Entrevista a la escritora Liliana Blum

El pasado domingo 10 de marzo, a las 10 de la mañana, en el marco de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán, FILEY, 2024, le realicé una entrevista a la escritora duranguense Liliana Blum para dar a conocer detalles de su nuevo libro, “Un descuido cósmico”, el cual presentó ese mismo día por la tarde ante un numeroso público.

La entrevista se llevó a cabo en la sala de autores dentro del Salón Ek Balam, en el Centro de Convenciones Siglo XXI. El encuentro fue cálido, con la sencillez y carisma que distinguen a la escritora. Inicié agradeciéndole el haber aceptado otorgar este espacio para las páginas de Novedades Yucatán.

—¿Qué te inspiró a escribir los cuentos que integran tu libro “Un descuido cósmico”?

—La inspiración viene de varios lados, quería salir del realismo, porque gran parte de mi obra, a excepción de una novela juvenil que tengo por ahí, salió un gólem (una criatura mitológica), el resto de mi obra siempre ha sido de corte muy realista, ya que abordo temas fuertes. De igual manera, toco lo sobrenatural que es algo que me apasiona mucho, lo combino con humor negro. Aunque también externo mis inconformidades como mujer de cierta edad a través de la crítica social.

—Tomando en cuenta la situación de las mujeres, sí me pude percatar de que la mujer tiene un papel importante dentro de tus cuentos, ¿me podrías platicar un poco más sobre esta característica?

—Siempre mis cuentos y mis novelas tienen protagonista femenina, una mujer es la que lleva la historia, porque es lo que a mí más me interesa por el hecho de ser mujer, pero también es mi forma de entender el mundo, los hombres están ahí en la periferia, pero en la mayoría de las situaciones son los causantes de la desgracia.

El tema de la mujer en estos cuentos son mujeres de cierta edad hacia arriba, yo no me había dado cuenta, pero alguien me lo dijo, mis personajes han ido creciendo conmigo, acabo de cumplir 50 y yo sí creo que con la edad a las mujeres se nos va invisibilizando, si ya no estás en edad reproductiva te vuelves un cero a la izquierda, dejas de tener validez en lo que dices, en lo que piensas, por lo que la inconformidad de mis personajes mujeres es latente en estas historias.

—¿De dónde surge la necesidad de escribir de manera cruda y hasta cierto punto terrorífico?

—Yo creo que el estilo de un escritor, uno lo va descubriendo a lo largo de los años, es un poco como el carácter, uno lo puede medio controlar, pero mucho es con lo que naces, si te dejas llevar por lo que es, sin tratar de imitar, sale el estilo. El mío es crudo, tengo una forma dura de ver la vida, aunque también trato de ser positiva, porque en la mayoría de mis cuentos siempre hay una persona que logra tener algo de redención, o que va a poder encausar su vida, sin embargo, en el camino le pueden suceder cosas muy terribles.

Continuando con la entrevista a la autora Liliana Blum, le comenté sobre las pinceladas de la obra de Horacio Quiroga que pude detectar dentro de sus escritos, a lo que ella me contestó: “Sí, en mis cuentos salen las cosas que más me gustan o me hacen enojar, por lo que menciono a mis autores favoritos, entre ellos Quiroga, Stephen King, Alejo Carpentier. Considero que eso es lo lindo de los libros, ya que te llevan a otros lugares que a lo mejor no ibas a llegar sola”. A continuación, dejamos en pausa un momento la obra “Un descuido cósmico” para sumergirnos en los inicios de la escritora:

—¿Cómo empieza tú carrera como escritora?

—Mi primer intento de escritura fue comenzando la prepa, debido a que una maestra nos obligó a escribir un cuento para una noche literaria, y recuerdo que gané el tercer lugar. Siempre me había gustado leer, pues tuve una niñez muy solitaria, la mayoría de las veces los libros que caían en mis manos no eran para niños, y me hacía mis propias historias con los animales de peluche que me acompañaban, por lo que las ganas de narrar historias ya estaban latentes, así como mi pasión por la lectura.

Pero fue saliendo de la prepa cuando decido convertirme en escritora, y comienzo a tener publicaciones y participaciones en concursos, revistas. Pienso que no debería de haber escritores que no hayan sido primero grandes lectores.

—¿Qué tanta realidad hay dentro de tu ficción?

—Mucha y poca, es decir, yo nunca he escrito de una manera autobiográfica y creo que mi vida es bien aburrida, pero sí incluyo todas mis emociones. Por ejemplo, el primer cuento de la señora que le pone el cuerno el marido no es mi historia, pero a mí me han puesto el cuerno y sé lo que se siente, en el segundo cuento donde matan a un maestro de deportes; el Camarón le decían, fue de la secundaria, estudié en Querétaro y nos metía mano a todas las niñas, a parte era un colegio de monjas y una época (en el 86) donde si te quejabas, no te creían, ni tus papás, así era la realidad, ya que se iban en contra de ti. Estaba totalmente normalizado el acoso.

