qué contratar arquitectos, ingenieros?

—No todos los proyectos ameritan un arquitecto; para mí, el uso de la autoconstrucción y métodos autóctonos sólo enriquece la oferta arquitectónica, claro que hay muchos problemas con la regulación de esto. Muchos dedicamos estos tiempos de pandemia a mejorar nuestros entornos inmediatos y somos mejores por eso. Dependiendo de la complejidad de la obra, la intervención de un arquitecto se torna, o no, necesaria, como dije el patrimonio está en juego y no sólo eso, por lo general las obras duran mucho tiempo y un error en el diseño llega a ser penosamente obvio y difícil de borrar. El profesionalismo entra en la resolución en un diseño que este en la medida de lo posible, maximizando la relación de todos los elementos en juego: cliente, programa, localización, economía, entorno socio cultural, etcétera.

Jorge Aizenman, son tiempos vulnerables a nivel global, hay una fractura económica en los entornos de la construcción, ¿cuál es tu visión para estos tiempos truculentos?

—Bueno, dicen por ahí, hay que comprar en tiempos de pánico y vender en vendimia. Yo creo que sí son tiempos muy difíciles y que no ha pasado lo peor, una nueva guerra mundial está al acecho. Son, para mí, tiempos de definición, existe mucha inseguridad por nuestro futuro como humanidad. Pero, la crisis y la incertidumbre misma han orillado a mucha gente indecisa a comprar o mejorar ese bien inmueble que necesitan. Si hay una tremenda inflación el bien también sube de valor, mejor comprarlo ahora. La otra cosa es el crédito tanto al comprador como al constructor. Éste sí se ha deteriorado gravemente, pocas empresas, aún las de gran prestigio, logran renegociar sus deudas, y obtener uno nuevo ¡pues, buena suerte! El comprador busca la mejor oferta de crédito, que no son muchas, y sólo ve subir las tasas de los intereses. El proyecto debe de ser bastante atractivo y tener valores agregados para lograr una posibilidad de éxito. Por último, los materiales de construcción se encuentran encarecidos a precios inauditos y toda la red de suministro está herida de gravedad. Es una cosa más que barajear en la toma de decisiones importantes. Muchos de nosotros estamos en estado latente, poco a poco saliendo de nuestras conchas, para esto el mundo ha cambiado. Tengo la esperanza de que se podrá salvar la situacióny salir avante. Hay tanta promesa en el mundo, ¡mucho más que todo lo malo y desencantado!

El trabajo de los arquitectos es una profesión noble, por supuesto, también la consideraríamos como una profesión artística ¿Estás de acuerdo con ésta posición?

—Sí, por supuesto, el arquitecto es un cazador de cultura. La Arquitectura es un lenguaje, por lo cual se presta al surgimiento de significaciones, simbologías y a la relación arte/observador como en toda arte. Sólo que la relación es, a mi parecer, más profunda pues es arte/habitante, nos involucra en todo nuestro cuerpo/mente. Aquí un paréntesis, porque no todo lenguaje arquitectónico llega a ser del grado poético. Pocos arquitectos hoy en día buscan esa relación metahistórica, realmente artística que dialoga con el tiempo y apela a nuestros varios sentidos e inteligencias; estando satisfechos con lograr un efecto visual de agrado y deleite un cierto grado de comodidad y solidez. Por fortuna, existen grandes arquitectos que son también grandes pensadores, y, además, existe el estudio académico de los grandes maestros y sus repercusiones hoy en día y el futuro. Además, las nuevas generaciones de arquitectos ya tienen un nuevo estado mental más despierto, son los que van a definir la profesión en un futuro inmediato, dada su actitud que describo como de voy derecho no me quito.

¿Cómo puede la Arquitectura ayudar a una sociedad a entender la profundidad de un espacio para habitar?

—Al hablar de la Arquitectura como un arte, inmediatamente surgen los detractores y las denuncias de elitismo, clasismo, remanentes. En cierta forma tienen razón, la Arquitectura es mejor entendida por otros arquitectos y, si formamos parte de un tipo de clan, estará lejos de ser elitista. Al decir que solo un arquitecto “entiende” a otro, significa que toma escuela, practica, estudio y madurez para reconocer las intenciones logradas o no de una obra. Como se resuelve una forma arquitectónica tiene mucho que ver de cómo se representa el programa en el espacio indicado para esto. Aquí entra la  representación el ingenio artístico y el habitante o la sociedad en conjunto reconoce tanto emocional como intelectualmente las bondades de esa resolución. Somos seres sociales por naturaleza, la mayoría por ende buscamos congregarnos en los espacios que más nos afecten para bien los que gocen más de fuerza vital y actividad. Es en esa relación de experiencia / espacio donde yace el objetivo creativo del arquitecto.

