El ideario filosófico-educativo de Armando Hart y su validez en el siglo XX. Parte I.

I

Para comprender el contenido y alcance del ideario educativo de esta figura de la Generación del Centenario del natalicio del Apóstol cubano José Martí, es imprescindible ir a los orígenes del pensamiento filosófico, político y pedagógico de más de dos siglos de historia que, desde el padre José Agustín Caballero, Félix Varela, José de la Luz y Caballero y José Martí, han conducido a las ideas que hicieron síntesis en el carácter singular del proceso revolucionario cubano; porque, no hay dudas, de que ya, a mediados del siglo xx, el Dr. Hart se convirtió en uno de los principales herederos y continuadores de esas ideas y proyectos educativos. Y, por supuesto, que tal como los precursores de las ideas cubanas en el plano teórico de la Educación, ha defendido la tradición pedagógica y patriótica nacional en primerísimo lugar.

Recordemos, asimismo, que su hacer está inspirado en el método electivo del conocimiento[i] de la corriente del electivismo filosófico cubano; por eso ha afirmado que tal y como el padre Varela, para él: “su electivismo significa que no se adscribe con pertinacia a nadie”, lo cual no quiere decir que escoja sin pensar y sin lógica, porque hay que utilizar la razón, la lógica, el análisis y el pensamiento, en función de qué y para qué hay que escoger lo mejor de todos los sistemas. Pensemos, igualmente, que toda su creación ha surgido de la práctica política, por eso cuando asumió el Ministerio de Educación, se sintió en el deber de representar y desarrollar lo más puro y autóctono de la tradición de nuestro pensamiento político, filosófico y social, que tiene sus raíces en el glorioso siglo XIX.

En relación con el ideario o pensamiento educativo de Hart[ii], se puede afirmar que el mismo se fundamenta, en el cuerpo de las ideas y pensamientos de los principales representantes de la tradición electiva cubana, de su contenido profundamente antidogmático y científico, ético, patriótico, nacionalista, independentista, liberador, democrático-popular, autóctono, creativo, de inspiración martiana, en el que se hace explicito su ideal de Patria —tal como la soñó Martí—, en el que impera la justicia y la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos sin excepción. Estas ideas fueron concebidas desde que Hart se inició en la lucha estudiantil insurreccional en las calles y plazas de Cuba contra la dictadura y las mismas terminaron de fraguar en la dura clandestinidad y la prisión que durante largo tiempo tuvo que sufrir.

Nos encontramos ante un pensamiento propio que bebió de la tradición a la que se ha hecho referencia como su prístina fuente nutricia; esas ideas fueron concebidas, imaginadas y dibujadas por él, hasta en sus contornos más sutiles. En ese sentido debemos recordar que el destacado intelectual mexicano Don Pablo González Casanova, en relación con el pensamiento de esta figura, ha afirmado en su texto “Hart, la revolución de las palabras”:

Todos decimos: ¡Qué difícil es dar vida a los conceptos abstractos como libertad, justicia, democracia, independencia! Probar que se habla de verdad y con la verdad durante los gobiernos de las tiranías es jugarse la vida, la libertad corporal, exponerse a los ataques y a las torturas. Y eso no basta, probar que se habla de verdad es mantener la coherencia entre los ideales, las palabras y los actos, a lo largo de la vida. Y eso es lo que ha hecho y hace Armando Hart.

Y, en ese sentido continúa diciendo Don Pablo:

Hart de camino a lo concreto no sólo piensa en la revolución como insurrección sino como voluntad, conocimiento y creación. Al igual que su hermano Enrique sale de una cosa para entrar en otra… El punto básico de todo es la voluntad de creación o, como Armando Hart la llama, la “urgencia de creación”. Y hace como dice que hacía Enrique: “Es infatigable… es un vértigo de acción, de trabajo”. Comenta: “Cuando los hombres encuentran el modo de hacerse eficaces, se hacen incansables”.[iii]

Hay que subrayar que Hart es un político, con un ideario y una vocación pedagógica explicita, que revela sus condiciones como maestro y educador, al punto de que fue capaz de sentar las bases del Proyecto de Educación Revolucionario, que en su aplicación práctica estuvo en permanente perfeccionamiento y transformación, en beneficio de la elevación del nivel educativo y cultural del pueblo cubano.

