Los retos de las mujeres latinoamericanas

Las situaciones de las mujeres latinoamericana son disímbolas, como los son las diferentes clases económicas y grupos étnicos a los que pertenecen, así como los diferentes regímenes y sistemas de gobierno a los que se enfrentan. Sin embargo, en su gran mayoría las mujeres latinoamericanas vivimos bajo regímenes patriarcales capitalistas que han originado profundos niveles de desigualdad social, explotación, e injusticia social, donde somos nosotras quienes más sufrimos pobreza, discriminación y violencia. 

Pero aún así, gracias al movimiento feminista, algunos de nuestros objetivos de lucha se están cumpliendo, como el hecho de que se adelgacen las brechas laborales, ocupemos algunos cargos de importancia en el mundo laboral y de la política, o se hayan aprobado en algunos países y estados nuevas leyes a nuestro favor, entre ellas; la que reconoce nuestro derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y reproducción, así como el matrimonio igualitario.

Pese a ello, enfrentamos también la reacción del sistema patriarcal ante nuestros avances, expresándose en la violencia que viven millones de mujeres en el espacio doméstico y comunitario, y por supuesto en el institucional, sin que se tomen medidas urgentes y prioritarias para ponerle fin por quienes gobiernan a los distintos países. Un reto prioritario por lo tanto es poner freno a la violencia machista y a los feminicidios que como reacción a nuestros avances se agudizan y agravan todos los días.  

Otro elemento a considerar, nos lo advierte la triste situación que viven hoy las mujeres afganas, una realidad científica comúnmente ignorada: la historia no es lineal y así como se logran avances también se pueden perder.  Por ejemplo, uno real y tangible en México se expresa cuando un gobierno populista de derecha desaparece presupuestos que se asignaban a las guarderías para hijos de madres trabajadoras, porque son y deben ser las “abuelitas” quienes cuiden a los niños y niñas, reproduciendo con esta y otra medidas los estereotipos de género que las feministas pretendemos desmantelar. Otro de los retos para la mujer latinoamericana es, sin duda, enfrentar a los gobiernos populistas que aunque se autodefinan de izquierda en realidad actúan como de derecha en los temas relacionados con los derechos humanos de las mujeres y de la comunidad de la diversidad sexual.

Otro reto fundamental es el de poder establecer un diálogo entre las mujeres que abanderamos diferentes feminismos, esto con la intención de impedir que alguna de sus diversas expresiones, tan válida y legitima como los demás, intente apropiarse de la conducción del movimiento, incluso nulificar a los otras expresiones. Es este un tema muy delicado, incluso espinoso, que en corrillo muchas comentamos pero que difícilmente expresamos públicamente por el temor a vernos enfrentadas y ser calificadas como “políticamente incorrectas”. No tenemos el suficiente espacio ahora para abordar todas las corrientes feministas existentes y sus diferentes interpretaciones teóricas y estrategias de lucha para lograr nuestros objetivos. Tampoco hay el suficiente espacio para analizar las diferencias entre quienes defendemos la perspectiva de género como una herramienta teórica metodológica válida para comprender la situación actual de las mujeres y quienes reniegan de ella porque, en mi opinión, la desconocen a fondo. Sin embargo, sí es suficiente para proponer que se creen verdaderos espacios de dialogo donde, sin descalificaciones o prejuicios, podamos sentarnos a compartir e intercambiar conocimientos y experiencias lo cual parece fácil pero no lo es, siendo a la larga  muy trascendente para el avance de todas las mujeres.

Otro reto, relacionado con el anterior, es romper nuestros propios prejuicios étnicos que nos impiden reconocer las diferencias entre los diferentes grupos étnicos y fortalecernos con los saberes de mujeres indígenas en vez de pretender tutelarlas e imponerles nuestra propia perspectiva.

