El feminismo después de Elvia. Primera parte.

Y bien ¿Qué paso con el feminismo Yucateco después de la muerte de Felipe Carrillo Puerto y de que las valientes mujeres que lo encabezaron, entre ellas la emblemática Elvia Carrillo Puerto, fueran perseguidas, amenazadas y despedidas de sus encargos y posiciones por la derecha yucateca? Acaso, parafraseando la excelsa tesis doctoral de Alicia Canto[1], debemos preguntarnos si las feministas se extinguieron cual dinosaurios tras una glaciación y, que el feminismo yucateco fue sólo un chispazo que se esfumó rápidamente.

De acuerdo al trabajo de investigación de la maestra Alicia Canto[2], los años posteriores a la muerte de Felipe Carrillo Puerto no fueron favorables para la actividad feminista en Yucatán. Por el contrario, entre 1926 y 1930, el entonces gobernador de Yucatán, Álvaro Torre Díaz, adoptó una postura moderada frente a la Iglesia católica, la cual coadyuvó a la definición del status legal y cultural de la mujer. La autora nos explica que el feminismo mexicano entre 1931 y 1934 dejó a un lado su lucha por el sufragio para enarbolar demandas relacionadas con salarios mínimos y jornadas de ocho horas, la igualdad de salarios por los mismos trabajos; que las campesinas tuvieran la misma oportunidad que los hombres para adquirir tierras, educación primaria accesible en todo el país y libros de texto gratuito, licencia con derecho a sueldo, entre otras demandas.

Siguiendo a la misma autora, fue hasta el sexenio del presidente Lázaro Cárdenas que las feministas volvieron a retomar como un tema central de su agenda la participación política de las mujeres para lo cual se aglutinaron en 1935 en el Frente Único Pro derechos de las Mujeres (FUPDM). Desde dicho frente solicitaron que se hicieran reformas al Código Civil para asegurar la igualdad de hombres y mujeres frente a la ley y que las indígenas se integraran sin restricciones a la vida social y política del país.

Detengámonos en este importante punto de la historia. Efectivamente, el gobierno de Lázaro Cárdenas levantó expectativas en las mujeres, tanto que vieron cerca la posibilidad de ver concretados sus esfuerzos por alcanzar la ciudadanía política y se organizaron en el mencionado FUPDM. De hecho el partido oficial PNR en enero de 1936, para elegir a su candidato a senador del D.F., organizó un plebiscito al que invitaron a todas las mujeres afiliadas a participar, mismo que anunciaron en la prensa nacional, sería un ensayo para conceder el voto a la mujer.

Mientras tanto, en Yucatán se cantaba en las escuelas públicas “La Internacional”, lo que dio lugar a que 28 de enero de 1936 la Liga de Acción Social, la cual también promovió el monumento a la Madre para contrarrestar el feminismo de las feministas socialistas encabezadas por Elvia Carrillo Puerto y lanzó una enérgica protesta “contra la enseñanza de himnos de tendencia comunista en las escuelas” con una carta dirigida al entonces director del Diario de Yucatán (Diario de Yucatán 28 de enero de 1936, página 3).

Curiosamente, en el mismo rotativo se publicó, páginas adelante, una nota anunciando que la sección Yucateca del FUPDM invitaba a una asamblea en la escuela Cisneros Cámara, donde asistirían todas las mujeres que quisieran, sin importar credos o ideologías, para discutir sobre sus derechos políticos. Si bien el FUPDM se presentaba como plural, era del todo sabido que sus lideresas pertenecían al partido comunista, tanto a nivel nacional como local. Hay que mencionar que la agenda programática de este frente era muy similar a la que mantuvieron las feministas socialistas yucatecas.  

¿Cómo fue posible en este momento de la historia que las maestras feministas yucatecas afiliadas al partido comunista, tuvieran influencia en las líderes de las comunidades y que en las escuelas públicas los maestros y maestras enseñaran a los niños y niñas “La Internacional”?  Esto se explica por el hecho de que, si bien el partido comunista era numéricamente pequeño en México, frente al entonces partido oficial, sus integrantes tenían una alianza tácita con Cárdenas, lo que, al menos en Yucatán, se expresó con el nombramiento del, abiertamente comunista, Antonio Betancourt Pérez como Secretario de Educación Federal en Yucatán. Este maestro comunista, aliado de Cárdenas, promotor del reparto agrario al que se oponían las fuerzas reaccionarias, que convocaba a marchas proletarias y que desató las protestas de los grupos de poder local -que solicitaron su destitución, sin conseguirla-, se ocupó de mandar a los municipios maestros y maestras, quienes, junto con la promoción de la educación, participarán en la organización de las comunidades para la lucha por sus derechos sociales y políticos.  Muchas de estas maestras ligadas a Betancourt y al partido comunista también participaban en el FUPDM y, por lo tanto, promovían la participación de las mujeres en la lucha por la consecución de sus derechos.