Hart asegura que, desde los orígenes de nuestra nacionalidad, se reveló una aspiración a alcanzar una síntesis integradora entre la educación, la ciencia, la economía, la ética, el arte, en fin, la cultura, en sus más variadas expresiones y que la escuela del padre Caballero, de Varela, de Luz y Caballero y de Martí, tienen en su esencia esa aspiración de síntesis e integración de lo mejor de la cultura universal. En ese sentido Hart ha afirmado que, las doctrinas europeas, que penetraron en Cuba desde finales del siglo XVIII y hasta el propio siglo XX, con sus “ismos ideologizantes”, al contacto con nuestra realidad y los dramáticos problemas generados por la injusticia social, se transformaron en su propia esencia en una propuesta teórica diferente; en la cual el pensamiento se abrió hacia la práctica y la transformación social, con la aspiración de llegar a servir a la causa de los humildes y desposeídos, tal como lo expresó Martí. Hombres como Caballero, Varela y Luz le abrieron, desde el pensamiento y el sentir cristianos, caminos revolucionarios al pensamiento científico, social, político y pedagógico en Cuba.

Al decir de Hart, dentro de la tradición cultural cubana, el propósito de “elegir” va orientado a hacer prevalecer la integralidad de la cultura para orientar el camino hacia la práctica de la justicia; estas concepciones se relacionan con los conocimientos que adquirió de los principales representantes del citado pensamiento filosófico cubano electivo.

Hart afirma, que él ha considerado muy necesario reivindicar el electivismo cubano y también ha saludado con orgullo que, el electivismo pueda ser enarbolado frente a los peligros que entrañan las posturas filosóficas dogmáticas, que en su opinión no permiten concretar la esencia transformadora del hombre en su entorno y realidad, recuerda también, que los padres fundadores de nuestra Patria, supieron nutrirse de lo mejor del pensamiento universal al elegir lo mejor de todos los sistemas, para conformar un pensamiento propio, diferente y creativo, que diera respuesta a nuestras necesidades y urgencias como nación y país. Por eso explica que si el método electivo en la búsqueda del conocimiento y los caminos de la acción los relacionamos con el principio lucista “la justicia es el sol del mundo moral” y con el propósito del Apóstol de echar su suerte con los pobres de la tierra y sus ideas en relación con el “equilibrio del mundo”, tendremos un núcleo central del pensar filosófico cubano de incalculable valor para fundamentar el quehacer pedagógico y la política culta, por todo ello pudo aseverar:

La conjugación en la escuela cubana desde sus orígenes mismos entre un enraizado pensamiento cristiano y una profunda vocación científica, tal como se expresó en Varela, produjo, a partir del combate contra las injusticias ejemplificados en la esclavitud y en la explotación colonial, una Cultura a la que le fue extraño el dogmatismo y en la que se exaltó el humanismo. No hubo en ese genuino pensamiento cubano intolerancia, hubo fraternidad y amor a la causa humana en su sentido más puro. Varela a lo largo de toda su extensa y enjundiosa obra, nos dejó un legado de carácter pedagógico, en el cual las ideas de esta índole están imbricadas con las filosóficas y las políticas, porque no se propuso entregar definiciones terminadas de la enseñanza y la educación; sino que nos legó una combinación de normas y principios que nos expresan su inclinación hacia ese cardinal problema que es la educación.[iv]

En ese sentido, también Hart ha afirmado, Caballero nos enseñó a pensar, Varela nos enseñó el camino; Luz nos enseñó a estudiar y conocer y Martí, con su inmensa sabiduría, descubrió los secretos del hacer y, por tanto, —para decirlo con una expresión de Lezama Lima— Martí nos enseñó a actuar.

También el Dr. Hart alega, que las primeras escuelas cubanas fueron de origen religioso, pero en ellas se imprimió el sello del antiescolasticismo del padre Varela, el ideario democrático y el pensamiento científico. Tal hecho marcó para siempre la educación y, por tanto, la cultura del país. El punto esencial del desarrollo de los conceptos valerianos se afirmó en la escuela de Luz y Caballero, quien, con decoro y patriótica dignidad, sabiduría pedagógica y ética austera, simbolizó lo más puro del enfrentamiento cubano al colonialismo español. Luz le otorgó un gran significado al papel del Maestro y la Escuela en la formación de la personalidad, en el proceso de la enseñanza; de igual modo para Luz “la educación debe ser el único motor impulsor del posible progreso social”.

Varela sentenció la necesidad de la educación para todos cuando dijo: “La necesidad de instruir a un pueblo es como la de darle de comer, que no admite demora”, “¿Quién puede negar que es más ilustrado un pueblo en el que todos saben leer y escribir?” Es decir, aquí ya encontramos una alusión directa a lo que podríamos denominar una propuesta alfabetizadora para el pueblo cubano y los beneficios que la misma le aportaría al país; en ese sentido el Dr. Hart recuerda que siempre le prestó mucha atención a estas importantísimas ideas de Luz y del padre Varela y, asimismo, prestó un esmerado interés por el estudio del pensamiento de ambos, pues en su opinión lograron desplegar un consistente ideario educativo, lo que ejerció influencia determinante en sus ideas filosóficas.