La anécdota de la historia siempre es real, tomo pedacitos de la misma debido a que me generaron alguna emoción, ya sea positiva o negativa.

—Pude notar dibujos tuyos dentro del libro

—De niña era muy tímida, y no hablaba, en las clases no participaba, y me ponía a hacer dibujitos, siempre me ha gustado dibujar, pero aclaro, no soy muy buena.

Estos cuentos fueron un divertimento para mí, me propuse pasarla bien mientras los creaba, sean de cualquier extensión, así que me permití realizar los dibujitos. Al momento me cuestioné la posibilidad de si mi editor los publicaría, y terminaron por decirme que sí, lo único que no me gustó, fue la portada, esa sí me la impusieron, en lo personal se me hace muy seria, pero en cuanto a los dibujos tal vez lo vuelva a hacer en algún libro próximo.

En la última parte de la entrevista con la escritora Liliana Blum, le dejé sentir una pequeña inquietud en cuanto a que me costaba un poco imaginarme a la protagonista de uno de sus cuentos, que contaba con el nombre de Regina, la cuestión es que el nombre no me cuadraba con la edad avanzada del personaje, a lo que la autora me comentó: “Sí los nombres son como generacionales, si te fijas las Marianas, las Adrianas son como de los 70. Yo batallé mucho con los nombres de los personajes porque me gusta que sean como distintos, pero al mismo tiempo que no sean como tipo Lady Di, tampoco como tan comunes, como Claudia, por ejemplo, y justo para Regina, en ese entonces me llevaba mucho con Arturo Barba (el actor); por lo que estaba escribiendo esos cuentos y le dije: dime un nombre para una señora ya mayor que está en un asilo, y me dijo Regina, sino te la puedes imaginar es por él”, concluyó acompañado de una risa sincera.

—De todos los libros que has publicado, ¿con cuál te identificas más?

—Todos tienen mucho de mí, por ejemplo, mi primer libro de cuentos salió en 2003, hace 20 años, y eran cuentos basados en personajes que me llamaban la atención, que no necesariamente tenían algo de mí, el libro se llama “La maldición de Eva”. Sin embargo, “Un descuido cósmico”, es el libro que más me ha gustado escribir y del cual me siento más satisfecha, tal vez porque tiene mucho de mi vida, de mi pasado, con una visión un poco más madura.

—¿Tienes algún ritual al escribir?

—Mi ritual es sacar a mis perras, tengo un montón de perras recogidas de la calle, les cocino, las atiendo, desayuno, luego trato de escribir hasta la hora de la comida, hago de almorzar; en la tarde doy cursos de lectura, escribo por ratitos, pero bueno, siempre café y algo de musiquita de fondo, mi cerebro trabaja mejor en la mañana, en la noche no doy una, si voy a lograr algo va a ser en la mañana.

—Dentro de los cuentos hay una necesidad de cobrar venganza hacia los depredadores sociales, platícame un poco más sobre este factor.

—Tengo que empezar por admitir que el deseo de venganza lo tengo y lo he sentido muchas veces, creo que viene de la impunidad que estamos viviendo ahora en el país, con tanta mujer desaparecida, asesinada y sabemos que nadie va a ser nada, de la impotencia de que estamos solos, solas, entonces claro que uno fantasea con venganza. El tema de los asesinos seriales siempre me ha apasionado mucho, desde muy joven he estado leyendo sobre psiquiatría forense, no quiere decir que yo vaya a hacer algo, pero tanto la literatura cuando la leemos como cuando la escribimos, nos ayuda a catalizar, para sacar ese anhelo de manera sana.

—Para concluir con la entrevista, algún consejo que les quieras dar a tus lectores y lectoras

—Muchas gracias por serlo y por estar, que lean mucho, pero no lean nada que no les esté gustando, ya que la vida es muy corta para leer libros malos, más bien tengamos inteligencia al momento de comprar un libro, así que lean sólo lo que les guste.

Karla Marlene Martínez Herrera nació en Mérida, Yucatán, el 25 de enero de 1985. Estudió la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispanoamericanas y la Maestría en Español. Ha realizado trabajos de investigación con enfoque semiótico discursivo en las obras de los escritores Mario Vargas Llosa y Federico Gamboa. Es correctora en la Gaceta Miradas al Magisterio de la Coordinación de Cultura y Promoción Editorial de la Secretaría de Educación. Es columnista en el periódico de Novedades Yucatán. Entre sus cuentos destacados figuran: “La Vida en Horizontal” (2021), “Raíces del Alma” (2019), “La Enfermedad de la Estirpe” (2020), “El Golpe” (2017) y “Estruendo” (2023) que fue seleccionado para formar parte de una antología de Terror Social titulada “A la Orilla del Espíritu”, que corresponde al Grupo Editorial Letras Negras y al sello Editorial Akera, publicada en varios países: Chile, España, Argentina, México, Colombia, Ecuador, Uruguay, Perú, Brasil, USA. Como poeta su obra más importante es una compilación de 50 poemas inéditos titulado “Entre el Sapito y las Letras”.