El Arquitecto de 2025

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Todo gran arquitecto es necesariamente un gran poeta. Debe ser un intérprete original de su tiempo, sus días, su edad

Frank Lloyd Wright

El mejor día para ser arquitecto pudo haber sido ayer o podría ser mañana, dependiendo de las condiciones del habitar y las posturas teóricas o filosóficas que enmarcan el momento histórico. Me han dicho que nos imaginan como bichos raros que vestimos con casco blanco y botas de gamuza, sombrero de ala ancha y camisa de manga larga de algodón, cargando planos y flexómetro en el cinturón, todo un prototipo de hombre que hasta en Village People nos personificaron. Que andamos atravesando las construcciones de edificios, viviendas y rascacielos con don de mando y ojos escaneadores de los errores del proyecto, regañando albañiles y gestionando recursos en la oficina de los inversionistas; pero nunca en las carreteras donde no nos requieren. Los tiempos cambian y ahora la arquitectura mexicana a nivel internacional lo representan las arquitectas como Tatiana Bilbao y Frida Escobedo.

Estudiantes de Arquitectura aprendiendo restauración

Muchos años el título de Arquitecto se consideraba casi como un título nobiliario, algo que sólo tienen esas carreras muy típicas e importantes; un doctor o un abogado. Incluso tuve un compañero que cuando le preguntaron en la primera clase porque quería estudiar arquitectura se sinceró diciendo que no era lo mismo decir “El Arquitecto Juan” que decir “el Veterinario Juan” pero tenía más ranchos que lápices de dibujo. Y otros erróneamente dijeron en esa clase que querían ganar mucho dinero y ser tan famosos como un rockstar. Se habían equivocado de profesión, de escuela y de época. Entonces, qué es un Arquitecto. Según algunas definiciones; es un profesional que se encarga de proyectar, diseñar y dirigir la construcción o el mantenimiento de edificios, urbanizaciones, estructuras urbanísticas y ciudades para dar vida a espacios habitables y funcionales que mejoren la calidad de vida de las personas que lo habitan (usuarios).  La etimología de la palabra lo define en gran parte. Proviene de la palabra de latín architectus, que a su vez proviene del griego ἀρχιτέκτων (architéktōn). Composición de ἀρχι (archi: ser el primero, el que manda) y τέκτων (Tecton: albañil, constructor). Es decir, el jefe que manda a los albañiles o constructores. En estos tiempos actuales creo que el concepto ha mutado sin evolucionar. 

Gracias a Amado Nervo, todos supusimos que somos arquitectos, aunque sólo sea de nuestro destino, pero como arquitectos asumimos el compromiso de otras profesiones ya que debemos ser psicólogos, contadores, abogados, administradores, casi adivinos y lectores de mentes, de sueños, y aspiraciones del alma de los usuarios que nos requieren como profesionistas. Pero igual que en el poema de Nervo, al final ¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz! Yo lo cambiaría para decir contundentemente ¡Arquitectura, nada me debes! ¡Arquitectura, estamos en paz! Eres y has sido lo que imaginé.

Prácticas de campo y laboratorio sobre materiales y procedimientos constructivos que ha sido olvidada en las universidades

En esta profesión tenemos muchas áreas de oportunidad como especializaciones tienen los doctores, pero cada vez el ámbito laboral está más enfocado a los trabajos manuales y profesionales como la carpintería, la plomería, electricidad, domótica, acabados o únicamente la representación arquitectónica como los render o planos. Todo esto sin dejar a un lado los complejos problemas globales del habitar, por ejemplo, la preocupación que aparece sobre las ciudades del futuro y el crecimiento de la población estimado para las próximas décadas, especialmente en cómo será el acceso a la vivienda, el trabajo y la movilidad. No sólo seremos casi 10 mil millones de personas en todo el mundo para el 2050, sino que gran parte de todos nosotros viviremos en las ciudades, ¿qué deberían tener esas ciudades y cómo solucionaremos cada cuestión espacial? Incluyendo qué materiales y procesos constructivos debemos mejorar o implementar para optimizar los recursos, humanos, materiales y energéticos.

La historia nos ha demostrado que muchas técnicas de construcción y materiales locales han logrado ser ecológicos o amigables con el ambiente y los ecosistemas en los que se desarrollan, perdurando y evolucionando a través del tiempo. El uso eficiente de estos recursos que no necesitan ser transformados por grandes etapas de procesamiento industrial y que también eliminan la necesidad de largos traslados, son la mejor opción para la cantidad requerida que se nos avecina en los próximos años. Incluso al final de su vida útil, estos recursos pueden ser devueltos al medio ambiente como parte del mismo, ejemplos tenemos en el adobe de la arquitectura de tierra y la madera como la vivienda vernácula.

Estudiantes realizando pruenas de materiales en laboratorio, últimas clases antes de cerrarlo

En otros casos, hasta se pueden considerar recuperados como los desechos y residuos reciclables generados en el propio lugar. Quizá pronto con una mayor conciencia sobre las cuestiones globales sea posible desarrollar proyectos de bajo impacto al medio ambiente y adecuarlos a los densos contextos habitacionales de las ciudades. Es utópico, pero no inviable ni imposible, esto dependerá en gran medida de la capacidad y preparación de los constructores y arquitectos que puedan dominar esta especialidad que en algún momento fue parte de la formación básica.  