Recordemos que resultó decisivo para la evolución antidogmática, científica y liberadora de las ideas cubanas, el notable grupo de intelectuales que Varela logró reunir, con los que trabajó por el enriquecimiento de la firmeza de los sentimientos independentistas, que se habían venido forjando en la conciencia criolla. Su saber filosófico relacionado con su profunda sensibilidad universal, concepción científico-pedagógica y su humanismo, lo colocaron como uno de los pilares del pensamiento político separatista, abolicionista, radical e independentista, es por ello que afirma Hart:

Nadie duda que Félix Varela nos enseñara a sentir como país independiente que superó el nudo anexionismo-esclavitud-colonialismo, revelándose contra el signo de aquella cadena. El mérito de Varela está, desde luego, en que esbozó estas ideas desde las primeras décadas del siglo XIX; en Varela se puede hablar de Ciencia y Conciencia, de los objetivos de crear una Ciencia y una Cultura cubanas, y que, la vocación cristiana que lo inspiraba estaba permeada de los nuevos aires del pensamiento progresista europeo.[v]

Hart también certifica que, en las décadas forjadoras de la conciencia nacional cubana, se produjo una singular particularidad, la cual está definida por el hecho de que esos grandes hombres —el padre Caballero, Varela y Luz—, no trazaron un antagonismo entre Ética y Ciencia, ni tampoco entre la fe y la razón. Pensemos que el propio Luz, habla de la existencia de Dios —origen y causa final del universo— como una cuestión de fe personal de cada individuo, de su sicología individual. La idea de Dios debía ser asumida a partir de reconocerlo en el amor al prójimo —a la humanidad— y relacionarlo con la noción del bien y de la justicia caracterizada como “el Sol del mundo moral”. Sus discípulos, convertidos, en muchos casos, en pensadores liberales y radicales, no tuvieron una actitud extremista en relación con los sentimientos religiosos. Heredaron el amor a la Patria, el sentido de la dignidad personal, el respeto irrestricto a la libertad del hombre y el decoro individual, asimilando con orgullo una ética de raíces cristianas. En el ideario lucista se proyecta un pensamiento democrático, que juzga la sociedad como el estado natural del hombre y, en ella, la problemática que lo afecta, es por ello que sobre estos puntos dice Hart:

Por esta vía, creyentes y no creyentes asumieron en la cultura nacional una alianza que tuvo un gran alcance. Al abordar la cuestión de la creencia de Dios como facultad de cada hombre, se estaban abriendo nuevos caminos en el pensamiento cubano, en el que se asumían los principios éticos y espirituales provenientes de la mejor tradición del hombre que murió en la cruz. Estas lecciones lucistas posibilitaron el rechazo a una estrecha visión dogmática.[vi]

Propiamente puedo afirmar que los principios éticos que sustentan las ideas de Hart vienen de la escuela cubana que se inicia con Caballero, Varela y Luz y continúa con Martí. Su vocación hacia la acción revolucionaria concreta lo llevó a concebir la educación como una vía esencial para el mejoramiento humano y para alcanzar la felicidad como el objetivo de la educación. A partir de estas premisas Hart encuentra también, que Luz relaciona dos conceptos básicos: ética y política. Y, en ese sentido, asegura que los patriotas ilustrados, surgidos desde las aulas de Luz, pasaron a integrar, con los esclavos, los campesinos y los trabajadores explotados, una profunda identidad de ideas y acciones generosas y las sembraron en el alma del pueblo cubano. Esto comenzó a materializarse años después de la muerte del maestro. Su pensamiento pedagógico se había enraizado en los jóvenes estudiosos de la Patria y contribuyó de manera decisiva al diseño de la nación.


