Los invisibles

Porque Omar con Amor se escribe

Rocío Noriega

La mirada

Los invisibles es un documental de Murmurante que habla de aquellos que están presentes todo el tiempo, y acompañan nuestros pasos cotidianos sin ser notados. Son invisibles no porque tengan esa cualidad de manera intrínseca, sino porque hemos dejado de mirarlos, o hemos preferido ver hacia otro lado. Para entender el concepto de invisibles hay que formular el de mirada, que es, de suyo, una construcción social. Para que exista se requiere al menos de dos. Por ello es fundamento de la teatralidad. Es decir, la práctica de organizar la mirada del otro. Qué se puede ver y qué no, o qué punto de vista queremos postular en el espacio público. Hay así, una política de la mirada o una óptica política, de la que todos, a sabiendas o no, participamos.

La mirada, por otra parte, está también presente en el principio de la vida. Es parte del primer contacto erótico-libidinal que llegamos a tener con otro ser humano, luego de la intensa experiencia de sobrevivir el nacimiento. Sin apenas noción de qué es la vida fuera del cuerpo materno, la mirada es aquello que activa el deseo. Es el inicio de un poderoso vínculo afectivo. De modo que ser visible o invisible es una cuestión relativa. Tiene que ver con los vínculos y relaciones que sostienen nuestras condiciones de vida. Cuando esos vínculos se llegan a trastocar, ser visible o invisible ya no depende sólo de nuestra voluntad, sino de circunstancias que pueden ser cambiantes o inciertas.

Quien pierde sus vínculos se convierte en un desafiliado, un excluido de la compañía de sus semejantes. En el mundo contemporáneo esta condición está ampliamente extendida y cada vez son más los marginados, los raros, los incomprendidos. Se trata de un sujeto inesperado, producto de las grandes desigualdades de nuestro tiempo, para el cual no estamos preparados, y en general, optamos por hacer como que no está ahí. Esa cualidad de la mirada que tiene que ver con la presencia y con la ausencia, la conocen bien l@s adolescentes, porque atraviesan un pasaje de la vida en el cual, la identidad, la propia imagen y la percepción de la persona, mientras se definen, pueden quedar en suspenso por un tiempo. Es una transición al mundo adulto cuya travesía podría implicar ciertos riesgos, descubrimientos, pruebas y desafíos.

El encuentro con Omar

En casa de Rocío

Durante 2020, luego de más de diez años de trabajar el tema del suicidio en Yucatán, en Murmurante Teatro decidimos enfocar esa experiencia en la creación de una plataforma educativa dirigida a l@s jóvenes. La estrenamos durante la pandemia con el nombre de Murmurante en Línea. Está integrada con tres talleres virtuales de sensibilización a temas sociales mediante las obras documentales que hemos creado sobre suicidio, violencia y diversidad sexual. Durante esos meses de encierro ofrecimos también una serie de proyecciones en línea de nuestros documentales sobre suicidio a comunidades académicas tanto de nivel medio superior, con la red del Colegio de Bachilleres de Yucatán, como para estudiantes de posgrado del CIESAS, de la Universidad Modelo y de otras instituciones educativas, con el objetivo de sensibilizar y abrir diálogo acerca del cuidado de nuestra salud mental y de nuestras soledades compartidas en el espacio virtual.

En una de aquellas proyecciones del documental Los Bordes del Abismo, realizada en línea, Rocío, la mamá de un joven y talentoso músico que se había quitado la vida, apenas un mes antes en Mérida, entró en contacto con el equipo de Murmurante y manifestó su interés en compartir la historia de su hijo Omar. Pasaron largos meses sin que aquello se concretara, hasta que un día, de manera inesperada, Rocío presenció una de las funciones de El silencio que abrasa, el unipersonal de Ariadna Medina, en el cual explora escénicamente el duelo y la pérdida de sus padres, así como la posibilidad de reconciliarse con su memoria. La hermana de Omar, Andrea, había visto la obra y se encargó de llevar a Rocío para que conociera de manera presencial el trabajo de Murmurante.

Luego de aquella función Ariadna y Rocío se hicieron más cercanas y comenzaron a hablar más íntimamente de Omar, de su vida y de su obra, de su historia y de cómo esta podría llegar a conocerse y contribuir a dar voz y presencia a los invisibles, esos otros sin voz, que Omar veía en cada una de sus canciones con tanta nitidez. Cuando Ariadna nos compartió su intención de hacer el documental, nos sumamos a un proyecto que la comprometía en cuerpo y alma, como madre de dos adolescentes. De ese modo se formó el equipo de producción y nos dimos a la tarea de navegar la extensa y luminosa obra de un joven que había decidido irse con tan sólo 22 años.

