La peluquería Pepe de la Colonia Alemán

Hoy fue día de irme a cortar de pelo; y, hoy también, se me vino a la mente la peluquería de la Colonia Alemán ubicada en la calle 24 de nombre «Pepe», lugar preferido de mi hijo Pepe para cortarse el pelo.

Mi primogénito es fiel a esa esquina enfrente del mercado, que, desde1972, don José María Fleites Padilla decidió abrir. Mi hijo no la cambia por nada. Pepe, el dueño, que hace pocos años falleció, vio crecer al Pepe que tengo en casa.

Pepe le enseñó a Pepe a rasurarse, conoció a su cliente siendo un niño de nueve años, cuya espera la hacía con cuaderno de tarea en mano o con patines puestos para, terminado el corte, salir a jugar al parque que está a unos pasos de la peluquería; luego, don Pepe le siguió cortando el pelo al Pepe adolescente lleno de acné, granos o espinillas propios de la edad de un chico que cursa la secundaria; fue también el señor Pepe, el que años más tarde dejó a ese joven de igual nombre muy guapo a manera de despedida, cuando todo asustadizo  y miedoso tuvo que irse por un año a vivir a Kansas para aprender otra lengua que le permitió conocer más de la vida.

Pepe, igual lo recibió con una sonrisa a su regreso de Ontario, a ese Pepe bachiller ya más serio, fornido, espaldón y alto preguntándole, indagando, cómo lo habían tratado los canadienses, esos que cada invierno vienen a refugiarse a las playas yucatecas.

Pepe le cortó el pelo a mi Pepe un mes antes de graduarse allá con los regios, con los que convivió cuatro años mientras se convertía en un economista y también cuando regresó a vivir con los canadienses del lado oeste para estudiar un posgrado, fue don Pepe el que con tijera en mano supo del entusiasmo que le generó a su tocayo la primera entrevista de trabajo.

En el 2020, ese niño debilucho, ese adolescente inquieto, joven apuesto y luego adulto preocupón se enteró en una de las visitas que Pepe, su gran amigo, había fallecido, triste estuvo varios días, le costó aceptar que otra persona le hiciera el corte militar al cual le ha sido fiel; con recelo y desconfianza veía al nuevo individuo que afilaba la navaja en el cuero, no le quitaba la mirada cuando le ponía espuma en la barba y luego loción de afeitar.

Conociendo al Pepe con el yo convivo, segura estoy que reza hasta la fecha por el alma del Pepe de la Colonia Alemán y, segura estoy que, fiel a su recuerdo es porque sigue yendo a la estética de su amigo a manera de tributo u homenaje, él no cambia por nada ese rincón que lo vio crecer.

Ivonne Bouillé Araluce
Nació en Torreón Coahuila, en 1968. Licenciada en Historia con un posgrado en Educación. Docente de asignaturas del área de Ciencias Sociales. Trabajó del 2016 al 2020 como Responsable Académica del Bachillerato Intercultural de Popolá en Valladolid, Yucatán y del 2016 al 2018 supervisando de manera académica a los 198 planteles del Telebachillerato Comunitario (TBC) en el mismo estado, actividades que la conectaron con las costumbres, tradiciones, formas de vida y el aprendizaje servicio propio de las comunidades rurales. Ha colaborado con la Dirección General de Bachillerato de la SEP en la creación del programa modular de primer semestre del TBC “Matemáticas, fuerzas y movimiento”, con la Universidad del Valle de México campus Mérida en la elaboración del programa de la asignatura Comparative History, así como en la revisión del programa de estudios del Bachillerato Intercultural de Yucatán bajo la supervisión de la Coordinación General de Educación Intercultural y Bilingüe CGEIB.