Vamos a entrar al 2021 con una gran disyuntiva. Olvidamos lo vivido y sufrido durante los últimos 12 meses y lo espantamos para que no nos traiga malos augurios, o recordamos cada detalle de lo ocurrido para sacar de ellos sus enseñanzas.

Sí, la política es sucia, y lo será mientras las estructuras no cambien, porque seguimos viviendo en un país capitalista neoliberal patriarcal, manejado por los mismos dueños de antes...

Las corporaciones farmacéuticas de las grandes potencias, ávidas de una ganancia segura y suculenta, se lanzaron en una carrera internacional desenfrenada para ser los primeros en encontrar la vacuna salvadora, olvidándose de la cooperación internacional, la solidaridad colectiva y de los intereses del público global.