Elecciones y represión: un complejo panorama mexicano

I

Una de las primeras cosas que se hicieron notar en el actual proceso electoral fue la gran cantidad de diputados locales, federales y alcaldes que pretenden reelegirse, sin importar que muchos de ellos-ellas no hayan cumplido con sus promesas de campaña ni realizaran alguna acción relevante a favor de la clase trabajadora y los sectores populares, a toda luz la ambición se hace notar, así como el afán de poder de diversos personajes y partidos políticos.

La pandemia de Covid-19 limitó muchas de las acostumbradas acciones de campaña, pero no ha limitado el gasto del recurso público sin que eso signifique o se refleje en propuestas reales y fundamentadas para el desarrollo y bienestar de los trabajadores y las trabajadoras, es más, no existen propuestas dirigidas a la clase obrera y mucho menos a solucionar los graves problemas de pobreza, marginación y precariedad que afrontamos en ciudades como Mérida en Yucatán, una de las más caras del país y con el salario minino más bajo. Ningún candidato-candidata ha planteado la revalorización del trabajo y de los salarios, tampoco de la jornada de 8 horas, de los contratos colectivos y el derecho a sindicalizarse, del pago de horas extra, ni la obligación de los patrones a garantizar las condiciones idóneas en el centro de trabajo agravadas por el SARS-CoV-2. Es claro el desinterés y alejamiento de la política capitalista de las verdaderas necesidades, la democracia burguesa reducida al sufragio ha desgastado sus propias formas y desde hace mucho se evidenció su inutilidad a la hora de hablar de justicia, equidad e igualdad.

Lo anterior puede observarse sin mayor esfuerzo, las campañas mediáticas enfatizan rasgos mercantilizados de los postulantes y comunican eufemismos en vez de propuestas, el proceso electoral puesto en marcha olvida la finalidad real y el objetivo central de la democracia occidental a la que se suscribe: la “búsqueda del bien común”, que es desplazada por el deseo la ganancia y el poder. Nuestra entidad no escapa de todo esto, la falta de profundidad en los proyectos políticos o más aún la falta de proyectos reales, hacen que conforme pasen los días las actividades de propaganda sean reiterativas, improvisadas y en general produzcan una aguda sensación de vacío. Además, las contradicciones salen a flote, ya que aquello que se ataca o exige de un partido a otro se olvida a la hora de mirar los zapatos propios y sus huellas, como, por ejemplo, los sectores conservadores que usan el tema de la reelección para denostar al gobierno federal parecieran olvidarse de que también cojean del mismo pie, ¿o será que eso de la democracia y la reelección solo se aplica cuando conviene?

La pobreza-carestía y la segregación de la clase obrera y los sectores populares ha proliferado, pues son expulsados de espacios públicos blanqueados para la atracción de capital y turismo, algo que sucede en toda la entidad y el país. Para algunos políticos y políticas esta elección servirá para resguardar sus cotos de poder-injerencia y para otros representa la posibilidad de un trampolín para escalar a futuros puestos de mayor envergadura. Los contubernios entre los sectores privados y grupos políticos se acrecientan, la región vive un proceso agudo que no debe perderse de vista de entrada de capital trasnacional que beneficiará a fracciones de la burguesía, pero complejizará la vida y el trabajo de la clase obrera, y desde luego, nada de esto se discute o analiza en las “propuestas” de la actual campaña. Todo esto junto al silencio que se guarda ante otros reclamos sociales como el combate al feminicidio, los derechos de la mujer y la diversidad, el despojo de tierras y la desvalorización del trabajo y por tanto de la vida humana.

II

Al aproximarse el fin de las campañas políticas en México y el día de la votación (6 de junio 2021), resulta oportuno reflexionar sobre la ausencia de propuestas palpables y sostenibles en términos de la política pública y de los recursos que genera la clase obrera y los sectores populares mediante su trabajo y el pago de impuestos, ¿por qué ninguno de los partidos políticos presentó una o varias acciones reales para revertir los efectos negativos de la crisis mundial que el capitalismo presenta? El aumento de la pobreza, el desempleo, la precariedad y la segregación no son únicamente reflejo de la pandemia del Covid-19, pues la acumulación en pocas manos de la riqueza generada por la fuerza de trabajo proletaria es una constante y uno de los sustentos del sistema.