Si bien hace años la industria de la construcción fue considerada una de las más atrasadas en términos tecnológicos, hoy en día podemos decir que la automatización en la arquitectura en definitiva es parte del futuro actual. ¿Hasta dónde nuestro conocimiento puede generar este futuro? Habría que preguntárselo a las más de cuarenta escuelas de arquitectura que hay en la ciudad de Mérida ofreciendo todo este conocimiento durante tres años, abreviando todo por falta de tiempo, quizá también por falta de capacidad en los alumnos y preparación de docentes.

Construcción con tierra ya casi olvidada en las escuelas de Arquitectura

En qué momento pasamos de tener como mínimo diez libros a no leer ninguno durante todo el proceso formativo y luego como profesional ni si quiera por curiosidad leer alguno, que defraudado debe sentirse Vitrubio en su tumba, cuando además; ahora creen que leer es una pérdida de tiempo porque los videos de tik tok dicen “todo lo que se necesita”, y si no, lo encontraran en algún tutorial de YouTube.  Dedicándose únicamente a la parte neta del dibujo y la representación manual como la digitalización de planos o el renderizado de los modelos virtuales.

En algunos casos pareciera que la arquitectura se ha visto reducida al mínimo, convirtiéndola en una competencia de render. Y es a lo que muchos nuevos profesionales de esta maravillosa disciplina aspiran, a dibujar en Autocad, o en Sketchup, si son ambiciosos, o en Revit y Archicad, si realmente se consideran de un nivel superior. Y harán proyectos a partir del render sin conocer al usuario, el terreno o las necesidades requeridas, todo en aras de la posmodernidad o lo que le sigue. Y le pasaran la estafeta al constructor que inventará una manera más rápida de hacerlo reduciendo material y calidad en el proceso constructivo, propenso a ser demandados por negligencia, desconocimiento o fraude, o quizá todo eso junto.  

Construcción con piedras por parte de los estudiantes de hace algunas generaciones

Si comparamos el proyecto de un joven arquitecto recién egresado con el proyecto generado por alguna inteligencia artificial básica con los mismos datos, no habrá competencia, la I.A. superará por mucho todo lo que el recién nombrado profesionista pueda hacer, ya no tiene cabida en el proceso para el que realmente fue enseñado, o aparentemente formado. Se le relegarán las tareas manuales y prácticas que nunca aprendió ni desarrolló en su formación profesional, pero es para lo único que este momento histórico le están dejando para trabajar.  Entonces quizá se deba inscribir a cursar algún curso básico de cierto tema excluido del conocimiento que le fue abreviado en su formación, porque se ha dado cuenta que le hace falta, tiene un vacío de conocimiento para poder trabajar o mejorar, y ha notado también que la misma escuela que lo formó le ofrece ese curso y otros de igual necesidad profesional.

¿Cuándo el arquitecto se convirtió en el obrero de su propio albañil? Quizá debieran cambiar el título de “Arquitecto” por el de “Gestor de la construcción”, ya que todo lo que conlleva la arquitectura la estamos dejando y olvidando en el camino. ¿Cuándo dejó el Arquitecto de ser el propositivo de los cambios medulares en las ciudades y los estilos de edificaciones, o en los procesos de intervención en la recuperación de espacios? Cuándo dejó de ser el ente pensante que organizaba lo requerido para el habitar y se convirtió en un dato más en la foto grupal de la maquila de dibujantes de cualquier instituto, escuela o universidad, relegados al mote de empleados, en un individuo sin criterio, ni propuestas, sin identidad ni botas de gamuza; sin la arquitectura en sus venas, ni en su alma ni en su corazón, únicamente en las letras del título que lo acredita como profesionista de la que por mucho tiempo fue una de las disciplinas más bellas del tiempo, a través del mundo.

Arquitecto y Maestría en Arquitectura por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Yucatán. 2004 y 2010 Profesor de la Facultad de Arquitectura de la UADY de 2011 al 2017, de la Universidad Vizcaya de las América, del Centro Universitario de Valladolid (CUV) y la Universidad de Yucatán (UNY). Arquitecto responsable de los proyectos de Restauración de catorce edificios religiosos patrimoniales en el Estado de México derrumbados por el sismo de 2017. Asesor en dos proyectos sociales de vivienda en comunidades rurales sobre autoconstrucción asistida (en PLANCHAC 2015 Vivienda Popular como unidad doméstica sustentable; Medio ambiente y cultura) y Construcción de vivienda vernácula (en Tahdziú 2005). Y como Investigador asociado en el área de Seguridad en la construcción en los conjuntos de vivienda en serie del proyecto CONAVI – CONACYT clave 236282 y clave SISTPROY UADY 2015001. (2015 – 2016) Arquitecto copartícipe en la reconstrucción de viviendas destruidas por el sismo de 2017 en localidades de Chiapas, coordinando a estudiantes de Arquitectura participantes. Docente de las asignaturas de taller de materiales, Restauración, Taller de Proyectos y Teoría e historia de la arquitectura regional, Diseño Bioclimático, Así como de diversos cursos de materiales y sistemas constructivos, Técnicas de restauración y Autoconstrucción asistida de vivienda. Actualmente investigador sobre eficiencia en el uso de materiales entre los que destacan la madera, la tierra, la piedra y otros materiales naturales, así como la realización de proyectos arquitectónicos de vivienda.