Este movimiento por nuestros derechos políticos y sociales, sin bien no ha sido lineal, ha tenido altibajos, aparentes pausas y momentos álgidos, se ha mantenido vivo y actuante hasta hoy.

El corporativismo del que fue objeto el movimiento feminista yucateco durante el siglo XX quitó visibilidad a las mujeres que lo abanderaron, pero sería injusto negar el importante esfuerzo realizado por ellas para mantener vivas y vigentes las demandas históricas.

¿Qué paso con el feminismo Yucateco después de la muerte de Felipe Carrillo Puerto y de que las valientes mujeres que lo encabezaron, entre ellas la emblemática Elvia Carrillo Puerto, fueran perseguidas, amenazadas y despedidas de sus encargos y posiciones por la derecha yucateca?

Larga y accidentada es la historia de la relación de las mujeres y la masonería que considero es muy importante conocer por la trascendencia que tuvo y que aún podría tener en la lucha por una sociedad más justa e igualitaria.

Nuevamente en esta etapa de la historia las mujeres han sido ignoradas y es poco conocido el importante papel que desempeñaron algunas mujeres como Elvia Carrillo Puerto y Rosa Torres, entre otras.

En su gran mayoría las mujeres latinoamericanas vivimos bajo regímenes patriarcales capitalistas que han originado profundos niveles de desigualdad social, explotación, e injusticia social, donde somos nosotras quienes más sufrimos pobreza, discriminación y violencia.

Es interesante la paradoja que esta situación implica: el encierro resultado de un privilegio y la esclavitud laboral que nos obliga a salir, lo que nos lleva a reflexionar sobre los diferentes muros físicos y sociales que nos aprisionan.

Podemos afirmar que si bien los modelos de lo femenino y lo masculino contenidos en el cosmos de un pueblo no son un reflejo fiel de las relaciones reales y concretas entre los géneros, podemos encontrar en ellos elementos simbólicos y valorativos que legitiman las formas de participación de hombres y mujeres en la sociedad.