Educación y cultura

La educación y la cultura están en todo porque donde no están, está el camino a la barbarie

Armando Hart Dávalos

Queridos Lectámbulos:

En este mes de julio en el que terminamos un nuevo ciclo escolar y damos paso a las esperadas vacaciones de verano, antes de irnos a la playa o disponernos a descansar, vale la pena detenernos un momento a observar que éste que cerramos es el primer ciclo escolar escolarizado después de la pandemia y en el que egresamos a las generaciones que gran parte de su formación hicieron frente a una pantalla, televisiones o a través del teléfono celular.

Aunque la pandemia del SARS Cov-2 parece haber quedado atrás, aún comenzamos a ver las consecuencias: ¿Las escuelas volvieron a ser las mismas? ¿Los maestros y alumnos volvimos a ser los mismos? Seguramente, estamos de acuerdo que la pandemia, además de los efectos en materia de salud y economía, nos dejó una estela de problemas sociales que los agentes educativos observaron de primera mano y, sin ninguna herramienta adicional que su experiencia y vocación, se han dado a la tarea de resolver.

El rezago educativo es apenas una parte de los efectos visibles de dos años fuera de las aulas, donde los niños y jóvenes dejaron de tener la dinámica de un compromiso, más allá de que si el sistema educativo de los países latinoamericanos sea el mejor o no, perdieron la rutina de estudiar, dialogar, memorizar, e incluso, de convivir con sus pares. A cambio, tuvieron tiempo sin acompañamiento de adultos —puesto que los padres, en su mayoría, debían salir a trabajar—; o en su defecto, algunos jóvenes ingresaron a las fuerzas laborales informales, lo que hizo que perdieran el interés por la escuela; proliferaron los embarazos adolescentes, los abusos sexuales y la adicción por las drogas.

Cuando regresamos a las escuelas en enero de 2022, vimos jóvenes sin el más mínimo interés por estudiar, por cumplir con sus tareas, desalineados en su imagen, sin motivación y con una actitud de enajenación difícil de combatir. En México una de las estrategias fue, a disgusto de los profesores, aprobar a todos los estudiantes, sin excepción, lo cual, quizá ayudó a mantener las estadísticas y cierto ánimo, en algunos; pero también prolongó la apatía.

Sin lugar a duda, la pandemia dejó a la vista los grandes errores que se arrastraban en el sector educativo, las carencias de profesores, el desconocimiento de las autoridades a acerca de la realidad escolar, la falta de infraestructura para desarrollar el trabajo pedagógico y, mucho menos, enfrentar una crisis. Nos mostró la necesidad de formar con sentido humano, después de que el neoliberalismo se enfocó durante los últimos años en erradicar las humanidades de los programas educativos, y fue justo lo necesitamos para sobrevivir a esta pandemia: literatura, filosofía, psicología, etc. Nos mostró que la educación no puede estar aislada de la sociedad ni de lo que suceda en ésta. Nos mostró que es necesario volver a las artes, al desarrollo del pensamiento y las emociones.

Apostarle únicamente al desarrollo tecnológico es crear una sociedad robotizada, con conocimiento prácticos, pero fácilmente reemplazables por las maquinas, más ahora en la era de la inteligencia artificial. Sobrevivir a una crisis como una pandemia, catástrofe natural o una guerra, requiere sobre todo de la capacidad de adaptación que caracteriza a los seres humanos.

Por eso, Lectámbulos dedica esta edición al binomio Educación y Cultura, dos conceptos que no pueden disociarse y que hoy, más que nunca, debemos recuperar para construir entornos sociales más seguros, empáticos y favorables para una vida digna.

Nació en Mérida, Yucatán el 3 de enero de 1978. Licenciada en Educación Secundaria con la especialidad en Español por la Escuela Normal Superior de Yucatán y Maestra en Cultura y Literatura Contemporánea de Hispanoamérica por la Universidad Modelo. Diplomada en Competencia Lectora: un Enfoque para la Vida y el Aula (Tecnológico de Monterrey, 2013); Investigación Literaria con enfoque de estudios culturales (Univ. Modelo, 2008); Periodismo, protocolo y Literatura (IECY, 2004-2005) y Literatura y Crítica Literaria (ICY-Santillana, 2002-2003). Actualmente, estudia el Doctorado en Ciencias Filosóficas en la Universidad de la Habana. Narradora, poeta y editora. Ha recibido el Premio Estatal de Cuento Corto El espíritu de las Letras (2015); el Segundo Lugar del Premio Nacional de Cuento Jesús Amaro Gamboa (2005); el Premio Estatal de Poesía Joven Jorge Lara (2005) y la beca del Programa Creadores del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Yucatán (FOECAY- 2004). Becaria en dos ocasiones del Programa de Fomento y Coinversiones Culturales del Fondo para la Cultura y las Artes en 2006 y 2016, la primera por su proyecto Palabra Viva (2005-2008) para mujeres internas, jóvenes acusados de delitos violentos y enfermos de VIH y SIDA internos en el Cereso de Mérida. La segunda, fue por el proyecto Ko’olelo’ob, migrantes del tiempo que tejió un puente de memoria a partir de la palabra entre hijas, madres y abuelas de cuatro comunidades mayas de Yucatán. Es presidenta de Zedík, A. C., miembro del Centro Yucateco de Escritores, A. C. y miembro distinguido del Colegio de Profesores de Educación Básica de Yucatán, A. C. por su labor educativa dirigida generar estrategias de fomento a la lectura con niños, como el proyecto Kanules del Mundo Maya (2012-2018) y públicos vulnerables. Titular la cápsula radiofónica A salto de página, en Grupo Rivas dentro del noticiero Arcadio en la Radio, un breve espacio dedicado al placer de la lectura (2013-2016). Ha participado como ponente y conferencista en diversos encuentros y coloquios nacionales e internacionales de escritores y de educación. Coordinadora fundadora de la Escuela de Creación Literaria del Centro Estatal de Bellas Artes y de su programa de formación (2008-2011), así como del programa Biblioteca Básica de Yucatán de la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán (2009-2013) y de la Unidad Editorial de la misma Secretaría de 2013 a 2018. Creadora y organizadora del Foro Regional Educación y Cultura, con el tema En los espacios que habitamos en octubre de 2014 y La filosofía y la imaginación en las lenguas originarias de América en 2016; asimismo del Coloquio Internacional de Filosofía de la Ciencia y de las Grandes Ideas en octubre de 2015 y que en su emisión del 2017 llevó el subtítulo Cosmogonías de los pueblos vivos de América; y el Seminario Internacional de Periodismo que reúne a colaboradores del periódico Por Esto!, evento que se realiza desde 2015. Directora editorial del suplemento infantil MUNDOS del periódico Por Esto! (2016-2020) donde también publica artículos periódicamente. Entre sus publicaciones se encuentran Cartas a Sofía, epistolario filosófico para niños publicado por entregas en el periódico Por Esto!, el libro digital Ko’olelo’ob, migrantes del tiempo, hijas, madres y abuelas escribiendo la memoria (FONCA, SEGEY/2017), la colección infantil interactiva Kanules del Mundo maya (SEGEY/2012-2018), el libro de cuentos Vestido rojo y sin tacones (H. Ayuntamiento de Mérida/2008) y Memorias de mujeres en prisión y otros relatos (ICY, Zedík/2006), entre otros.