Esta etapa de la historia del feminismo yucateco no ha sido suficientemente estudiada, aún no sabemos cuántas de aquellas, más de sesenta, presidentas de las ligas Rita Cetina de las comunidades, formadas pocos años antes por Elvia Carrillo, se vincularon con esta nueva generación de maestras feministas de izquierda. Pero hay un caso emblemático, que podría no ser la excepción, el de Felipa Poot Tzuc, líder de Kinchil, y que recomendamos leer acerca de ella en el valioso trabajo de Socorro Chablé, en la sección “Luna Maya” del Por Esto!.                

Pese al feminicidio de Felipa Poot Tzuc, debo decir que ella es recordada como una mujer que lucho por los derechos de la etnia maya, los trabajadores y por su género.

Georgina Rosado Rosado

 La valiente líder Felipa Poot Tzuc tuvo contacto, entre 1935 y 1936, con dos maestros rurales cardenistas enviados por Antonio Betancourt y que fortalecieron su formación y su lucha, estos eran Bartolomé Cervera y Carmen Góngora, la segunda fue dirigente del Frente Único Proderechos de las Mujeres.  De esta manera Felipa continuó la labor iniciada cuando fue nombrada Presidenta de la Liga Rita Cetina años antes: promover la educación, la organización de su comunidad para la lucha por sus derechos civiles y laborales, así como el agrarismo impulsado por los mencionados maestros rurales. Al mismo tiempo que, como era propio de las feministas yucatecas, socialistas primero y después comunistas, articuló esa lucha con la defensa de sus derechos sociales y políticos como mujeres. Lucha que le valió ser asesinada de manera cruel y cobarde tal como relatan sus biógrafos y biógrafas. 

Pese al feminicidio de Felipa Poot Tzuc, debo decir que ella es recordada como una mujer que luchó por los derechos de la etnia maya, los trabajadores y por su género; y, aunque tristemente las mujeres de la década de los treinta fueron traicionadas de nuevo por sus aliados en el poder y sus demandas fueron frenadas con el pretexto de que, darles el voto favorecería a la derecha dada la influencia que aún tenía en ellas la iglesia, teniendo que esperar hasta 1953 para conseguir el derecho de votar y ser votadas, debemos reconocer que la generación de líderes comunitarias feministas a la que perteneció Felipa Poot Tzuc, junto con las maestras del FUPDM, mantuvieron vigente el espíritu de justicia y de igualdad que heredaron a la siguiente generación y que alumbra el camino a las de hoy. Sobre las siguientes generaciones de feministas yucatecas que le dieron continuidad a nuestra lucha por la igualdad hablaremos en el siguiente artículo.


[1] Canto Alcocer, A., Las mujeres a escena: feminismo y Revolución en Yucatán 1915-1918, Tesis para optar al grado de Maestra en Historia, CIESAS, 2014.

[2]Tema desarrollado por Alicia Canto en; De la ciudadanía femenina a la institucionalización de la perspectiva de género en Las Hijas de Eva las semillas de una revolución, Editoras, Rosado Georgina, Rosado Celia y Canto Alicia, UADY.

Georgina Rosado Rosado es egresada de la Universidad Autónoma de Yucatán, de la licenciatura de Ciencias Antropológicas (UADY), tiene una maestría en Antropología Social en “El Colegió de Michoacán”. Profesora Investigadora de la UADY durante 33 años, donde realizó diversas investigaciones sobre la mujer y las relaciones de género, la cultura maya, la violencia y discriminación entre los jóvenes, entre otras temáticas. Pionera en la aplicación de la perspectiva de género en la docencia y en la investigación en Yucatán. Autora y coordinadora de diversos libros sobre los temas mencionados, así como de artículos científicos y de divulgación en revistas nacionales e internacionales. Durante la gestión de gobierno 2007-2012, fue directora general del Instituto para la Equidad de Género del gobierno de Yucatán (IEGY). Integrante del Sistema Nacional para la Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de Violencia y del Sistema Nacional de Igualdad entre Mujeres y Hombres. (2007-20012). Siendo directora del IEGY desarrollo un programa editorial gracias al cual se editaron la Revista “Alas de Mariposas” y cincuenta libros de diversos autores y autoras entre ellos “La Siempreviva”, emblemático del Bicentenario del gobierno del estado. La maestra Georgina Rosado es autora de publicaciones muy relevantes destacando entre estas: 1) Mujer maya: Siglos tejiendo una identidad. 2) Amazonas: Mujeres líderes de la Costa Yucateca, 3) Género y poder entre los mayas rebeldes de Yucatán, 4) Violencia y discriminación de género entre jóvenes de educación media superior en Yucatán. 5) Mujeres en tierras mayas: Nuevas Miradas, 6) Deshaciendo Nudos y 7) Las Hijas de Eva. Las semillas de una revolución. Articulista del Por Esto! del 2000 a la fecha. Colaboradora de la sección Unicornio donde participa en la difusión y desarrollo del periodismo cultural y científico.