El mito de la Arquitectura sustentable (Parte 1): La fábula del gallo arquitecto y el panda ecoloco

En un lejano lugar retacado de nopales habían unos tipos extraños llamados intelectuales; se la pasaban leyendo para ser sabios y doctos; pues no querían seguir siendo vulgares tipos autóctonos.

Rockdrigo González

En un mundo ideal, crítico y algo equilibrado, vivían en una selva híbrida de concreto la tribu de los ecolocos (llamados así por lo demás habitantes), siendo éstos unos personajes algo sui géneris que se concebían destinados a inventar el hilo negro de la Arquitectura Sustentable, así que sólo querían construir con tierra, piedra, madera y por supuesto con materiales reciclados como llantas, botellas pet y palets (palé o pallet). Pero, en la selva donde se desarrolla la historia lo que más abundaba eran las fábricas de cemento, vidrio y aluminio reciclado. Uno de los principales personajes de esta tribu era el panda.

… se concebían destinados a inventar el hilo negro de la Arquitectura Sustentable, así que sólo querían construir con tierra, piedra, madera y por supuesto con materiales reciclados como llantas, botellas pet y palets (palé o pallet) …

Gonzalo Coral

En esta selva tambíen habitaba un gallo que se había convertido en arquitecto, estudiando con los grandes maestros constructores del pasado, presente y futuro, entre pergaminos y papiros, adémas que había trabajado con diversos constructores autóctonos de todo el mundo conocido. En su mente siempre tuvo la idea que la arquitectura sustentable sería la del futuro no tan lejano, pero los detractores de ésta desde sus incicios, ya se la estaban apropiado de manera incongruente como filosofía de vida, llamándole de diversas maneras entre ellas, como “natural”.

El gallo arquitecto también recordaba las leyendas que mencionaban sus ancestros sobre lugares, pero no de oro o diamante, sino ciudades construidas únicamente con tierra como Paquimé, Chan chan y Ait Ben Haddou, o ciudades de madera como el País de Germania, y todo en piedra como Uxmal, Macchu Pichu y Teotihuacán. Así que no era ajeno a las edificaciones que la tribu de ecolocos pensaban que inventaban.

Construcción de tierra y botellas

En este mundo ideal todo el que quería ser arquitecto debía estudiar en las escuelas y academias de Arquitectura que se regían por los diez libros de Vitruvio; estos contenían saberes de teoría, materiales, construcción de templos, edificios públicos, órdenes arquitectónicas, antropometría, hidráulica, ornamentación, gnómica y maquinaria. Así que cuando un arquitecto egresaba por las puertas del própylon y se paseaba por la stoa en dirección al ágora, es que ya dominaba con los ojos cerrados todo lo que pudiera ser una construcción, incluyendo lo que ahora llaman “sustentable”.

Así que el gallo sabía que desde la concepción de la obra debía respetar todos los aspectos de clima, lugar, época, contexto e incluso aprovechar todos los avances tecnológicos que la hicieran eficiente y óptima a la arquitectura y su habitabilidad.

Edificación de concreto, aluminio y vidrio

Al tener las ideas muy claras basadas en el conocimiento científico y tecnológico, el gallo era perseguido muchas veces por la tribu de los ecolocos, en particular por su némesis; un panda que había sido criado por conejos pero se sentía pollo. Este personaje sólo tenía secundaria trunca pero se daba orgullos de conocedor sobre los aspectos más importantes del diseño y construcción con materiales naturales, así que cualquier diseño, propuesta o edificación que el gallo hacía sin utilizar éstos lo consideraban una aberración para la humanidad.

El panda se había preparado de manera intensiva y profesional con los ecolócos, aprendiendo que para hacer una construcción sustentable únicamente había que añadirle el prefijo eco o bio, así que se especializó en ecoarquitectura y bioconstrucción utilizando únicamente tierra, madera y piedra, aunque a veces esos materiales implicaba traerlos desde otro país, otra ciudad u otro universo conocido.

Esta tribu de los ecolocos, en últimas fechas, habían considerado lo artesanal y orgánico como único sustentable y conveniente, así que solamente comían tomates traidos de Baja Californa Sur; México, sembrados con tierra del Río Grijalva, regados con agua del mantial de Cuatro Ciénegas y abonados con estiercol de ganado vacuno Aberdeen-Angus, aunque también comían pan de centeno negro (Pan Ner) del Valle d´Aosta; Italia y queso Daysi menonita.

No todo lo que se construye con tierra, piedra y madera es arquitectura sustentable, ni todo el que construye con concreto, vidrio y aluminio está en contra de la sustentabilidad.

Gonzalo Coral

El gallo en cambio comía con tortillas industrializadas de la tortilleria de barrio, que utilizaba maíz cultivado en la región, así como tomates que le compraba al campesino del siguiente poblado, pero lo más criticable era que para sus construcciones siempre le compraba cemento a las fábricas locales, también los vidrios y el aluminio (el cual era 100% reciclado).

Para las construcciones de los ecolocos traían bambú de un país del sur del continente, y usaban una mezcla de cal y tierra arenosa traída del río más próximo que estaba a dos días en su vehículo motorizado que sólo podía cargar seis toneladas usando 40lts de combustible por cada hora de viaje. Pero, si además usaban madera para su construcción, debían talar los montes locales para usarla o traerla de un país muy frío del norte elevando así el costo total de la obra.

