La muerte es la única certeza de la vida y, sin embargo, genera el mayor de los desasosiegos: dolor, despedida, ausencia, vacío, hueco, fin, inicio, incertidumbre … Dejar marchar o agarrar desesperadamente...

La primera vez que morí, fue en manos de la que decía ser mi mejor amiga. Dejó de hablarme, reemplazó mi compañía y me negó sus confidencias. Me rompió.

El otoño siempre es un poco melancólico, al menos así se ha dibujado en el imaginario, su señuelo es la antesala a días de reflexión.