El ser humano consumidor-consumido

Análisis histórico y sociocultural: desafíos y tendencias actuales

El análisis de la sociedad actual a partir de su desarrollo histórico nos remite a conceptos clave, como lo son progreso, civilización, capitalismo, globalización y neoliberalismo. La forma en que las sociedades modernas se han organizado, a partir del siglo XVII, con la industria textil inglesa (Etecé, 2020) y en el Siglo XVIII con el desarrollo de la industrialización en Europa, responden al modelo capitalista en el que todo gira en torno a la capacidad de adquisición, donde los seres humanos dejan de considerarse tales para convertirse en consumidores. La historia del progreso en el mundo entero ha sido la historia del avance del capitalismo.

Pero ¿Qué es el progreso? ¿A qué se refiere la civilización? La palabra progreso nos suena a avance, a evolución, pero no todo avance o evolución va a ser necesariamente en un sentido ideal, tomemos por ejemplo una planta de chayote que va creciendo y extiende sus guías libremente, ésta comenzará a seguir un rumbo regido por la naturaleza, primero buscará el sol, las mejores condiciones de la tierra, el acceso al agua; y se extenderá por donde encuentre esas mejores condiciones para sobrevivir; en cambio cuando el agricultor le pone varas y tapescos, las guías se desarrollarán siguiendo el camino que artificialmente se le ha asignado. Eso mismo ha pasado con nuestra sociedad, donde la hegemonía ejercida por Estados Unidos es el agricultor que va indicando a las sociedades mundiales por dónde seguir su camino. Esto es el progreso, el avance manipulado de la sociedad, que ya no está condicionado por la naturaleza, sino por los intereses de quienes tienen el poder. ¿Hacia dónde se dirigiría la sociedad si no estuviera orientada por las estrategias de manipulación mediática que nos impone el poder hegemónico?

El sistema económico basado en la propiedad privada (capitalismo) es el marco contextual en el que se desarrolla este progreso, al que no le importa la sobrevivencia del mundo y los seres humanos, sino la producción y capacidad de adquisición. Todos los ciudadanos del mundo que hemos nacido en este sistema, hemos sido educados y formados para funcionar en él, de acuerdo con los cánones y patrones pre establecidos por la élite hegemónica. Nuestro mundo se asimila al de la película Matrix, donde solo vemos la realidad bajo los parámetros que nos han sido instaurados en el pensamiento desde incluso antes de nacer, solo por el hecho de haber nacido en este mundo que ya está preconfigurado de antemano para funcionar así.

Para que todo este sistema funcione, hay una serie de dispositivos desplegados; entre los cuales destacan los medios de comunicación masivos, las industrias musical, de cine y televisión; la industria de la moda y la publicidad; los sistemas de estímulos a empresarios otorgados por el estado, entre otros. Es a través de estos medios que se difunde el modelo de un modo de vivir y ser en el mundo que los consumidores asimilan y hacen propio, sin chistar; y sin siquiera ser conscientes de ello. El ejemplo más claro se puede apreciar en la música. No son los mejores artistas, ni quienes tienen una voz privilegiada o una propuesta original quienes se vuelven famosos, sino los que pueden servir para convertirse en instrumento del sistema. Cada generación ha tenido a sus propios ídolos en el cine, el fútbol y la música, aunque siempre han sido mal vistos por las generaciones predecesoras, ya que de una u otra forma han roto los paradigmas pre establecidos; no obstante, los discursos que se transmiten a través de la música pop están determinados por los intereses de las élites, que son quienes seleccionan a quiénes van a producir y patrocinar para que se popularicen.

En consecuencia, tenemos una industria musical que tiende a popularizar canciones sin sentido, donde la música pegajosa y los estribillos pensados en ser fácilmente asimilados y recordados se extienden rápidamente; y así también las propuestas de bailes y coreografías con alto contenido sexual se van apoderando de las juventudes con el objeto de despertar y promover el erotismo, de modo que, a temprana edad, los jóvenes cedan ante las pasiones humanas y desvíen su atención hacia ello, lo cual también suele traer embarazos no deseados y en consecuencia abandono escolar y precariedad. El hombre obligado a trabajar para dar sustento a su familia es capaz de dejarse explotar por el capitalismo representado por las empresas y empleadores que buscan a toda costa mano de obra barata para enriquecerse a costa de ellos.

Lo anterior trae consigo la configuración de un ser humano consumidor-consumido, en tanto que es consumidor de los productos culturales difundidos por el sistema y que lo orientan y orillan a llevar cierta forma de vida que ha tomado como modelo de los productos que consume; y al mismo tiempo es consumido por ese mismo sistema que lo obliga a jugar su juego sucio, reduciéndolo a mano de obra barata, un ser no pensante que solo busca satisfacer sus necesidades primarias, que en la pirámide de Maslow (1991) son respiración, alimentación, descanso, sexo y homeóstasis.

Todo lo anterior en cuanto al concepto de progreso, pero hablemos también de civilización. La civilización es la adquisición, por parte de una sociedad, de los principios básicos y valores que lo sustentan. El hombre civilizado es el que ha sido educado de acuerdo con el orden establecido, el que obedece y se somete a sus principios, el que está preparado para obedecer y seguir lineamientos. La civilización es, por tanto, un intento de homogeneización del pensamiento y actuar del hombre. En el mundo civilizado todos saben jugar el juego del capitalismo, todos ejecutan el rol que les corresponde, aún aquellos que creen estar del lado de las divergencias. Nos dicen qué pensar y cómo hacerlo, incluso a algunos nos hacen jugar el papel de los divergentes, todo está pensado y articulado dentro del juego del capitalismo.

