«El Capirote: Tenemos final feliz y servicios cachondos», de Raúl Rodríguez Granados

Texto ganador del 1er. Lugar en el 10º Concurso de Dramlaturgia Express (2023) Todos las voces, todos los espacios, organizado por el Globo Arte y Cultura, A.C., en coordinación con Lectámbulos y la galería Rodolfo Gisner.

Personajes
Luisa: Mujer de 88 años, doblemente divorciada con 8 hijos entre sus dos matrimonios. Es tuerta con un ojo de cristal y dueña de “El Capirote”, la cantina más antigua y vigente de Chetumal, Quintana Roo.
Jairo: Hombre de 82 años, es triciclero repartidor de agua y se dedica a traerle botellones a Luisa para su cantina. Tiene su espalda torcida por un evento en su infancia, camina totalmente encorvado.
Herculano: Hombre de 81 años, indigente. Tiene una afasia específica, un trastorno neuropsicológico que le impide decir las palabras que piensa, sin embargo, puede escribirlas.

Es fin de año en Chetumal, época contemporánea. En “El Capirote”

Inicia la escena con luces bajas y ligeramente sube la iluminación simulando la madrugada. Estamos en “El Capirote”, todo es viejo, pero extremadamente limpio, hay una barra con dos refrigeradores detrás, uno para comida y otro para cervezas, sobre el segundo refrigerador hay varias botellas de alcohol. Sobre la barra hay un fogón, un teléfono fijo y detrás de esta se esconden diferentes artículos para cocinar. Delante de la barra, en medio del local hay dos mesas de madera con sus respectivas sillas ya colocadas. A la izquierda del escenario hay un espacio que simula la calle. Luisa se encuentra metiendo cervezas al refrigerador y sacando unas latas de atún de detrás de la barra, entonces entra Jairo a escena empujando un clásico triciclo amarillo.

Jairo: ¡Ya llegué vieja!

Luisa da un pequeño brinco del susto

Luisa: ¡Coño bandido! Me asustaste, casi me da un fallo en el miocardio.

Jairo: Feliz año, doña Luisa.

Luisa; Feliz año, cabrón.

Jairo: Ire madre, que le conseguí de ahí del puerto

Jairo corre y saca rápidamente de su triciclo un par de tilapias y regresa al Capirote

Luisa: Tan frescas jefa, yo mismito las pesque en la aguada, hasta le puede dar los huesos a sus perros de aquí afuera y así me guarda ese atún. 

Luisa finge conmoverse

Luisa: Ay, padre, tas viendo que ya valemos para pura madre, ya mi brazo no tiene fuerza para desescamar tremendo pescadón, mejor llévatelo a tu casa.

Jairo: No jefa, es para usted, en su regalo de año nuevo.

Luisa: Santo Dios, de veras que sí, pues déjalas sobre la barra y bájame dos botellones.

Luisa toma de detrás de la barra una lata de galletas donde guarda el dinero de la cantina y saca un billete. En ese momento sale de la barra con el billete y dos botellones de agua vacíos para entregárselos a Jairo. 

Jairo sale de escena y regresa con dos botellones de agua

Jairo: Compermiso, ¿dónde se los pongo?

Luisa: Ahí, detrás de la barra, te digo que mi mano ya no tiene fuerza.

Jairo: Sale.

Jairo coloca los botellones llenos detrás de la barra y toma el billete y los botellones vacíos de Luisa y la ve pensativo.

Jairo: Tonces jefa, ya después de su regalito ¿Me podría contar cómo le hacía?

Luisa: ¡Bandido este! ¡Sáquese de aquí! Jala jala.

Luisa hace gestos para ahuyentar a Jairo.

Jairo: Madrecita, no vamos a durar mucho, es año nuevo, me gustaría saber con mucho respeto para usted.

Luisa: ¡Cuando te entierren! ¡Animal! ¡Jala Jala!

Jairo sale de escena avergonzado.

