Aprende a ver, date cuenta que todo se conecta con los demás.
Leonardo Davinci
En el mundo actual, amenazado por la rápida y descontrolada expansión del nuevo coronavirus SARS-COV-2, se ha hecho más recurrente que nunca el debate entre la libertad de movimiento de los individuos y las restricciones colectivas cada vez más severas, impuestas por los gobiernos con el ánimo de enfrentar y frenar a la COVID-19, mortífera enfermedad que ha dejado cientos de miles de muertes durante el actual año.
En ese contexto, siguen imperando la desinformación, el alarmante crecimiento de cifras, a veces no muy bien comprendidas y en ocasiones el escepticismo acerca de cuándo concluirá esta odisea, o si, en algún momento, llegará a su final, y se detendrá la estela de muertes que va dejando a su paso.
En Cuba se han aplicado diversos protocolos médicos terapéuticos para la contención de la enfermedad. Sin embargo, una de las medidas que más ha dado que hablar ha sido la restricción de movimientos para personas y vehículos, junto a los insistentes llamados a quedarse en casa.
Ante el nuevo escenario, y luego de haber estado, como médico, en la atención a pacientes en el cuerpo de guardia de un hospital de La Habana, decidí unirme a una nueva tendencia en la red social.
Como tantos en el mundo, puse a disposición de todo aquel que quisiera aventurarse, los conocimientos aprehendidos durante mis años de estudiante de Medicina y fue así que decidimos enfrentar la libertad del encierro, con la creación de un muy moderno y pacífico grupo para la relajación y el entendimiento.
Todo comenzó a principios de la pandemia, cuando aún muchos no sabían cuáles iban a ser las consecuencias del aislamiento social, la cuarentena o el simple hecho de dejar de trabajar, que finalmente decantaría en ansiedad, desesperación y mucho dolor.
Era una idea que hacía mucho tiempo tenía, pues es muy fácil crear un grupo en estos tiempos. Un par de clics y ya estaba Terapia para TODOS, como fue bautizado, el cual cuenta con alrededor de 40 personas que diariamente comparten frases de superación personal y las comentan. Desde su creación ha tenido muchísimos debates, concursos de fotografía, charlas educativas impartidas por profesionales de la salud y de otras ramas como el Periodismo, todo para que el crecimiento sea parejo.
Es así que muchos han encontrado ese alivio en medio de una situación que nos obliga a mantenernos en casa. Uno de los propósitos del grupo es reconocer que ahí, en ese espacio que nos encontramos hoy y parece cerrado o asfixiante, existe un mundo de creatividad innata que no nos atrevemos a explorar. El hogar no es prisión, es salón de bienestar, ocio y aprendizaje, el cual diariamente nos invita a que seamos más, y eso es algo que cada participante ha logrado incorporar en su modo de vida.
Dentro de las actividades creadas en el grupo estuvieron también clases de inglés, para lo cual se creó un subgrupo y aprovechando el conocimiento de varios de sus integrantes, impartimos clases por aproximadamente 2 meses. Aún continuamos, eso sí, según la disponibilidad de cada cual, ya que algunos somos médicos y trabajamos en el enfrentamiento a la COVID.
Pero como dicen algunos, el nacimiento de una idea, siempre viene aparejada con la creación de otras. Una vez estabilizado el intercambio de ideas en Terapia para Todos, que resolvía uno de los problemas de quedarnos en casa, es decir, la socialización por vía digital, necesitábamos dar un paso superior pues, con el transcurrir de los días, podía volverse monótono al repetirse la actividad indefinidamente.
Aportar desde casa es nuestra nueva suerte. Hoy, en lo que para algunos es un fin de semana interminable, se hace útil y necesario ablandar el mundo, aprovechar la mal llamada y maltratada soledad, ofertando nuestra caricia informática, tecnológica, con un profundo nivel de compasión y amor.
Así nació entonces otra idea contra el encierro obligado para defender la salud. El club de corredores SantaFe Running Club lo creamos hace aproximadamente unos dos meses, un propósito nacido de la pasión hacia el deporte y la promoción de estilos de vida saludables. Hoy está totalmente materializado y en ascenso.
Un grupo de amigos entusiastas, deportistas casi todos de formación, vieron su primer escalón hacia una vida más activa en el club, y fue muy sencillo. Creamos un grupo de WhatsApp con tres o cuatro amigos, comencé a publicar mi actividad física en casa en varias redes sociales, incluyendo la rutina diaria, y poco a poco se fueron sumando personas interesadas que desde sus hogares también realizaban o querían realizar deporte.
Gracias a muy buenas amistades logramos crearnos un logotipo, una marca para hacernos presentes. En algún momento creí idílico el poder ascender o que se unieran personas a cada una de estas actividades, pero lo cierto es que, con muy buenas energías positivas y deseos de hacer, ha sucedido y siempre apuntando bien alto.
Gran parte de este potencial lo he descubierto aquí, en casa o en las guardias médicas que, sin remedio, impone el nuevo coronavirus.
Aportar desde casa es nuestra nueva suerte. Hoy, en lo que para algunos es un fin de semana interminable, se hace útil y necesario ablandar el mundo, aprovechar la mal llamada y maltratada soledad, ofertando nuestra caricia informática, tecnológica, con un profundo nivel de compasión y amor.
El tiempo no vuelve, y avanza sin piedad, mientras redundamos en qué hacer o no. Hoy es nuestro día, nuestra tarde, nuestra noche. Hoy la mente merece una nueva conquista, un nuevo dilema, cientos de paradigmas, una inyección prolongada de contenido nuevo, versátil, humano, misterioso. Cada una de las neuronas merece desfilar sobre el suelo donde se fomenta la creatividad, el orgullo por la vida, y donde cada una de ellas se agigante.
La vida, la pausa en la que nos encontramos sumergidos nos propone nuevos desafíos. Los invito a sentarnos solos, en la total quietud de nuestros hogares, a velar por los pensamientos, esos que se repiten por segundo. Recordemos los beneficios de la respiración, acompañemos cada momento de tranquilidad con inspiraciones y expiraciones profundas, sin modificar el ritmo respiratorio, cada cual a su ritmo. Pensemos justamente en eso que creemos no tenemos tiempo para realizar y preparemos una lista, lápiz, bolígrafo, hoja, celular y comencemos HOY.
Antes de dormir, agradece, escribe en un papel un agradecimiento por 3 cosas buenas que te hayan sucedido en el día. Repite diariamente. Encontraremos felicidad en tareas que se han hecho tan comunes que hoy pasan desapercibidas. Forma parte esto de la estimulación que podemos proponerles a nuestras neuronas y al desespero que se asoma, a veces incógnito por nuestra mente. El mundo necesita cambiar, deberá ser el resultado de esta alerta que se nos envía.
Todas estas actividades nos devolverán o potenciarán nuestras mejores cualidades. Debemos limpiar la mente de emociones y energías que nos inmovilizan, ya que cada emoción reprimida nos desequilibra internamente, dando paso a la enfermedad.
Modificar nuestros pensamientos nos ayudará a modificar nuestra biología. (Kiecolt – Glaser, McGuire & Robles, 2002; Cousins, 1988). Un cambio de percepción profundo implica una reestructuración neuronal que cada uno de nosotros debe reafirmar con su conducta. Nuestra conducta es cambiable en poco tiempo. Es cuestión de proponérnoslo.
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