Tu profesión tiene que ver con tu formación personal, es decir, carácter, sensibilidad, un compromiso con la sociedad ¿Cuál es tu postura?

—Te reitero que tanto en mi pensamiento como en mi educación y praxis, siempre me he enfocado en cómo podemos convivir mejor de alguna manera crecer y madurar en forma colectiva como especie humana y de nuestros espacios vitales; hubo un momento que busque en mis estudios una alternativa a la arquitectura que involucraba el ambientalismo, conservadurismo y la geografía cultural, estudios que al principio de los años 80 estaban en pañales por lo mismo desistí. Al mismo tiempo conocí y me hice aprendiz del maestro Christopher Alexander que acabo por cementar mi amor por la arquitectura y su papel socio cultural. Redondee mis estudios con una maestría en la que aprendí que en efecto, si existía una diferencia entre arquitectura con minúscula y Arquitectura. Estoy muy agradecido con todos mis profesores, colegas y patrones con los que he  trabajado  en los cuales he aprendido me han encaminado en mi profesión.

¿Qué satisfacción o dolor te ha marcado la arquitectura en tu vida personal?

—Pues como todo, la vida puede ser dulce o amarga, más que nada estoy orgulloso de ser arquitecto, fue muy difícil lograrlo, mis padres me apoyaron al 100% y yo he aprovechado mis situaciones al máximo posible. Haber estudiado en las mejores escuelas con los mejores profesores y alumnos, luego trabajar en un pequeño taller de Arquitectura por cuatro años en el barrio de Manhattan, New York fue un sueño hecho realidad. Al fin resido en la Ciudad de México que adoro, me fascina, adonde he encontrado todas las posibilidades de desarrollo. El poder tener los “ojos de arquitecto” cuando deambulo por la ciudad o cuando  viajo me causa gran satisfacción lo que me ha dado mi carrera profesional.

Muchas gracias por esta conversación arquitecto Jorge Aizenman, sé que tiene una agenda muy colmada, reitero, mi gratitud por compartir las experiencias de una profesión y ciencia humana como lo es la Arquitectura que va al paso de la historia de la humanidad.

Norma Salazar
Norma Salazar Radica en la ciudad de México. Egresada de la Facultad de Filosofía y Letras Universidad Nacional Autónoma de México. Licenciaturas Lengua y Literatura Hispánicas, Estudios Latinoamericanos. Escuela de Teatro Luis de Tavira estudios en Dramaturgia. Doctora en Literatura Mexicana. Poeta, ensayista y reseñista. Actualmente es Columnista del diario Opinión de Yucatán, está a cargo de la sección El Hombre de la Máquina Eléctrica: Raúl Renán, colaboradora de la revista DESOCUPADO online, colaboradora de la revista Siempre! La Cultura en México. Investigadora-Coordinadora responsable de la Edición del Archivo Lusitano de Francisco Cervantes libros publicados Al revés que las víboras, Cara Lusitania edición bilingüe, Pessoa para niños, Agua que no (des) en boca, poesía amorosa, Fernando Pessoa Laberintos, selección y traducción, Vivir es un estrecho territorio, poesía y crítica (Editorial ALDVS, CONACULTA, Gobierno del Estado de Querétaro a través del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes, 2010-2013). Coordinadora e investigadora del Diccionario crítico literario en las letras mexicanas del siglo XIX dirigido por el maestro Emmanuel Carballo, (México, Océano/CNCA, 2000). Publicaciones: Cariátides Mudas (Grupo Generación Espontánea, 2009), Cuadro al Óleo (ediciones ST, 2005) y Cantos Lejanos (colección La Hoja Murmurante, 1999) Ha participado en eventos académicos nacionales e internacionales. Su poesía está incluida en las antologías de Pájaro de fuego. (México, Editorial Praxis/Navachiste Ediciones, 2000). Obtuvo Mención honorífica con el poema en Nonuse, la cetácea, Alhucema (España, Asociación Cultural Alhaja/Ediciones Adhara, No 5, 2000), Anuario de la Revista Baquiana (Miami, Estados Unidos, 2007), Del Silencio hacia la luz: Mapa Poético de México, (Mérida, Yucatán, Ediciones Zur/Catarsis Literaria El Drenaje, 2008), La mujer rota. En el centenario del natalicio de Simone de Beauvoir (Jalisco, Guadalajara, Literalia Editores 2008) Participó como Coordinadora de edición en el libro-homenaje a Raúl Renán 80 veces su mundo –poesía, vida y obra-, (Oaxaca, Cantera Verde/Jalisco, Guadalajara, Secretaría de Cultura/Mérida, Yucatán, Ayuntamiento, 2008). Redes Sociales: Facebook Norma Salazar, twetter @NelizabethSaher, Linkedln Norma Salazar