Entre selvas, mares, bosques y desiertos del mundo conocido los materiales más abundantes respecto a su peso en la corteza terrestre son: el oxígeno con un 46.3%, el sílice con 28.2%, el aluminio con 8.1%, el calcio con 6.1% y el hierro con 5.4%,  a lo que el gallo sugería que se debían usar por ser los que se tenían en más cantidad, pensando además que la poblacion de la selva en la cual habitaban iba en aumento y requería mayor cantidad de materiales, así que la madera y la tierra no serían suficientes, ya que generaría un enorme daño al ecosistema local, recalcando que para el cemento y el vidrio su principal componente es el sílice.

El arquitecto recordaba las clases del maestro Búho, quien fue un gran arquitecto sabio y psicopompo para el gallo desde que era su alumno, y explicaba que debía usar mayormente  lo local porque eso incluso mejoraba la economía. Pero al tratar de explicar esto a la tribu de los ecolocos, se enfurecieron y le llamaron comunista, socialista y anticapitalista, porque ahora la economía era global, igual que el acceso a todos los materiales sustentables del país, del planeta y de los universos conocidos.

Trataba de explicarles a estos fieros animales pero tiernos enemigos, El término de arquitectura sustentable, arquitectura verde o green building denotaba más que nada una moda y un concepto comercial, el término de huella ecológica, y que la sustentabilidad era una filosofía esencial de la arquitectura, así como la forma, funcionalidad, el espacio o la estética, sin las cuales no la entenderíamos, porque dejaría de ser arquitectura y tendería a convertirse en cualquier cosa.      

Construcción de madera, tierra y zacate

Del uso de materiales, expuso que los griegos fueron los primeros en usar cementos naturales o puzolánicos con las cenizas procedentes de la gran explosión del volcán de Santorini, cemento similar al de los Romanos, y que los primeros vidrios que ya usaban los egipcios, los sirios y los romanos son en el año 100 a.C. (vidrios de temperatura de fusion baja 900°C similares a los medievales), un vidrio normal actual surge alrededor de 1500°C.  Pero, el panda  y los ecolocos estaban reacios a entender y mucho menos a querer usarlos para construir.

Un día se debía erigir el edificio más importante de la selva y todos sus reinos aledaños, la obra arquitectónica debería ser simbólica y representativa de la cultura de todos sus habitantes; así que se emitió un concurso para saber quién diseñaría la mejor propuesta.

Los dos finalistas por aclamación popular fueron los proyectos del gallo y del panda.

El panda diseñó un edificio curvo casi cilíndrico de cuarenta y nueve niveles usando el bambú guadua estructural recubierto todo con paneles prefabricados de una mezcla de tierra arenosa, arcillosa, cal, y un entramado de bambú, algunas columnas y vigas de madera, piso de piedra y algunas partes de la techumbre de guano y zacate, todo haciendo reminiscencia a las viviendas autóctonas, pero a gran escala (para obtener estos materiales y debido a la cantidad requerida se tendría que dejar de construir viviendas para los habitantes de la selva por al menos durante nueve meses).

Envolvente del Pabellón de Italia con páneles de cemento

El gallo presentó un edificio con ventilación cruzada, además de una domótica eficiente, utilizó una estructura de acero y concreto, muros de prefabricados, aluminio y vidrio como elementos importantes. Incluyó aislantes térmicos, hizo cálculo de eficiencia energética y lumínica que le proyectó en una abertura central del edificio de cuarenta y siete niveles con una envolvente inteligente que además captaba la energía solar para utilizarla en el interior, era un envolvente que utilizaba mezclas antiguas de tierra y cementantes. La forma fue de acuerdo a la orientación y del cálculo, que arrojó los datos para un menor uso de materiales. Todos estos serían comprados en las fábricas locales, que además si tenían en existencia. No todo lo que se construye con tierra, piedra y madera es arquitectura sustentable, ni todo el que construye con concreto, vidrio y aluminio está en contra de la sustentabilidad.

Continuará…

REFERENCIA

Canal UPM (29, agosto, 2011) ENERGÍA Y MATERIALES. OPTIMIZACIÓN ENERGÉTICA. de Enrique Azpilicueta (Paradigma Arquitectura Sostenible 4/7 [Archivo de Vídeo]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=5h34mmieLFA

Gonzalo Coral
Arquitecto y Maestría en Arquitectura por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Yucatán. 2004 y 2010 Profesor de la Facultad de Arquitectura de la UADY de 2011 al 2017, de la Universidad Vizcaya de las América, del Centro Universitario de Valladolid (CUV) y la Universidad de Yucatán (UNY). Arquitecto responsable de los proyectos de Restauración de catorce edificios religiosos patrimoniales en el Estado de México derrumbados por el sismo de 2017. Asesor en dos proyectos sociales de vivienda en comunidades rurales sobre autoconstrucción asistida (en PLANCHAC 2015 Vivienda Popular como unidad doméstica sustentable; Medio ambiente y cultura) y Construcción de vivienda vernácula (en Tahdziú 2005). Y como Investigador asociado en el área de Seguridad en la construcción en los conjuntos de vivienda en serie del proyecto CONAVI – CONACYT clave 236282 y clave SISTPROY UADY 2015001. (2015 – 2016) Arquitecto copartícipe en la reconstrucción de viviendas destruidas por el sismo de 2017 en localidades de Chiapas, coordinando a estudiantes de Arquitectura participantes. Docente de las asignaturas de taller de materiales, Restauración, Taller de Proyectos y Teoría e historia de la arquitectura regional, Diseño Bioclimático, Así como de diversos cursos de materiales y sistemas constructivos, Técnicas de restauración y Autoconstrucción asistida de vivienda. Actualmente investigador sobre eficiencia en el uso de materiales entre los que destacan la madera, la tierra, la piedra y otros materiales naturales, así como la realización de proyectos arquitectónicos de vivienda.