Rocío nos hizo entrega de los archivos de Omar. Todo estaba en casi un terabait de información depositada en el disco duro de una vieja Imac de 27 pulgadas, llena de irreverentes stickers diseñados por el mismo Omar y con una contraseña bastante difícil de hallar, pero que logré desbloquear luego de batallar unos días y de ver innumerables tutoriales en YouTube. Aquel material registraba la vida de Omar día a día desde que tenía más o menos ocho años. Música, poesía, letras profundamente cuestionadoras, mirada agudamente crítica, humor ácido, pero genuinamente gracioso, videos en los cuales se autorretrataba con ingenio y sin concesiones. En ellos se advertía una bizarra combinación de las mejores cualidades de un joven talentoso con una mirada profundamente humana, tierna y esperanzadora en cada una de sus propuestas.

Rocío y Ariadna

La realización del documental

Omar nos desafiaba a hacer un trabajo a la altura de su sensibilidad y de su arte. Eso lo entendió muy bien todo el equipo, comenzando por Ariadna Medina y David Avilés, cineastas que ya habían trabajado juntos en el documental Las huellas del silencio con buenos resultados. En coordinación con ellos, los demás integrantes de Murmurante nos sumamos a la realización de manera amorosamente artesanal, recolectando testimonios de amigos y familiares para reconstruir la figura de un joven al que no conocimos personalmente, sino por la mirada de sus seres queridos.

El resultado es una película, que estrenamos el 9 de junio en el Centro Cultural del Sur, y el 11 de junio en Murmurante. Un audiovisual de 39 minutos, que nos llena los sentidos cada vez que la miramos porque decidimos que su narrativa transmita al espectador la sensación de que es el mismo Omar quien nos cuenta su historia, haciendo visible su arte, sus canciones, sus videos, su propuesta artística única, irreverente, profundamente humana y rebelde, entonada con una reflexión sensible de quienes lo conocieron personalmente.

Quien pierde sus vínculos se convierte en un desafiliado, un excluido de la compañía de sus semejantes. En el mundo contemporáneo esta condición está ampliamente extendida y cada vez son más los marginados, los raros, los incomprendidos.

Juan de Dios Rath

Juzgar el suicidio de un ser querido es complejo. Es por ello que Los Invisibles es un homenaje que Murmurante rinde a Omar y a su familia, por compartir mediante su palabra, una manera de reconstruir la vida, a partir de la memoria de un hijo, un hermano, un amigo que existió, que vivió intensamente y durante la pandemia del 2020 tomó la decisión de irse con su música a otra parte. En esta historia no hay un juicio moral, sino una tentativa de comprender el imaginario de una generación particularmente sensible a las contradicciones del mundo actual.

Los invisibles es un documental dirigido a públicos de 15 años en adelante y forma parte de las actividades relacionadas con el proyecto “Virar al sur. Teatro para la vida”, de Murmurante Teatro. Entre sus objetivos sociales está la prevención de adicciones y el cuidado de la salud mental entre los jóvenes. El proyecto cuenta con el apoyo del Programa federal México en Escena, Grupos Artísticos, MEGA, lo cual significa un reconocimiento a la trayectoria de Murmurante y la oportunidad de dar continuidad a esfuerzos colectivos que buscan contribuir a la mejor comprensión de problemáticas sociales por medio de las artes y la cultura.

Quien pierde sus vínculos se convierte en un desafiliado, un excluido de la compañía de sus semejantes. En el mundo contemporáneo esta condición está ampliamente extendida y cada vez son más los marginados, los raros, los incomprendidos.
Realizadores: Ariadna Medina, David Avilés, Juan de dios Rath, Amaury Alonzo, Noé Morales, Juan Luis Alanís. Jan Carlo Areu

Sobre el equipo de realizadores

Dirección: Ariadna Medina y David Avilés
Edición, guión y fotografía: David Avilés
Producción: Ariadna Medina
Sonido directo: Juan de Dios Rath* y Amaury Alonzo
Entrevistas: Ariadna Medina, Juan de Dios Rath y Noé Morales
Asesoría: Juan de Dios Rath y Noé Morales.
Diseño gráfico y animación: José Luis Alanís
Asistente de producción: Jan Carlo Areu

Maestro en Trabajo Social y Licenciado en Literatura Dramática y Teatro por la UNAM. Desde 1993 ha actuado en numerosas obras escénicas en la CDMX y en Mérida como Crack o de las cosas sin nombre, La Hija del aire, La historia de la Oca, La importancia de llamarse Ernesto y El Tío Vania. También ha colaborado como actor cinematográfico en numerosos cortos y largometrajes. (Hasta Morir, The Davil’s Tale, Apocalipsis Maya, El asesinato de Villa) Desde 2008 es director fundador de Murmurante Teatro, grupo con el que produce espectáculos transdisciplinarios y películas documentales con un enfoque marcadamente social, tales como El viaje inmóvil, estudio en espiral sobre el suicidio, Manual de cacería, Las Constelaciones del deseo y Sidra Pino, Vestigios de una serie. Como director y actor ha participado en numerosos festivales nacionales e internacionales y con Murmurante recibió el Premio a la Cultura Ciudadana 2014. Ha sido profesor en la Licenciatura en Teatro de la Escuela Superior de Artes de Yucatán. Es doctorante en Historia en el CIESAS Peninsular y forma parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte desde 2022.