I
Voy navegando entre la abundancia del agua
que te envuelve,
mi contemplación
moldea cada fracción de ti,
estático afinando ritmo estas
cada célula que te conforma
son los átomos de mi pasión,
mis ojos se entrecierran
cada vez que avasallas
mi mirada, ahí te veo,
erguido frente a mí
desafiante, anheloso, hirviendo
en una fracción de tiempo
nuestras pupilas dilatadas
se enfrentan en un duelo
cuerpo a cuerpo.
II
He deslizado mis manos,
sobre la piel erizada y fogosa,
yemas que se resbalan
palpando la piel fría,
sobre la corteza de durazno,
sobre tu piel de otoño,
tentando cada centímetro
de ti hasta los más recónditos espacios.
He mojado cada dedo de gotas de rocío,
que se escurren en cada embestida,
hasta mis cavernas.
III
Suspiro, suspiro, suspiro
fragancias de copal, cacao, miel
cuando me tienes desfallecida.
Aspiro aroma de frutos tropicales
que en mis fosas nasales se alojan
cuando la luz me despierta,
y me anido en tu pecho.
IV
Caverna húmeda es mi boca,
mi lengua disfruta recorridos,
mis papilas gustativas,
conocen el amargo secreto que tienes,
lo salado del mar que te compone,
ácido eres cuando destruyes
pero dulce cuando me tienes.
V
Caracolas marinas,
danzan al ritmo de las olas
sensuales, vibrantes, acogedoras.
Las ondas deslizantes están,
sinfonía de sonidos
llegan por el conducto auditivo,
me envuelven, ahí estoy
mis tímpanos oyen la pulsación,
de las venas que me recorren,
y me dan equilibrio,
vibraciones llegan a mi interior.
Dulces notas me arrullan,
escucho fluir mi cuerpo
cuando me entrego a ti.
Responder