Luisa va detrás de la barra, guarda las latas de atún y se pone a descamar el pescado, lo mete en la olla con especias y el agua del botellón que le trajo Jairo. Coloca menudencias y desperdicios en un plato de metal, sale a la izquierda del escenario y lo deja sobre el espacio que simula la calle. Las luces de la escena aumentan su intensidad simulando el paso del día. Luisa regresa a la barra y entra Herculano a escena.

Luisa: Ya te escuché, ¡ladrón!

Herculano: Perro, sacas, perro.

Luisa: ¿Quieres comida?

Herculano: Sacar, mascar.

Luisa: Todavía no está lista la cena de año nuevo, es temprano viejo.

Herculano: Nalga, cara, cara.

Herculano saca una vieja libretita y se pone a escribir.

Luisa: A ver, qué quieres.

Luisa sale de la barra y lee la libreta de Herculano.

Luisa: Aaah ya, voy a hacer pan de cazón y romeritos, namás somos tres, borrachos mis compañeros, suficiente.

Escribe rápido en la libreta y saca de su bolsa unas hojas maltratadas de chaya.

Luisa: ¿Es para que yo te haga?

Luisa lee la libreta.

Luisa: ¿Es mi diciembre? ¿fin de año?

Herculano: Mira, voy, Karla.

Luisa: Muy amable

Herculano escribe rápido en su libreta y Luisa lee.

Luisa: Si, en huevo.

Herculano escribe rápido en su libreta y Luisa lee

Luisa: A ver.

Luisa va al refrigerador y saca una hamburguesa de Carls Jr. en su caja.

Luisa: Esta me la trajo mi hijo, el aviador.  

Herculano: San, santo, santo.

Luisa: Pues ni tan santo [ríe estruendosamente]  tremendo hijueputa, viene una vez al año, ni dos, ni tres. Pero me trajo esta hamburguesa con sus papas, me comí las papas, pero la hamburguesa es mucho para mi estómago, ¿sabes lo que es una hamburguesa?

Herculano escribe rápido en su libreta y Luisa lee

Luisa: Nombre, pues verás qué festín te vas a echar, voy por unos sobrecitos a catsup y te los pongo.

Luisa intenta regresar a la barra y Herculano le toma del brazo

Luisa: ¿Qué haces bandido?

Herculano toma su libretita y regresa varias hojas, mostrándole una hoja en específico a Luisa.

Luisa: ¡Otro puerco! Coño, ¡sáquense!

Herculano dice desesperado mientras Luisa lo va sacando de la cantina.

Herculano: Mira, quiubo, saca.

Luisa: ¡Ni porque sea año nuevo! Y ni madres que agarres esa hamburguesa, ¡prefiero dársela a los animales que a ti! ¡Sho sho!

Herculano sale de escena corrido por Luisa, se queda viendo la cantina desde afuera y ve el plato de comida que Luisa ha puesto para los perros callejeros. Herculano se sienta a lado del plato y empieza a comer de él. La escena sube y baja ligeramente de iluminación para simular el paso del día. Es por la tarde. Herculano termina de comer, deja el plato, se levanta y sale de escena. Suena el teléfono fijo del bar y contesta Luisa gritando.

Luisa: ¡Eeeey!

Escucha la llamada y sucede una conversación

Luisa: Sí como no, bandido este, ya decía yo que era tarde para tu llamada. Nada, aquí atendiendo a los borrachos de siempre. Mis últimos dos compañeros. No, ya ni se ven. Es mejor tenerlos lejos, así no se peleyan y evitamos problemas. Si, si puedo. Pan de cazón y romeritos. Como si tu vieja pudiera hacerlos, no, es mucho trabajo, es desde temprano y no puedes hablar porque si no no se cuece el mole. No, si son gente decente. Primero va a venir Herculano, ya vez que él no hace más que vagar todo el día, así que el luego luego cae aquí, ajá y luego don Jairo, ese es más bandido. Llegará más tarde después de terminar con el agua, sigue con su espalda así, toda torcida, ¿te dije que me contó? Mi pobre aguador, aja, los perros, era un bebé y quien sabe dónde lo fueron a tirar, pues los perros se lo iban a escabechar, quien sabe que alma lo salvó, pero su espalda no volvió a quedar bien, si, pues ya queda así para toda la vida. Si, mucho. No sé cómo carga tantas cosas con tanto dolor, yo solo con mi brazo no puedo hacer muchas cosas, ese cristiano pues no le queda de otra, si. Ta bueno hijo, nos vemos. Feliz año, feliz año, ta bueno, a ver cuándo vienes. No, ninguno, ya ves que solo tuve hijos a lo pendejo mi general. Si hijo, mañana espero tu llamado cabrón, si, son borrachos ya luego que estén bien pedos ya ni se les va acordar que están peleados. No hijo, son gente decente, entre lo que cabe, no me han vuelto a preguntar, ya sabes que si lo hacen me los descuento, sale hijo. Feliz año, feliz año, sale.