Recuerdo una marcha feminista en el centro de la ciudad de Mérida donde una mujer maya participo y llevo sus propias consignas, solicitó respetuosamente que se incorporaran lo cual fue aceptado pero después de ser coreadas unas cuantas veces por unas pocas, fueron relegadas. Hasta donde sé, ni ella ni otras mujeres mayas, se incorporaron de nuevo al movimiento quedando las marchas en la ciudad como espacios de expresión de solo un sector de mujeres, jóvenes  urbanas principalmente y como resultado las mujeres indígenas están ausentes así como sus concepciones y prioridades específicas. Es necesario descolonizar también el feminismo y esto no implica renegar de la ciencia occidental, sino establecer un verdadero diálogo entre las mujeres de diferentes grupos étnicos, donde las urbanas renunciemos a la postura etnocéntrica que nos lleva a pensar que somos las que llevamos la luz o la verdad a las otras mujeres. Reconocernos como iguales, intercambiar saberes y experiencias, apoyarnos en nuestras diferentes demandas, en un mundo clasista y “racista” es un verdadero reto para las mujeres en nuestro continente.

Y por último, el reto más complejo y peligroso para todas desde la teoría feminista socialista es reconocer que el patriarcado, aunque sea anterior al capitalismo, lo alimenta y sostiene: el control de la sexualidad de las mujeres, dentro de los marcos de las familias hetero-normadas, para fines de la reproducción de la herencia; la explotación del trabajo femenino doméstico no renumerado para beneficio de la clase empresarial capitalista, junto con la trata y explotación sexual, son elementos fundamentales para mantener un sistema que se basa en la explotación y dominio de las mujeres, pero también de las clases trabajadoras y de los diferentes grupos étnicos. Este es un sistema que amenaza con destruir al planeta por la ambición de unos pocos, y que por lo tanto nos plantea el mayor de los retos como feministas socialistas: liberarnos del capitalismo patriarcal, lo que implica participar en una doble lucha, por nuestros derechos y por un nuevo orden social más justo e igualitario en nuestros diferentes países y a nivel internacional.

Georgina Rosado Rosado es egresada de la Universidad Autónoma de Yucatán, de la licenciatura de Ciencias Antropológicas (UADY), tiene una maestría en Antropología Social en “El Colegió de Michoacán”. Profesora Investigadora de la UADY durante 33 años, donde realizó diversas investigaciones sobre la mujer y las relaciones de género, la cultura maya, la violencia y discriminación entre los jóvenes, entre otras temáticas. Pionera en la aplicación de la perspectiva de género en la docencia y en la investigación en Yucatán. Autora y coordinadora de diversos libros sobre los temas mencionados, así como de artículos científicos y de divulgación en revistas nacionales e internacionales. Durante la gestión de gobierno 2007-2012, fue directora general del Instituto para la Equidad de Género del gobierno de Yucatán (IEGY). Integrante del Sistema Nacional para la Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de Violencia y del Sistema Nacional de Igualdad entre Mujeres y Hombres. (2007-20012). Siendo directora del IEGY desarrollo un programa editorial gracias al cual se editaron la Revista “Alas de Mariposas” y cincuenta libros de diversos autores y autoras entre ellos “La Siempreviva”, emblemático del Bicentenario del gobierno del estado. La maestra Georgina Rosado es autora de publicaciones muy relevantes destacando entre estas: 1) Mujer maya: Siglos tejiendo una identidad. 2) Amazonas: Mujeres líderes de la Costa Yucateca, 3) Género y poder entre los mayas rebeldes de Yucatán, 4) Violencia y discriminación de género entre jóvenes de educación media superior en Yucatán. 5) Mujeres en tierras mayas: Nuevas Miradas, 6) Deshaciendo Nudos y 7) Las Hijas de Eva. Las semillas de una revolución. Articulista del Por Esto! del 2000 a la fecha. Colaboradora de la sección Unicornio donde participa en la difusión y desarrollo del periodismo cultural y científico.