Canto a un poeta
Gustavo Adolfo Bécquer,
versos como los tuyos,
visten la noche de estrellas,
abren en la aurora un capullo
desde la fresca flor de tus huellas.
Tu poesía es tierra de luz y poema,
crece desde la raíz y gema
una gardenia en la noche bruna,
se mueve con tu canto una cuna,
mece estrellas luminosas
que alimentan mariposas,
encantadas de la luna.
Amor de madre
Me siento un punto de tierra
ahora que una flor
sigue su largo camino
de pupilas dormidas.
Dentro de mí, la vida,
desde hondos océanos
me está llamado,
llamando
por todas las esquinas de mi cuerpo,
sobre todas las páginas que hablan
de nacimiento. Yo la siento,
la siento.
y quiero contestar
«ven, hijo del amor,
hijo inesperado,
puñado de oro colado,
te enseñaré el camino
que escucha el rumor de las alas,
te enseñaré el misterio del vuelo
en este cielo que a ti baja.
Te contaré del tiempo que fluye
en la espera de verte,
de besar tu alma pura,
con amor de madre y ternura».
Indiferencia
No me miran las estrellas,
el hombre a caso piensa
ya no vale la conciencia
en las estepas del olvido,
ángel de pétalos caídos,
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