Luisa cuelga el teléfono y suspira de cansancio, sale a recoger el plato de comida de los perros, las luces bajan para simular que anochece. Luisa regresa a la barra a servir tres platos de comida en una de las mesas de la cantina y llega Jairo.

Jairo: ¡Ya llegué vieja! ¡Feliz año!

Luisa: Qué escandaloso hijueputa, ¿te sirvo la primera?

Jairo: Claro que si jefa, si usted es la mera mera. Ingesumadre

Jairo se sienta en la mesa y empieza a comer y a tomar.

Luisa: Santo, ¿y eso que llegaste tan temprano?

Jairo: Ya no hice mi última vuelta, la gente ya no está en sus casas y si está no va a recibir agua, todos andan ya bien jarras.

Luisa: Sí me imagino.

Jairo: Además, ya mi espalda me duele demasiado, madre, demasiado. Ahora sí que solo el pomo me lo quita.

Ríen juntos.

Jairo: Y el loquito ¿no lo ha visto por aquí?

Luisa: Nada, yo creo que ya no anda por acá

Jairo: Qué bueno, me cae que sí. Qué bueno. Y ¿qué? ¿se va a tomar una conmigo?

Luisa: Nada, sabes que cuando como no bebo.

Jairo: Ándele jefa, por nosotros que al cabo que puede ser nuestro último año juntos.

Luisa: Que no cabrón, además tengo que estar pendiente de ti.

Jairo: ¿Cómo que de mí? ¿No nos tenemos confianza?

Luisa: El vicio es culero viejo y el hambre más, no voy a descuidar mi latita ni un segundo.

Jairo: Si usted ya sabe cuál es el único vicio que me importa, llevo más de 50 años viniendo a diario a este lugar esperando a ver qué día me lleva la chingada con la misma puta duda.

Luisa: Si vas a empezar con tus cosas te me vas cabrón y antes de que canten las doce.

Jairo: No voy a dejar que pase un año más jefa, discúlpeme.

Jairo se levanta de la mesa y se pone amenazante.

Jairo: Usted hizo feliz a hombres peores que yo y a mi ni siquiera me quiere hacer un favor, escogió a dos pendejos uno tras otros que les dejó hijos putos que no vienen a verla, así que dígame, cómo era la famosa chupada cantora, ¿Como le hacia? Última oportunidad.

Luisa dice asustada

Luisa: Sobre tu cadáver viejo.

Jairo: Pues va entonces, ¡Loquito desquítate!

Herculano llega corriendo al bar y le da de golpes con el plato de los perros a Jairo, hasta que está por morir. ¿En ese momento Herculano le muestra a Luisa la misma vieja hoja donde dice “Cómo le hacía?” Luisa se arrodilla en el suelo, se saca el ojo de cristal de la cara y empieza a cantar entonada “Amorcito Corazón”. Suenan las campanas de año nuevo.

Fin.

Originario de Tabasco, es egresado de la licenciatura en psicología por la Universidad Modelo. Ha escrito y llevado a escena dos piezas de teatro universitario: “Los Foráneos, el musical (2021)“ y “La Unidad (2023)”. En su obra busca dar visibilidad a problemáticas que moldean e impactan la psique del joven mexicano.