El capitalismo necesita del despojo y la acumulación a través de la explotación para existir, así que el aumento en estos padecimientos sociales es paulatino y constante bajo dicho modo de producción, y es por ello que en realidad ninguno de los candidatos-candidatas puede presentar medidas reales para poner fin a la angustiosa existencia de miles y millones de seres humanos en México y en particular en Yucatán, únicamente pueden reformar algunos aspectos según el interés y la correlación de fuerzas en el contexto de la lucha de clases.

Las campañas que presenciamos sin importar las modificaciones coyunturales efectuadas por la presencia del coronavirus, responden siempre a la lógica del mercado, que primero convierte en mercancía a las y los contendientes para después revalorizar en negativo sus propuestas, deshumanizándolas y fetichizándolas, convirtiendo el proceso en una burlesca expresión cercana a la demostración de la teoría del valor de Carlos Marx, los valores de uso y de cambio se manifiestan en la mercancía ofertada con bombo y platillo cual “circo romano”, pero en el trasfondo la carencia de contenido es suplida con fórmulas carnavalescas que parecieran guiarse por la oferta y la demanda.

La crisis global, aunque para muchos parezca distante, afecta de manera directa a nuestra entidad y ante esta situación tan compleja y difícil para la clase trabajadora y los sectores populares, es crucial cuestionar la falta de un debate real, profundo y prolongado sobre cuáles deberían ser las medidas a efectuarse para garantizar ya no solo el control de la pandemia, sino la no repetición de sus efectos y las acciones adecuadas para salir de la crisis económica y de salud que se profundiza sin importar que los propagandistas del mercado digan otra cosa, pues baste con ver el costo de la canasta básica, el salario real y la inflación entre otros elementos, para calcular el poder adquisitivo de la clase trabajadora, evidenciándose la pérdida de valor para los proletarios y el incremente de la ganancia para las cúpulas burguesas y del poder. La desigualdad no es un tema de “oportunidades”, es un asunto estructural del sistema.

El fin de las campañas políticas nos debe permitir alzar la voz para que todo el recurso invertido pueda ser re-direccionado a la contención de la pandemia, a la generación de empleos y aumentos salariales, así como a la educación y demás temas verdaderamente urgentes, además, más allá de los colores partidistas, únicamente la conciencia y la organización solucionan las necesidades del pueblo.

III

La ola represiva va en aumento, los recientes hechos acontecidos en el estado de Chiapas en México, donde desde el martes 18 de mayo, son violentados los estudiantes y aspirantes de la Escuela Normal Rural de Mactumactzá junto a los campesinos y obreros que los acompañan en su justa demanda de que el examen de admisión sea presencial y de forma escrita, esto, debido a que es justamente Chiapas uno de los estados con mayor índice de pobreza y marginación, siendo los estudiantes y aspirantes pobladores de comunidades rurales en las que no se cuenta con internet, computadores e incluso luz eléctrica. Un primer saldo de la represión fue el encarcelamiento de 97 personas, dos menores de edad liberados pocas horas después, 74 mujeres liberadas de manera condicional por lo que continúan en un injusto proceso y que además han denunciado que sufrieron violencia sexual al ser acosadas y violentadas de forma física por los agentes de la policía que las detuvieron. Ahora y de último momento, han quedado excarcelados y sujetos a proceso 19 hombres de los 21 detenidos originalmente. Un claro nuevo caso de violencia de Estado ejercida por el gobernador Rutilio Escandón, del partido Morena, quien junto con el gobierno federal encabezado por Andrés Manuel López Obrador, igual de Morena, agreden el derecho a la libertad de protesta, a la educación y de manera más profunda, a la educación pública y normal rural, que desde décadas atrás enfrenta y resiste atropellos, reducciones de presupuesto e intentos de cierre de la escuelas formadoras de profesores distinguidas por su compromiso social y su conciencia proletaria-popular.