[i] En aras de una mejor comprensión del significado de los términos electismo, electivismo o método electivo, que están presentes en los fundamentos de las ideas de Hart, son empleados por la autora de este trabajo, en el sentido en que los ha definido la Dra. Rita Buch Sánchez, en sus textos sobre Filosofía Cubana y específicamente sobre el padre Caballero, en los cuales ha explicado que: “no debe confundirse el término electivismo con el de  eclecticismo, pues su uso indistinto en la bibliografía tradicional ha generado confusiones e incluso, errores conceptuales”. En ese sentido, la Dra. Buch, afirma que debe establecerse con total precisión, la diferencia entre electivismo y eclecticismo en la Filosofía Cubana. El electivismo se refiere al nuevo método de pensar y hacer filosofía cubana, sobre el cual el padre Caballero afirmaba, que esa era la actitud que mejor se ajustaba a su afán de escoger lo mejor de todos los Sistemas, sin adscribirse a ninguno de ellos. Y, sobre este particular destaca con precisión la Dra. Buch: “El electivismo es un nuevo método de pensar y hacer filosofía cubana, cuyo pionero sin precedentes fue Caballero, quien en su lucha contra el método escolástico, de corte aristotélico-tomista, insistía en escoger lo mejor del pensamiento moderno europeo, que resultó ser, por una parte, la idea de Francis Bacon sobre la necesidad de la experimentación para el avance de la ciencia y el dominio de la naturaleza, y por otra, la duda y el método cartesianos, como armas indiscutibles contra la Escolástica. Con esta línea de pensamiento, se iniciaría una tradición electiva en la filosofía cubana, que se extendería a lo largo del desarrollo de las ideas en Cuba, encontrando sus más altos exponentes durante el siglo XIX en Varela, Luz y Martí. […] Por su parte, el eclecticismo […] aparece en la filosofía cubana con posterioridad al electivismo, asociado a la escuela de pensamiento francés, conocida como también como eclecticismo espiritualista, cuyo máximo exponente fue Víctor Cousin (1792-1867). Los presupuestos teórico-filosóficos de esta corriente de pensamiento distan sustancialmente de los del electivismo cubano.”

[ii] Para una mejor comprensión del tema que se aborda en el presente texto, delimitaré el significado de los términos  que he manejado en el mismo, tales como: ideario, ideario educativo, ideario educativo cubano, proyecto, proyecto educativo.

Ideario: en su primera acepción: Al repertorio de las principales ideas de un autor, de una escuela o de una colectividad. Y en su segunda acepción || 2. La Ideología: conjunto de ideas fundamentales que caracterizan una manera de pensar, el pensamiento de una persona, una colectividad, una doctrina o una época. Un Ideario son también los objetivos que perseguimos, los principios básicos que orientan nuestra labor, que refleja una determinada visión del ser humano y del mundo.

Ideario educativo: “Es el conjunto de criterios, concepciones, valoraciones, juicios y teorías acerca de para qué y a quién, qué, cómo, dónde, cuándo y con qué educar, expuestos por destacadas personalidades, en las esferas de la educación, la política y la cultura, en diferentes contextos y épocas en el decursar histórico de la Sociedad”.

Ideario educativo cubano o la teoría educativa cubana: Es según la definición del Dr. Ramiro Guerra y Sánchez (1923): “el concepto de Educación que en diversas épocas han tenido los cubanos, a su modo de apreciar los problemas educativos, a los medios ideados para resolverlos, al ideal de educación que en cada época han concebido o han intentado realizar”.

Proyecto en el sentido genérico significa la planeación y organización detalladas de todas las tareas y actividades necesarias que se forman para alcanzar un fin determinado como la ejecución de una cosa ||Propósito o pensamiento de hacer una cosa.

Proyecto educativo: Es su diseño, significa planear un proceso para alcanzar una meta educativa, objetivos de aprendizaje, etc. Esto implica desde la selección del problema surgido en un contexto educativo particular, su tratamiento hasta la presentación del informe. En otros términos, corresponde la realización de varias etapas interrelacionadas de concepción, planeamiento, formulación de acciones, implementación y evaluación. El objetivo principal de un proyecto es resolver, en forma organizada y planificada, un problema previamente identificado en su realidad educativa, aprovechando para ello los recursos disponibles y respetando ciertas restricciones impuestas por la tarea a desarrollar y por el contexto. Continuará.

[iii] Con el texto titulado “Hart, la revolución de las palabras”, Don Pablo presentó la Biografía del Dr. Hart, publicada por la autora de esta conferencia, en Zacatecas, México, en abril del 2008. Desde esa fecha el texto homónimo forma parte de la colección del Fondo de Hart.

[iv] Fragmento de un artículo inédito redactado por Armando Hart en abril del 2013, a propósito de esta Tesis.

[v] Armando Hart. Perfiles. La Habana, Editorial Pueblo y Educación, 2008, p. 8.

[vi] Ídem p. 48.

Editora y escritora, investigadora cubana por más de dos décadas de la vida y obra de Armando Hart y fundadora de la Asociación Hermanos Saíz. Esposa y compañera de batallas del Doctor Armando Hart Dávalos. Investigadora de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí (BNCJM) y directora del Proyecto Crónicas.