Esto es lo que pasa con el COVID-19. No le importa lo rico que eres, Lo famoso que eres, lo gracioso que eres o lo inteligente que eres, Es el gran ecualizador. Madonna.
Los que ya no nos cocinamos al primer hervor, somos fans de Mafalda, y por haberla conocido en nuestra adolescencia –o sea hace 50 años-, somos hoy “población en alto riesgo de vulnerabilidad” que curiosamente pasamos de aquella expresión: “las mujeres y los niños primero”, a la de moda de “los viejitos y los niños al último”… ¡O sea! Nos dan el privilegio de ser los últimos en reintegrarnos a las actividades, quedándonos encerraditos en nuestras casitas, si queremos vivir.
Y entonces, sentadita en mi casita, como niña buena, regreso a leer a Mafalda, y pienso que seguramente estaría mucho muy preocupada por su mundo enfermo. ¡Imagínense ya lo estaba hace 55 años! ¡Ella ya veía, que íbamos demasiado rápido! Y dijo: “¡Paren el mundo… quiero bajarme!” Y quizá, si se pudiera, muchos de nosotros también querríamos bajarnos de este mundo, invadido por un ser que ni siquiera está realmente vivo, pero que nos está aniquilando, Sería sensacional irnos a dar una vuelta por las estrellas del universo y regresar cuando el bicho mentado se hubiera desaparecido.
Y resulta que el anhelo de Mafalda se cumplió: el mundo se ha parado, pero lamentablemente sus consecuencias no son las que ella hubiese querido. La humanidad habitante de este mundo, está enferma, pero sus males se han ido decantando en diferentes tipos de respuesta creando grupos humanos, que estamos sintiendo “el parón” en seco del planeta, de muy diferentes maneras.
Existe el súper privilegiado grupo que se ha podido quedar voluntariamente en su casa, algunas de ellas con 500 metros cuadrados de construcción, piscina, salas de estar, recamaras enormes y con todos los servicios “esenciales” para “sobrevivir” o sea, sala de juegos… servicio de súper a domicilio, internet, TikTok e Instagram y movimientos bancarios desde la comodidad de su casa. Este grupo, no concibe como el resto de la humanidad NO se queda en casa y los llama IRRESPONSABLES ¡Ufff!
Y existe este otro graaaan grupo humano, que se la “rifa” diario, en autobuses repletos donde “la sana distancia” sólo les permite alejarse 30 cm, y si quiere alcanzar lugar para regresar a su casita, ante la brillantísima idea de poner toque de queda en Yucatán, que coincide con sus horarios de salida, se tiene que arriesgar… ¡O sea! Aunque usted no lo crea, esta instrucción —de quienes no han pisado nunca el paradero del mercado San Benito o el que está a la espalda de catedral—, permite a sus amigos, que tengan el derecho de decidir cada cuando sale un destartalado autobús, y con cuánta gente.
Este grupo de yucatecos, que a fuerza sale de su casa para buscar el pipirín, está sosteniendo sobre sus hombros, a los que pueden sentarse a mirar la tele y reflexionar, ellos los vulnerables, los mal nutridos y obesos, son los que llevan la pizza a los juniors para que cenen, y luego arrancan a correr para llegar a casa. Lamentablemente son ellos y ellas son los que se están bajando del mundo, ¡pero para nunca más volver!
Durante los últimos cinco meses todas y todos en el mundo hemos estado en un estado de «crisis» permanente. Nuestra Fe, nuestra Paciencia, y nuestra Esperanza se han puesto a prueba, y seguramente mucha gente se está preguntando: ¿Dónde quedó Dios?
Mafalda, hoy tendría canas verdes, porque en este laaargo tiempo, su mundo no ha sanado, el contexto en que se emitió su serie, sigue presente, y se ha convertido en una gran ola que nos arrastra, hoy ese mundo nos duele mucho más que entonces, y estamos en la disyuntiva de que hacer para sobrevivir, el miedo a morir se ha ido convirtiendo en una realidad tan cercana que nos exige una adaptación rápida. Estamos entrando en una senda que nos lleva a cambios vertiginosos que nos marean, y nos dan la sensación de urgencia de querernos bajar del planeta para sobrevivir, como si estuviéramos en uno de esos juegos mecánicos que aterran, y que ya sólo quieres que paren. Estos cambios brutales han ido convirtiendo nuestros días, en una lucha entre el miedo a salir a la calle y contagiarse, y la necesidad de traer un peso a casa para no morir de hambre.
