Tormenta de invierno
El cielo libera vapor de iceberg cuando suelta en dolor masa polar que envuelve su latir entre nubes que congelan la mirada del viajero. Nieva melancolía sobre espera anchuroso camino inicia el olvido más recóndito cuando su reflejo boga resquicios de realidad como fantasma. Bruma sobre pensamientos de ocaso en ilusorio trajín de mortales demencia y despertar. Su letargo impasible tormenta de invierno petrifica corazonadas tempestad que destierra la máxima esperanza y hace naufragar en glaciación la misma desventura.
Caribe sin tormentas
Xcacel
Para Giovanni Avashadur, pintor de todos los Caribes. Germina el asombro desde tu creación pincel que obsequia su audaz argumento de trazo mancha y argamasa. Antigua jungla emerge la pátina del tiempo y arena es eclosión inventando seres su matriz a flor de marejada. Viento azul ola sargazo corrientes que deparan varados continentes sobre su propio asombro. Caribe sin huracanes es sólo fantasía. Desde el turquesa el godete moja de mar los sueños nos mantiene a flote con levante y ocaso como insignia. El sol se deja sumergir entre peñas y el verde desborda la retina océano en pleno desmayo que sucumbe a oscuridad cuando toma posesión de su rumbo al naufragio.
Corazón de la demencia
Lleno de poesía agujeros de olvido espacios demenciales en pereza. Pido al verso desborde enigmas a babor de la ignorancia que la metáfora no cure elogios vagos supersticiosos vacíos ni la imaginación alcance para medias ideas o el aliento no agregue despedida a la mirada de su ruta. Precipicio interno quema como añeja ausencia clamor que monta el horizonte y desaparece cuando el sueño se desploma.
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