Sin la Caña no hay azúcar; y sin azúcar no hay país. ¿Qué está sucediendo, más allá de las cifras justificativas?

Foto: (AFP)

MIS EXPERIENCIAS DEL MOMENTO “77”.

Cuando se contrastan las informaciones que en estos días se publican en la prensa nacional, sobre las afectaciones en la distribución normada del azúcar a la población, con las noticias sobre los resultados de la Zafra Azucarera del 2021 -2022 como la de perores resultados de todos los tiempos; las incertidumbres por el futuro que tenemos por delante se remueven en un torbellino de preocupaciones que se suman a las situaciones práctico concretas que diariamente se presentan en la base de la economía nacional, así como de los rumbos que se están adoptando al respecto.

Más allá de lo que algunos reflejan en sus opiniones y resultados, considero que ante todo es imprescindible tener en cuenta dos conceptos esenciales:

La economía es una ciencia indiscutiblemente. Negarla como tal es un absurdo de incultura general; y como ciencia al fin, depende siempre de una integralidad de factores, circunstancias e incluso criterios sociopolíticos e ideológicos con que se aplican sus proyecciones, así como sus actividades concretas y con que se expresan las informaciones sobre sus resultados en cuestión.

En este sentido, quiero plantear que recuerdo con mucha intensidad y muy al respecto del tema que me ocupa, algo que lo he reiterado además, en mis artículos al respecto de nuestros problemas económicos. Me refiero a los llamados que ha hecho el destacado economista cubano Julio Carranza, al respecto de lo que yo profanamente he comprendido como la imprescindible integralidad de las aplicaciones concretas y de la información y aplicación (valga la redundancia del término) sobre los resultados económicos alcanzados; así como en las concepciones de ejecución–aplicación y puesta en práctica con que se están planteando las proyecciones de la Economía nacional en los distintos sectores económicos del país.

Quiero dejar bien aclarado, ante todo, que comprendo plenamente que el Bloqueo criminal y genocida que nos tiene perpetrado desde hace más de 60 años los Estados Unidos de América, es el principal obstáculo que se nos presenta para nuestro desenvolvimiento y desarrollo económico; pero también considero que burlarlo es nuestro principal Objetivo en nuestros planes económicos. Y que para lograrlo la aplicación de la ciencia económica en toda su extensión, así como el conocimiento científico técnico del sector en cuestión, unidos a la imprescindible audacia que nos legó Fidel, así como a una voluntad política contra los conservadurismos, prejuicios e ineficiencias que se enfrenten junto a las traba concretas que surgen en cada sector de la economía, también son determinantes para burlar al Bloqueo y desarrollarnos muy a pesar de sus medidas de prohibiciones drásticas e imposibilidades proyectadas desde el Norte Revuelto Brutal que nos desprecia.

En este orden de pensamiento, quiero expresar mi más firme convicción en estas situaciones que estamos afrontando como la de la falta del azúcar normada, que los consensos, y los debates de las proposiciones al respecto de nuestros rumbos económicos que se han planteado por algunos destacados economistas cubanos, constituyen acciones decisivas que se deberían analizar debatir y consensuar para el perfeccionamiento de nuestro sistema y de los resultados prácticos que imprescindiblemente queremos lograr. Al respecto opino que no podemos seguir haciendo lo mismo, cuando lo mismo no da resultados en los casos concretos.

Hace más de 400 años que hemos producido azúcar, lo hemos sabido hacer siempre; incluso al punto que se ha planteado históricamente que sin azúcar no hay país; y también podemos afirmar que sin la caña de azúcar no hay azúcar posible.

Así en resumen y en consecuencia es que me pregunto; y dejo abiertas las respuestas: ¿Cuáles son las causas verdaderas que nos corresponden más allá del Bloqueo para no poder producir el azúcar, que tanto necesitamos? No soy un experto azucarero ni un experto economista; pero en Cuba hay muchos expertos al respecto sinceros y revolucionarios; y de su consenso dependerán las soluciones que necesitamos, para que la Revolución se salve y avance como lo deseamos hacia un socialismo próspero y sustentable, que tenemos que construirlo con el apoyo de las ciencias, así como del trabajo eficiente y eficaz de “todos.”. Quienes no tengan las capacidades necesarias para hacerlo así, deben ser removidos de sus responsabilidades en una Política de Cuadros necesaria.

Así lo pienso y así lo expreso con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.

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Félix Sautié Mederos
Licenciado en Ciencias Sociales, especializado en Economía, y licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos. Corresponsal Permanente en Cuba de la Revista Tiempo de Paz de la cual es miembro de su Consejo de Redacción. Publicación trimestral del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL de España). Sociólogo, teólogo laico y periodista, con múltiples crónicas y artículos periodísticos publicados en diversos órganos de prensa de Cuba y otros países, principalmente España. Ha colaborado con publicaciones del Sur en Andalucía España; ha colaborado con el periódico POR ESTO!, Mérida, Yucatán y su suplemento cultural Unicornio, en donde publicó sus memorias por entregas semanal con el título La Espiritualidad Prohibida. Además, colabora también con las revistas católicas en Cuba tales como VITRAL de la Diócesis de Pinar del Río y Laboren Voz del Movimiento de Trabajadores Cristianos. Cuba. MTC; La Agenda Latinoamericana de la Teología de la Liberación. APIC Alternativa. Agencia de Prensa Continental. Missione Oggi del Centro Saveriano de Animación Misionera de Roma. Tiene publicados varios libros en España: Sin Tiempo para Morir (novela testimonio) 1999; Evangelio y Revolución, en colectivo de autores con Pedro Casaldáliga y Benjamín Forcano, 2000; Cuba: Problemas y Retos, 2001; Palabras de Esperanza, 2005; Futuro del Socialismo y la Religión Cristiana en Cuba en colectivo de autores 2001; todos en la Editorial Nueva Utopía de Madrid; Curso de Administración y Gestión de Proyectos ISEBIT La Habana. Socialismo y reconciliación en Cuba. Una mirada desde adentro, Editorial los Libros de la Catarata, Madrid 2007. Tiene terminados y pendientes de publicación los textos: Ética Política Cristiana y Revolucionaria, Periodista Soy, no puedo negarlo; Militante soy, no puedo negarlo; y Cristiano Soy, no puedo negarlo. Ha trabajado en actividades políticas, de prevención social y preservación de la Paz en instancias intermedias y nacionales de Cuba. Es militante fundador del Partido Comunista de Cuba y miembro de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, ACRC. Fue director del Semanario Mella 1964, del periódico Juventud Rebelde 1965-1966, La Habana; director de la revista cultural El Caimán Barbudo (1966), La Habana; director del periódico “El Bayardo” de Camagüey 1970; Director Nacional de Escuelas de Arte y Vicepresidente del Consejo Nacional de Cultura de Cuba (1972), Vicepresidente del Poder Popular en la Isla de la Juventud (1975), Director fundador de la Editorial José Martí de Publicaciones en Lenguas Extranjeras (1982), La Habana, así como profesor de Cooperación al Desarrollo y de Ética Cristiana en el desaparecido Instituto Superior de Estudios Bíblicos y Teológicos La Habana.