Para explicar lo anterior voy a mencionar algunas corrientes de pensamiento contemporáneas como las teorías LGBTQ+ y el feminismo. Ambas de gran impacto en la sociedad actual y que pretenden ser un parteaguas en la ruptura paradigmática de la sociedad contemporánea, pero que, sin denostar la pertinencia de su origen legítimo, suelen ser desvirtuadas con fines políticos y pasan a convertirse en un elemento más de la jugarreta del capitalismo, en la medida en que pierden su enfoque para convertirse en moda que se asienta en una sociedad manipulable, en la que los niños que han nacido en un sistema en donde la diversidad sexual ha pasado de promover el respeto a quienes tienen otras inclinaciones sexuales, a convertirse en una invitación a que todos seamos bisexuales, bajo el argumento de que no lo somos única y simplemente porque la sociedad retrógrada no lo ve bien.

Derivado de lo anterior, nos encontramos con adolescentes de secundaria que se dicen ser bisexuales, aunque aún están en el despertar de su sexualidad y seguramente con el paso del tiempo decidirán sus inclinaciones definitivamente, pero el problema no reside aquí, sino en que hay algunos padres que abiertamente educan a sus hijos bajo la idea de que no son ni hombres ni mujeres hasta que ellos elijan lo que quieran ser; provocando confusión. Pues sí estoy de acuerdo en que exista una gran diversidad de orientaciones sexuales, pero el sexo no ha cambiado ni se puede cambiar aún con la historia, dado que éste está definido por la genética, aún desde antes de nacer. Sexos solo existen dos: el masculino y el femenino, las identidades de género y orientaciones sexuales son otra cosa, y ahí sí entra la diversidad, pero no podemos confundir los conceptos y confundir a toda una generación que, a la larga, se enfrentará con muchos conflictos de identidad provocados por corrientes de pensamiento que, aunque no lo sepan, solo responden a la manipulación del poderío hegemónico.

Estamos entonces en un periodo histórico en que la sociedad se mueve bajo los parámetros del mercantilismo, donde incluso las corrientes de pensamiento se vuelven estrategias de mercado y productos comerciables. Los valores que pondera esta civilización son el poder adquisitivo, la moda y hasta lo diferente; pero todo tratado desde este marco de realidad en que el capitalismo nos ha construido.

Referencias

Etecé (2020). «Capitalismo». Equipo editorial, Etecé. De: Argentina. Para: Concepto.de. Disponible en: https://concepto.de/capitalismo/. Última edición: 29 de septiembre de 2020. Consultado: 14 de enero de 2024

Maslow, Abraham H. (1991). Motivación y personalidad. Ediciones Díaz de Santos. Madrid, España.

Este trabajo fue realizado como parte de la Unidad Curricular de Aprendizaje Sistematización de la Praxis Educativa II del Doctorado en Desarrollo Educativo del Instituto de Estudios de Posgrado. Cualquier mensaje con respecto a este escrito debe ser enviado al correo electrónico de su autora. E-mail: srivera.consultoria@gmail.com

Estudió la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispanoamericana en la UNACH y se ha dedicado al fomento a la lectura desde el 2001, En el 2002 ingresó al Programa Alas y Raíces a los Niños de Chiapas de CONACULTA, como promotora de lectura y tradición oral y en el 2005 ingresa al Programa Nacional de Salas de Lectura. Ha sido Consultora Académica de Literatura en Editorial Santillana, al mismo tiempo que impartió la Asignatura de Redacción y Ortografía en la Universidad Autónoma de Chiapas. Como autora de literatura infantil colaboró en el suplemento infantil Parachicos del Diario Cuarto Poder, en Tuxtla Gutiérrez y en varios diarios, revistas y antologías de circulación nacional. La Dirección General de Publicaciones del CONACULTA publicó su ensayo El proceso lector y la importancia de seleccionar los textos en la Memoria del IX Encuentro Nacional de Salas de Lectura. En el 2006. En 2008 fue becaria del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico por el trabajo titulado Relatario: platillos del recuerdo. sido incluida en antologías como Jaime Sabines: 83 aniversario, 83 poetas (SEPCONECULTA, 2009) y Relatos y cuentos de nunca acabar (COBACH, 1995), Cuentos joven: muestra de autores tabasqueños (Editorial Suum Cuique, 2012) y Epifanía (Programa Editorial Soconusco Emergente, 2020). Ha publicado el poemario Soliloquio de Invierno y la antología erótica Suite 30700 (coordinadora de la antología) con Búho Editores, como parte del Programa “Soconusco Emergente” (2019). Imparte cursos y talleres para la formación de promotores de lectura y narradores orales, así como también talleres infantiles de fomento a la lectura y sensibilización ambiental. Es Promotora de Lectura Certificada por el CONOCER desde el 2011, con Número de certificado 33140. Actualmente es docente de la asignatura de Español en el Sistema Educativo Federal, de nivel secundaria.