Cuba inició su lento retorno a una etapa que está siendo en extremo compleja, llena de desafíos e incertidumbres y a la espera de que los tiempos por llegar puedan ser menos tensos que los últimos meses vividos por culpa del COVID-19.

Tomar la decisión de pasar a la fase de “nueva normalidad” es un reto para cualquier sociedad. Un virus tan letal y perseverante no deja otra opción, él lucha contra el ser humano y a estos últimos no nos queda otra que buscar alternativas para combatirlo.

En la realidad del momento, todo lo que se plantee, como nunca antes está por ver, porque comenzamos desde los puntos de vista sociológico, político y especialmente económico en situaciones muy especiales afectadas por un 2020 que ha traspasado todos los límites que antes de la Pandemia eran lógicos y normales.

Si bien es aislamiento prolongado pero necesario, me permitió hacer muchas más cosas que requirieron de una disciplina personal, de autocontrol y perseverancia, tuve momentos de incertidumbre, desesperanzas e inercia, que por suerte fueron pocos, pues los compromisos sobre todo con mis “acompañadas”, mis adultas mayores de las que yo también soy parte, me sacaron lo mejor de mi para compartirlo con ellas y con mi familia.

Aquello que expresa el refrán popular, que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, de nuevo en este diciembre 2020 debería estar vigente en mi opinión; aunque con la Covid-19, objetivamente todo indica que el refrán en esta ocasión va a ser una excepción, porque parece que la enfermedad no tiene fin y que los cuerpos van a tener que resistirla porque lo contrario podría ser el fin del mundo.

“Para legitimar una recuperación democrática, la sociedad estadunidense tendrá que identificarse a la larga con valores que definen el socialismo. Porque la autenticidad del socialismo se origina en valores democráticos, y sus mayores deformaciones se han dado por alejarse de ellos.

Según los diccionarios, “solavaya” es una expresión cubana de repudio a la mala suerte, una invocación de rechazo a la desgracia. Tal es la palabra que viene a la mente de la mayoría de los habitantes de la isla caribeña para calificar al año que despedimos...

Cuba inició su lento retorno a una etapa que está siendo en extremo compleja, llena de desafíos e incertidumbres y a la espera de que los tiempos por llegar puedan ser menos tensos que los últimos meses vividos por culpa del COVID-19.