Durante los últimos cinco meses todas y todos en el mundo hemos estado en un estado de «crisis» permanente. Nuestra Fe, nuestra Paciencia, y nuestra Esperanza se han puesto a prueba, y seguramente mucha gente se está preguntando: ¿Dónde quedó Dios? ¿Por qué esto horroroso no para? Y posiblemente más de alguno se habrá preguntado, ¿por qué El Señor está “permitiendo” todo esto? ¿?… Mmmmm… Si fuera viable, … quizá Dios contestaría desde el cielo, como el clásico… “¿Y Yo por qué? ¿A Mi por qué me preguntan? ¿acaso soy Yo el que participó en las modificaciones genéticas de los RNA de diferentes virus para que muten y se vuelvan más virulentos?, discúlpenme humanidad, cuando esto empezó en el mundo“Yo estaba preparándome para mi propio aniversario cuaresmal, ese, el de mi inmolación como Dios Hijo para librarlos de sus pecados ¡Así que No! No, mis queridos hijos ¡Yo no fui!
Y sí, mis queridos lectores —que me sigan en Lectámbulos—, efectivamente no es Dios el culpable ¡De ninguna manera! En todos sentidos, el culpable es el ser humano y su tremendo egoísmo. Vean si no ¿Nuestros médicos que caen rendidos y exhaustos ayudando a los enfermos o las y los enfermeros, los intendentes, o los que recolectan los RPBI igualmente agotados, están recibiendo el respaldo formal consciente y comprometido de las y los ciudadanos? O sus esfuerzos —que les está costando la vida—, se están viendo frustrados por gente inconsciente como los “niñitos bien” que decidieron irse “de temporada”, con sus papis, igual de inconscientes que les dieron las llaves de la casa y del yate para que se “despejen” de “¿tanto encierro?” ¿O acaso hay “Santo temor de Dios” en esos “papis” que se van a una boda majestuosa solo para ser vistos, porque se casa la hijita del “Potrillo” en Guadalajara? ¿Será que Dios es responsable de que con el respaldo del “bocotas” se organicen doscientos “valemadristas”, para llegar a fastidiar a los pobladores del San Francisco del Rincón en Guanajuato y celebrar una “bodachera” de pipa y guante en su Centro Fox? ¡25 mil pesos le “costará” a la Marthita y al “lengua larga” de Fox hacer lo que le da la gana! ¿Las meseras y meseros, los cocineros, las floristas, los valet parking que caigan enfermos por servir a estos “pomadosos” señores, serán atendidos por el presidente municipal de León Gto. cuando enfermen de covid? ¿Ese tipín, que hasta mando a la policía municipal para cuidar que los invitados no fueran molestados, creerá en Dios?
Parece, por los resultados actuales en los que estamos inmersos toooodas y toooodos, que el objetivo del virus de diezmar a la población mundial, se está consiguiendo con un lamentable éxito, muchos de nosotros, sobre todo los más viejos y enfermos, parece que estamos en la lista de los “descartables” y cuando el miedo a morir, se convierte en una realidad cercana, no hay mucho tiempo para preguntarnos, si es así que queremos terminar de vivir.
Es el miedo, que nace en el sistema nervioso autónomo como respuesta refleja y vital; el que libera substancias químicas en nuestro cuerpo como el cortisol, que produce daño en el sistema inmunológico, y si bien estamos ante una amenaza sin precedente, y sí, estamos ante una emergencia sanitaria, debemos hacer reflexiones razonables ante esta amenaza manejable, y adoptar las medidas higiénicas y de comportamiento social, que nos permita manejar nuestro temor y apoyar a nuestro propio cuerpo
¿Me pregunto y te pregunto, estamos listos para bajarnos permanentemente del mundo?, Mi respuesta es ¡Un NO rotundo! ¡Un NO Definitivo! Entonces NO debo bajar los brazos y ponérsela fácil al “tipín de la coronita”, debo seguir con paciencia, fe y esperanza, aceptando de buen grado y agradecida estar en casa, debo mantener la sana distancia cuando salgo, usar cubrebocas y careta y lavarme 40 veces las manos. Este es el camino razonable para dar la batalla, manteniendo lo más posible tener días llenos de planes y energía para permanecer ocupada o disfrutando algo, no permitir los días de baja vibración. La mejor actitud, generará endorfinas protectoras, para poder brincar este reto.
El esfuerzo social y gubernamental, por controlar la dispersión del virus, deberá estar complementado indispensablemente por la respuesta ciudadana. Si no nos exponemos, no nos contagiaremos, ni transmitiremos la infección a nadie. Es extremadamente simple: si puedes estar en casa ¡NO SALGAS! A cinco meses del primer caso en Yucatán, llevamos 12 289 casos confirmados positivos, con 1 561 personas que han trascendido hacia la luz contagiados, y ¿ni así les está entrando en la cabeza la urgencia? ¡No frieguen! ¡Colaboren con su granito de arena! ¡Es fundamental el auto cuidado!¡Todos ya sabemos que hacer! ¡Háganlo! ¡No se vale luego ir al hospital a exigir ser atendidos, empujando al de al lado para pasar primero! Es necesario usar nuestra responsabilidad, Los espero VIVOS en chivizenteno@hotmail.com o en el WhatsApp 9992 71 38 92.
Me gusto mucho está lectura, Saludos.