La fermentación: aliado en la conservación de alimentos

La espontaneidad con la que surgió el Covid-19, causante de la actual pandemia, nos forzó a replantearnos actitudes y estilos de vida que habíamos desarrollado a lo largo de nuestras vidas: tenemos que usar cubre bocas y caretas todo el día para protegernos y proteger a los demás y de esta manera cortar la cadena de contagios, hemos dejado de ver amigos y seres queridos con los que acostumbrábamos convivir cada fin de semana e incluso hemos perdido contacto físico con las personas que amamos.

Pese a ello, también se han dado cambios positivos; uno de los más importantes es el interés por buscar alternativas de alimentos que favorezcan y mejoren nuestra salud. Hemos implementado en nuestra dieta una mayor cantidad de vegetales. Pero debido al confinamiento y la limitada libertad que disponemos, no nos facilita su uso a largo plazo, dada a la facilidad en que entran en estado de descomposición. Esto es un punto importante, debido a la crisis económica en la cual nos encontramos, comprar lo necesario para no invertir dinero que después será desechado a la basura, debido a la descomposición de los alimentos, confiere una exposición al virus. Por esto, es necesario buscar alternativas que nos beneficien a la salud y lo económico. Una de ellas, es la fermentación.

Recordemos que la fermentación es transformación, es cambio. Aplicar la fermentación en vegetales, no sólo nos aportará beneficios a la salud, sino que también nos permitirá conservar por un período más largo nuestros alimentos.

Si nosotros fermentamos nuestros vegetales, estaremos aportando a nuestro cuerpo vitaminas, minerales, ácidos orgánicos, probióticos y ayudaremos a nuestro organismos a digerir más fácilmente algunos compuestos.  

¿Pero cómo fermentamos nuestros vegetales?

Lo primero que debes saber, es que existen métodos específicos para los diferentes tipos de fermentación, en este caso, sólo necesitas uno: fermentar en un frasco con tapa, que no entre nada de oxígeno, esto es esencial para evitar que puedan entrar insectos o microorganismos no deseables como lo es el moho. Si llegara a aparecer, ¡desecha todo sin pensarlo!

Algo esencial, para evitar la aparición de agentes contaminantes es la limpieza. Esteriliza todos los materiales que usarás, busca información sobre cómo esterilizar y síguelas paso a paso, con esto ya tendrás algo menos de qué preocuparte. Otro factor importante, será limpiar muy bien el área donde trabajarás, usa agua y jabón y al final un poco de alcohol, ayúdate de unas toallas de cocina de servilleta, es más recomendable que las de tela.

En lo que esperas que se esterilice tu frasco de vidrio con tapa, muy importante que sea de plástico y no de metal, lava el vegetal con agua tibia, no caliente, porque el calor podría matar a los microorganismos que nos ayudarán a fermentar. ¡Sí, trabajaremos con microorganismos! Pero, no te preocupes, haremos que crezcan sólo los buenos y no permitiremos que los malos entren. Será una guerra por sobrevivir entre todos los microorganismos, y para que ganen los buenos, les daremos una pequeña ayuda creando un ambiente que les guste a los microorganismos buenos, pero disguste a los malos.

Cuando estés a punto de comenzar, lava tus manos con agua lo más caliente que puedas, claro, sin quemarte. No uses jabón, sólo agua. La manera en la que las lavarás será la misma cómo nos han enseñado para lavarlas frente al Covid-19.

Ahora, ¡es momento de comenzar!

Corta los vegetales del tamaño que gustes, introdúcelos en el frasco que esterilizaste y agrega agua con sal de mar, muy importante que sea sal de mar, que no tenga yodo y flúor añadido. La cantidad que agregarás será un 2% del total del agua total que tienes. Esto lo vertemos en el frasco donde se encuentran ya tus vegetales hasta cubrirlos muy bien, sin dejar que nuestros vegetales estén fuera de esta agua con sal. El agua que uses, es importante que sea sin cloro, incluso el agua de garrafón tiene cloro, por lo que tendrás que sacar ese lado de investigador que tienes e investigar cómo retirarlo.

Ahora, sólo queda esperar a que comience la magia de la fermentación. Notarás que el agua comienza a hacer burbujitas ¡Esto es una excelente señal! Esas burbujas indican que la fermentación ha iniciado. Y algo importante, deberás eructar el frasco los primeros días pero, sin levantar la tapa, ya que esto podría ocasionar una contaminación. El eructar el frasco es importante, ya que cuando fermentamos se produce gas y este podría hacer estallar el frasco. Pero con calma, si haces esto los primeros días, no tienes de qué preocuparte.

Cuando haya finalizado la fermentación, podrás colocar el frasco en el refrigerador y comer los vegetales posteriormente. Lo recomendable es no almacenarlo por más de 3 semanas y si nunca has consumido fermentos probióticos, comienza poco a poco.

La fermentación es fácil de realizar, pero antes, recuerda informarte de fuentes confiables. Si bien no existen muchas reglas, hay detalles que no debemos omitir. Además, cuando realices la investigación acerca de la fermentación, podrás conocer los beneficios que ésta nos aporta no sólo a nuestra alimentación, sino, incluso a nuestro ánimo. Los probióticos han estado bajo la lupa de los científicos en los últimos años, investigaciones acerca del uso de estos para tratar la depresión y ansiedad, es otro de los beneficios que te aportarían. Increíble, ¿no?

María José Ramírez
María José Ramírez González es pasante de la Licenciatura en Biología por la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Campus de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, UADY, Mérida, Yucatán: Licenciatura en Biología. (2016-2020). Participó en como expositora en ExpoCiencias Yucatán 2018 con el tema “Hongos degradadores de plástico”; en 2020, implementó e impartió el taller "Biólogos: más allá de las plantas y animales" a través de la Asociación de Scouts de México A.C. Provincia Yucatán y el taller de Kombucha y diversos fermentos probióticos 1era, 2da y 3era emisión a través de la plataforma zoom.