Esta violencia de Estado en México, se enmarca en el aumento de la violencia criminal del narcotráfico que ha empañado con varios asesinatos de candidatos el proceso electoral, y ha evidenciado la disputa del poder entre las fracciones interburguesas y sus aliados en las organizaciones del crimen organizado. La continuidad del neoliberalismo maquillado con discursos de propaganda, se observa en los avances de los megaproyectos como el tren maya y los llamados polos de desarrollo, que, en realidad, son focos de despojo y empobrecimiento de las comunidades rurales, acompañados de procesos de extractivismo acelerado, proletarización de los trabajadores del campo, sobreexplotación de los recursos naturales, destrucción de la biodiversidad y una creciente segregación y marginación en las ciudades y poblaciones donde se pretende desplegar las principales actividades de los megaproyectos y con ello la extracción de la riqueza mediante el saqueo descarado. Estos megaproyectos se desarrollan a lo largo de toda la República, teniendo en los últimos años, al sureste mexicano como la principal región en la que se llevan a cabo los procesos de destrucción impulsados desde el gobierno federal en contubernio con los gobiernos estatales de la Península de Yucatán.

La violencia de Estado contra los normalistas de Mactumactzá es únicamente la muestra de un gran proceso de militarización que amenaza a los movimientos sociales, organizaciones de izquierda y a las comunidades autónomas de los pueblos originarios, especialmente las zapatistas. El capitalismo mexicano se encuentra en un proceso de reacomodo de sus propias fuerzas internas, es por ello que a pesar de que el actual gobierno federal de Morena es solamente una manifestación reformista del sistema, las disputas entre las fracciones burguesas y de interés político-económico, acrecientan los ataques conservadores con matices neofascistas, recurriendo a la propaganda falsa, la tergiversación e incluso a la generación de una infodemia como ha sucedido con la pandemia del Covid-19, que si bien es absolutamente cierto que su combate por parte de las autoridades a dejado mucho que desear, también es verdad que esa propaganda falsa generada desde los sectores conservadores y los medios de comunicación a su servicio, ha incrementado el daño del coronavirus por la desorientación y confusión en la población. Es claro que la coyuntura de forcejeo interburgués únicamente beneficia a las capas altas de la propia burguesía, a los monopolios mexicanos y a los sectores más conservadores revestidos de un oscurantismo neofascista.

Nuevamente, ante todo lo anterior y muchas otras afectaciones, la clase obrera mexicana y los sectores populares tienen mucho más allá de las elecciones de la democracia burguesa, la posibilidad de transformar su realidad mediante la proyección del socialismo en un futuro cercano. La profundización de la conciencia revolucionaria de clase creará las bases subjetivas necesarias en medio de tanto padecimiento objetivo que faculta el cambio anhelado para el bienestar humano.

Cristóbal León Campos
Cristóbal León Campos es Licenciado en Ciencias Antropológicas con Especialidad en Historia por la Universidad Autónoma de Yucatán. Integrante fundador de la Red Literaria del Sureste México-Nuestra América. Es editor de Disyuntivas. Cuaderno de Pensamiento y Cultura. Colaborador de Por Esto!, La Jornada Maya, Novedades de Yucatán, De Peso y diversos medios impresos y digitales. Coautor del libro Héctor Victoria Aguilar. Esbozo para una biografía (SEGEY. 2015), coeditor del libro Migración cubana y educación en Yucatán. Actores, procesos y aportaciones (SEGEY, 2015), autor de En voz íntima (Disyuntivas ediciones, 2017). Miembro de la Asociación Mexicana de Estudios de la Caribe (AMEC) y del equipo de promoción de Archipiélago. Revista cultural de Nuestra América (UNAM-UNESCO), miembro de la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC). Fue coordinador académico de la Casa de la Historia de la Educación de Yucatán de 2010 a 2019. Actualmente es Coordinador de la Cátedra Libre de Pensamiento Latinoamericano «Ernesto Che Guevara».